Evolución de la cultura cubana (1608-1927): La poesia lirica en Cuba

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El Siglo XX, 1928
 

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 116 - Por qué no miro Alrededor de tu caverna inmensa Las palmas ¡ ay ! las palmas deliciosas, Que en las llanuras de mi ardiente patria Nacen del sol a la sonrisa, y crecen, Y al soplo de la brisa del Océano Bajo un cielo purísimo se mecen ? Este recuerdo a mi pesar me viene...
Página 105 - Era la tarde: su ligera brisa las alas en silencio ya plegaba y entre la hierba y árboles dormía, mientras el ancho sol su disco hundía detrás de Iztaccihual.
Página 106 - Pueblos y reyes, viste hervir a tus pies, que combatían cual hora combatimos y llamaban eternas sus ciudades, y creían fatigar a la tierra con su gloria. Fueron: de ellos no resta ni memoria. ¿Y tú eterno serás? Tal vez un día de tus profundas bases desquiciado caerás; abrumará tu gran ruina al yermo Anáhuac; alzaránse en ella nuevas generaciones, y orgullosas que fuiste negarán . . . Todo perece por ley universal. Aún este mundo tan bello y tan brillante que habitamos, es el cadáver...
Página 108 - Muda y desierta ahora te ves, pirámide. ¡Más vale que semanas de siglos yazcas yerma, y la superstición a quien serviste en el abismo del infierno duerma! A nuestros nietos últimos, empero, sé lección saludable; y hoy al hombre que ciego en su saber fútil y vano al cielo, cual Titán, truena orgulloso, sé ejemplo ignominioso de la demencia y del furor humano.
Página 36 - Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.
Página 116 - Mas llegan... saltan... el abismo horrendo devora los torrentes despeñados; crúzanse en él mil iris, y asordados vuelven los bosques el fragor tremendo.
Página 118 - ¡Ay! Desterrado, sin patria, sin amores, sólo miro ante mí llanto y dolores. ¡ Niágara poderoso ! oye mi última voz; en pocos años ya devorado habrá la tumba fría a tu débil cantor. ¡ Duren mis versos cual tu gloria inmortal ! ¡ Pueda piadoso viéndote algún viajero, dar un suspiro a la memoria mía ! Y yo, al hundirse el sol en Occidente, vuele gozoso do el Criador me llama, y al escuchar los ecos de mi fama, alce en las nubes la radiosa frente.
Página 106 - Volví los ojos al volcán sublime, que velado en vapores transparentes sus inmensos contornos dibujaba de occidente en el cielo. ¡Gigante del Anáhuac! ¿cómo el vuelo de las edades rápidas no imprime alguna huella en tu nevada frente? Corre el tiempo veloz, arrebatando años y siglos, como el norte fiero precipita ante sí la muchedumbre de las olas del mar. Pueblos y reyes viste hervir a tus pies, que combatían cual ora combatimos, y llamaban eternas sus ciudades, y creían fatigar a la tierra...
Página 277 - De aquella fuente entre las claras linfas, ¿no le articulan invisibles ninfas con eco lisonjero?. . . ¿Por qué callar el nombre que te inflama, si aun el silencio tiene voz, que aclama ese nombre que quiero?.
Página 122 - Al crimen halagó ni a los tiranos, Escucha su himno de loor que inspira Ferviente admiración. Alto, severo Será por siempre de mi voz el tono. Sí, columna de América: no temo Al cantar tus hazañas inmortales Que me escuchen los genios celestiales, Y juzgue el Ser Supremo. ¿Qué era, decid, el vasto continente Que Colón reveló? Bajo la saña De la terrible España Tres centurias gimió su opresa gente En estéril afán, en larga pena, En tinieblas mentales y cadena. Mas el momento vencedor...

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