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ideas mejores datos que un sin número de charlatanes, sin ilustracion ni talentos, en la ciencia del gobierno, engreidos con el fárrago que aprendiéron en rancias escuelas, y que presumidos y mal intencionados se han propuesto sumergirnos en la confusion y el desórden, destruyendo la obra de mis manos: si, Escmo. Sr., de mis manos puedo decir, sin que se me tache de orgulloso, que di la libertad al imperio, y que yo sin la cooperacion de los que ahora presumen de patriotas, hice la independencia de este pais, criticado y zaherido. de los habladores, ayudado solo de los que callan; pero que yo no sé si callarán por mucho tiempo aun. Hago esta indicacion porque los buenos es-peren y los malvados tiemblen. Me separo del asunto principal: sirvame de disculpa ó no me sirva, el amor de la patria que me exalta, y el dolor de presagiar la inutilidad de los heróicos esfuerzos de mis compañeros, la pérdida de mis trabajos, privaciones y peligros, el malogramiento de la buena disposicion de unos pueblos tan dóciles como desgraciados, sin otro delito que abrigar en su seno vívoras que les roen el corazon.

Por los documentos adjuntos se deduce la nececidad de presidiar las plazas, de guarnecer las provincias, de vigilar sobre nuestras costas, de guardar nuestros puestos, de ponernos á cu

bierto de invasiones estrangeras y atentados interiores; pues á todo estamos espuestos, y tal vez próximos. Los que suscriben no quieren que se les crea sobre su palabra; pero tienen un derecho á que se acceda á lo que piden, porque dan pruebas, dan razones; y los que se oponen no tienen otras que recurrir á los lugares comunes, muy traqueados yá, y muy ridículos en nuestro tiempo y en nuestras circunstancias. ¿A quién no escitará la orgullosa vanidad de los que sin haber profesado la milicia, ni haber hecho la guerra, sin conocer el pais ni los puntos fortificables, ni los que pueden ser invadidos, sin correspondencias, sin noticias, se oponen solo por su capricho á lo que opinan los maestros de la guerra, los que han dado pruebas de su adhesion á la libertad, los que tienen mas que perder en un trastorno, los que han recorrido el territorio del imperio, y examinado como interesados é inteligentes? Por Walis nos amenazan los Ingleses, por Téjas se interesan nuestros vecinos, por varios puntos de la frontera de Oriente las naciones bárbaras, por Guatemala la anarquía, por las Californias los Rusos, por Veracruz los Españoles, por las provincias la guerra civil, y por todas partes todas las naciones de Europa: los embajadores se retiran del pais que nos reconoce; en Cádiz se

aprestan buques de la armada; en Madrid nos llaman traidores; en Londres, en Paris, en Lisboa hay emisarios de nuestros antiguos dominadores: Viena, Petersburgo y los Prusianos yá hicieron en Nápoles su ensayo contra la libertad, La Europa entera no consentirá sino obligada por la fuerza, á que en este continente haya gobiernos independientes de aquellos la Europa sabe que los Americanos organizados en sociedades bien constituidas, serán los depositarios de las luces, del poder, del comercio y de la industría, y que á la vuelta de cien años será respecto de nosotros, lo que los Griegos y los Romanos han sido respecto á ella despues de la muerte de Alejan dro, y la destruccion de los imperios de Oriente y Occidente.

Yo me creia relevado de mezclarme en reflexiones eruditas: no soy mas que un militar, y estaba persuadido que me bastaba saber manejar la espada; pero que he de hacer, si no se sabe ó no se quiere saber? Es necesario que unos aprendan y otros se confundan.

Y contra estas razones, documentos y princi pios, ¿qué oponen esos rutineros visionarios ? El infundado temor del despotismo, un liberalismo mal entendido, máximas aprendidas de memoria de algunos filósofos que escribieron en su gabi

nete, sin haber visto jamas el mundo, ni entendido en los negocios públicos. ¿Qué pueblos hay hoy mas libres que la Gran Bretaña, la Holanda, la Suiza y los Estados Unidos? ¿Y cómo adqui riéron su libertad y la conservacion? Cromwel, el príncipe de Orange, Guillermo Tell y Washington salváron su pais de la tiranía y del despotismo peleando y mandando soldados. ' Cómo se ha constituido Colombia en nuestros dias, cómo Chile, y cómo está próximo á constituirse el Perú ? Qué es Mégico hasta ahora? Sin constitucion, sin egército, sin hacienda, sin division de poderes, sin estar reconocido, con todos sus flancos descubiertos, sin marina, inquietos, insubordinados, abusando de la libertad de la prensa y de las costumbres, insultadas las autoridades, sin jueces y sin magistrados. ¿Qué es Mégico? ¿Se llama esto una nacion? Y en tal estado, ¿ yá nos es gravoso el egército que puso la primera piedra del edificio de la libertad? ¿Ya le improporan, le desprecian y quieren estinguirle los que le deben la fortuna, la existencia política y aun la natural, los que son porque él quiso que fuesen ? Esta es la ingratitud mas negra, y la ignorancia

mas crasa.

Ultimamente, sírvase V. E. manifestar á S. A. S. para que, tome las providencias que consi

dere convenientes, que si no se decreta el egército pedido, se destina á los puntos esplicados, y se sistema la hacienda muy pronto, para que el mismo egército esté alimentado, vestido, pagado, armado y provisto de cuanto necesita, en cuyo caso respondo de la disciplina de las tropas y de la seguridad del estado, puede procederse por quien crea tener autoridad de hacerlo á nombrar geveral que mande, y presidente de la regencia; pues yo doy por admitida mi renuncia en el mero hecho de no ver el remedio, ó de que no se me conteste esta renuncia la hago, y verificaré mi separacion de todo mando, penetrado de que es un deber no dilatarlo es imposible que haya quien no esté intimamente convencido de las razones en que me fundo para pedir un egército de 35,000 hombres, y si no se decreta, es solo porque se recela de que yo lo mande, causo sospechas, y se me cree con propension à la tiranía; sin duda he variado de naturaleza en muy pocos dias. Tuve en mis manos el cetro, y el pueblo se empeñó en poner en mis sienes la corona :* notorio es que rehusé esta, costándome no pocos esfuerzos, y que aquel lo solté sin que nadie me lo quitará ; y sin

• Esta es una falsedad notoria. Jamas el pueblo ha querido voluntariamente proclamarlo; sino es en los casos de que hemos hablado, en que ya se ha visto que todo ha sido obra de sus intrigas...

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