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aduladores de Iturbide trabajaron en seducir mucha parte de la tropa, con el fin de que á la entrada de Mégico lo proclamasen emperador. Iturbide trabajaba por su parte todo lo posible para hacerse favoritos. Tanto á Azcapotzalco como á Tacubaya, villa á casi igual distancia de Mégico que aquel pueblo, y donde despues trasladó su residencia, lo fuéron á ver todos sus conocidos, amigos y muchos aduladores, empleados egoistas, con el fin de conseguir colocaciones, ó no perder sus destinos. Ya se supondrá que tanto estos como aquellos se prostituían hasta el último grado de abatimiento, apoyándole y fomentándole sus ideas, con el fin de congraciarse con él, y conseguir cada cual sus pretensiones.

Instalacion de la Junta provisional.

Entre el humo de estos inciensos, entre los perversos consejos de estos aduladores, nombró Iturbide despoticamente, sin contar mas que con su voluntad propia, una junta provisional que gobernara mientras se instalase el Congreso.. Esta junta se componia de sus mas adictos aduladores, de los hombres mas ineptos, ó mas corrompidos,

mas ignorantes ó mas serviles; en fin, y de la gente mas odiada ó desconceptada de Mégico: el celebérrimo obispo de Puebla Perez, á quien mandó llamar con este obgeto, el Ldo. Azcarate, el ex-inquisidor Monteagudo, y otros poco mas ó ménos de la clase de los espresados. Es verdad que entre ellos mezcló uno ú otro de sus desafectos, y nombró á D. José María Fagoaga, hombre de honor, de riqueza, de talento, de instruccion y de mucho concepto, como verdadero patriota liberal, á quien siempre ha reputado por su enemigo, con el fin de aparentar imparcialidad; pero todos los hombres de discernimiento conocian esta hipocresía; pues habiendo elegido la mayor parte con escesiva ventaja de sus favoritos, y siendo él presidente de la junta, claro está que las votaciones saldrian siempre á su gusto y contemplacion.

Instalada ya la junta, todavía estando él en Tacubaya, antes de haber entrado en la capital, y evacuada esta de la tropa que capituló y debió marchar inmediatamente para España, se determinó la entrada solemne en Mégico para el dia 27 de Setiembre del año pasado.

Medidas para proclamar á Iturbide. Emperador á la entrada del egército en la capital.

He dicho que se estaba trabajando con el fin de proclamar á Iturbide emperador en ella : esto estaba ya tan abanzado, que un clérigo liberal quitó de la prensa de la imprenta volante del egército, un papel que se iba á imprimir, aprobando la tal proclamacion. El medio de que se valió para hacerlo, fué decir que no convenia darlo á luz mientras Iturbide no se posesionara de la capital, porque los Españoles se valdrían del pretesto de que se quebrantaba el plan de Iguala, y renovarian la revolucion. Se aguardó, pues, el dia de la entrada, y se formó el plan de esta manera: debia entrar la vanguardia del egér. cito gritando: viva Agustin I, emperador de la América este grito debia ser inmediatamente correspondido por el populacho de Mégico, sedu❤ cido ya para esto, entre los que hacian papel muy distinguido muchos frailes y clérigos, que estaban de acuerdo; y habia léperos* destinados à gritar

• Llámase así á la hez del pueblo que vive sin casa ni hogar, desnudos y miserables, y por lo general entregados á

de trecho en trecho para escitar al pueblo, y haeer correr la palabra. Ya se deja entender que la vanguardia se componia de la gente mas adicta á Iturbide; de manera que la tropa que siempre habia ido en el egercito de vanguardia, para ese dia ocupó la retaguardia, y se colocó en aquella la tropa favorita. Alborotábase así el pueblo y el egército con los mútuos vivas, y la tropa que se sospechaba desafecta como quedaba á retaguardia, tenia que ceder á la aclamacion general.

Casualidad porque se frustró la proclamacion ese dra.

El golpe hubiera sido decisivo, pero se frustró por una casualidad. Iturbide creyendo quizá que su presencia causaria mayor impresion al tiempo de marchar el egército, se puso á la cabeza, acompañado de muchos generales, entre ellos Victoria, aunque vestido de simple particular. El pueblo á quien le faltó, por esplicarme así, la contraseña de que la vanguardia entrara dando los vivas; por otra parte, algunos liberales que

la embriaguez. Son por otra parte el modelo de la humil. dad cristiana.

gritaban viva Guerrero, viva Victoria, viva Bravo, hicieron que ya no se oyese con generalidad la voz de viva Agustin I, sino solamente una ú otra vez, á pesar de los esfuerzos de sus partidarios, y así cada uno gritaba lo que se le antojaba, alabando al gefe á quien tenia mas inclinacion, ó estaba mas á la vista. La vanguardia que al entrar percibió esta diversidad de gritos, ya no daba el suyo, y la cosa quedó frustrada,*

Medidas de Iturbide para su proclamacion imperial, el dia de la jura de la independencia, y causa porque se frustró.

Entró, pues, Iturbide en Mégico el 27 de Setiembre se redobláron los esfuerzos de los

* Aunque sobre el plan de la proclamacion de Iturbide este dia se ha hablado con variedad; nos hace creer que lo dicho fué lo cierto, el haber sido pública la mudanza de la vanguardia, el haber visto á muchos eclesiásticos gritar viva Agustin I, y el haber observado algunos léperos que se introducian donde era mayor el golpe de gente, y gritaban lo mismo corriendo inmediatamente á otra parte, donde hacian lo propio.

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