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Francisco de Pizarro se tornó agrio, despótico y cruel: no encontraba cosa que le agradase, tomaba con frecuencia resoluciones violentas y concluyó por hacerse temible.

El despotismo y crueldades del conquistador español ya no se detenia en consideracion alguna; al estremo que, viéndose contrariado por su compañero de cruzada y socio, don Diego de Almagro, para remover estorbos de su camino, lo hizo degollar por su hermano Hernando Pizarro, para quedar, como quedó, dueño absoluto del estenso, rico y poderoso imperio de los Incas, dominando él solo, desde las posesiones de los Charcas, hasta los confines de Quito; pero esos hechos inauditos produjeron un efecto terrible en su pueblo, pues ya nadie consideraba segura su cabeza, y puede decirse que desde el dia terrible en que hizo rodar la cabeza del enunciado Almagro, desde ése empezó á vacilar su autoridad y poder, sembrándose la desconfianza por todas partes.

Pizarro comprendió perfectamente los riesgos y peligros que corria y así se rodeaba siempre de guardias y de todo género de precauciones; pero, al fin, fué asesinado en su propio alcázar

por los secuaces del jóven valeroso don Diego de Almagro, hijo del anterior, que á la sazon gobernaba casi todas las posesiones del rico Cuzco y que habia jurado sobre los manes de su desgraciado padre, vengaria, como en efecto vengó, su sangre cruel y bárbaramente derramada Pizarro.

por

La revolucion dirijida por el jóven Almagro fué tan hábilmente combinada, que Pizarro no sospechó cosa alguna hasta el momento de estallar, sin poder por consiguiente conjurarla ni salvarse.

Antes de terminar estos recuerdos históricos, nos es grato referir aquí las noticias que don Ramon Campuzano y Gonzalez nos trasmite, respecto de estos países.

Refiérenos, pues, este distinguido historiador que cuando, en 1539, don Gonzalo Pizarro salió de Quito, con una famosa y bien organizada espedicion, para ir á descubrir el pais de la Canela, sufrió los mas crudos padecimientos, hambres y miserias: todas las de los espedicionarios se pudrieron con la abundancia de lluvias que esperimentaron en el tránsito, al estremo de caer en girones de sus cuerpos, que

ropas

dando completamente desnudos, y así llegaron á hacer la terrible travesía de los gigantescos Andes, donde perecieron muchas personas, quemadas por aquellos sempiternos hielos.

Siguiendo esta espedicion fueron detenidos por un inmenso y caudaloso rio, de una estension incalculable donde se encontraron mujeres indias y por eso le llamaron "Rio de las Amazonas"; pero lo mas notable es que ya en 1539, aquellas desiertas regiones eran sacudidas por temblores y terremotos, pues los espedicionarios referian que fueron sorprendidos por tempestades tan espantosas que se oscurecia el sol, quedando de dia en las tinieblas, y que esperimentaron terremotos y sacudimientos tan fuertes, que la tierra se abria en grandes grietas, mostrándoles unas profundidades que los llenaban de terror.

No continuaremos mas adelante con estas referencias de la historia del descubrimiento de América, porque, á mas de ser conocida, se aleja un tanto de nuestro propósito, y otras inteligencias mas amplias y eruditas hánse ocupado ya de ello en repetidas obras ; así pues, volveremos sobre los sucesos que nos hemos propuesto trazar.

CAPITULO VII

La ciudad de Lima-Reminiscencias sobre nuestra
emancipacion política.

Lima es la ciudad capital de la República peruana, la que fué tan espectable por ciertas peculiaridades, debidas á su clima, hábitos nacionales, educacion y especialmente por el

rol

que jugó en nuestra emancipacion política, en razon de haber sido su puerto, el Callao, la última plaza fuerte que conservaran los españoles en la América del Sur.

Señalaremos á grandes rasgos los célebres acontecimientos que llevaron las armas de la Libertad al imperio de los Incas y á la Ciudad de los Reyes, ó Ciudad Real, título que dió á Lima el emperador Cárlos V, el dia 7 de diciembre de 1537.

El génio de la guerra don José de San Martin, meditador profundo, soldado previsor, inteligencia rápida como el rayo de Marte, con el alma fundida por Dios, para la estratejia, preparaba y organizaba en las Provincias de Cuyo, con los elementos de éstas y bajo la base de la

de Mendoza, que era el pueblo de sus simpatías

y

de sus mas gratos recuerdos, su ejército de los Andes, apoyado poderosamente por los gobiernos de Buenos Aires y muy señaladamente

por el del jeneral don Juan Martin de Pueyrredon, director entónces de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, quien prestó una proteccion decidida al pensamiento de San Martin, de llevar el estandarte de la independencia hasta Chile y el Perú.

En efecto, Buenos Aires enviaba con profusion, plata, vestuarios, armas, y cuantos elementos precisaba el ejército espedicionario. Esta sociedad se agitaba en todos los centros políticos y reuniones, con las ideas de la independencia, y hasta nuestras señoritas y distinguidas matronas trabajaban ardorosamente en ese sentido sin omitir el sacrificio de sus caudales ni la sangre de sus hijos; porque á la verdad, nuestras heroinas no han sido como las que figuraron en la revolucion francesa.

Madama Roland se envolvia en la polvareda que Robespierre, gefe de los jacobinos ó demagogos del 93, levantaba desde el viejo convento de jacobinos de la calle de Saint Honoré, en Pa

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