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granaderos imperiales; sosieguese el barrio del Salto del Agua, calmnese el tumulto que el mismo Iturbide ha suscitado con sus intrigas y cohecho,

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tomadas estas medidas, oigámosles; pero oirlés cuando no pueden decir mas que lo que quiere oir la violencia, ; de qué servirá? Por ventura ¿ podrá una forzada declaracion del Congreso sub sanar la nulidad del origen del atentado? por el contrario, cualquiera aprobacion dada en tales circunstancias, añade otra nulidad. No demos un escándalo al mundo. Esto es lo mismo que decir: no os opongais á lo que quiere la faccion, porque esta se empeñará en sostenerme, y se dará ocasion-á, on "tumulto popular, con escándalo del mundo. F no temais errar siguiendo mi conseja.

Cuál es el consejo que ha dado? Hasta ahora no se ha espresado sino con capciosidades: yaso ve, querrá decir no-temais errar haciéndome emperador. Era muy justo el temor de errar, colocando en el solio al hombre que hay en Mégico menos digno de él: al realista que anticristianamente SANTIFICA el Viernes-santo, mandando á los infiernos 300 Megicanos: al cruel anti-independiente; que tiene sus manos teñidas en sangre de sus hermanos : aquel en cuya bóca jamás ha descansado la verdad: aquel cuyo cora. zu siempre ha sido el taller det fraudo y de la

intriga : ħabia en efecto motivo para temer errar, y errar demasiado. La ley es la voluntad del pueblo. Pero no cualquiera voluntad, sino legalmente espresada, como lo dice él mismo en una de sus proclamas : la que carezca de estas cualidades, será capricho, despotismo y anarquía. Puede Iturbide creer dentro de su corazon, que su proclamacion es la voluntad de Mégico ? Yo por sus mismos principios se lo argüiria diciéndole: ¿para qué valerse de tantas intrigas, de tantas torpezas para proclamarse emperador ? ¿No prueba tan vil manejo y tan criminal conducta, que la voluntad de la nacion nada ménos quiere que monarcas. ? ¿ El deseo de república no está yá generalizado, no lo manifiestan los pa peles públicos, la esposicion del número 11, X aun las espresiones de los diputados en el Congreso? pues si la voluntad de la nacion es ley, ¿por qué no la obedece Iturbide dejándola que so constituya en república, y renunciando â sus ambiciosos designios? Nada hay sobre ella. Sing las intrigas, los delitos de los déspotas, apoyados de la fuerza. Entendedme. ¿Qué quiere decir esta sola palabra? Ya sabeis lo que deseo, lo que quiero, no finjais comprender lo que yo os he querido significar con mis enfáticas espresiones; lo que pretendo es ser el enemigo de la América,

el asesino de mi patria, disfrazado con el titulo de emperador. Dadme esta prueba de amor, que és cuanto deseo. A la verdad que bastante lo ha manifestado. Y lo que colma mi ambicion. Oh poder irresistible de la verdad! cómo te escapaste ' casualmente de la boca de donde acaso es la primera vez que sales? Cuántos pasos ha dado Iturbide desde que figura en el mundo hasta akora, no han tenido otro resorte que su ambicion, que Ho se ha saciado basta llegar á usurpar la liber tad a su patria misma. Así la conocerá y confesará cualquiera que esté medianamente impuesto de la horrible conducta de Iturbide, ya de insurgente, ya realista, ya de independiente. Dicto estas palabras con el corazon en los labios, hacedme la justicia de creerme sincero. Bien necesita de todas estas protestas el que recela, y con fundamento, no ser creido aun cuando profiera alguna verdad. vuestro mejor amigo. Con mas pro piedad se hubiera espresado diciendo vuestro opresor, vuestro tirano, el mas acerrimo enemigo de la América. He examinado este monumento eterno de oprobio de Iturbide; é indignado el corazon de tan negro tegido de maldades, intrigas y anatemas políticos; solo puede desahogarse el alma generosa del virtuoso patriota, leyendo el siguiente discurso del inmortal Bolivar, discurso

que este héroe pronunció ante el sabio Congresa de la república de Colombia, y que merece estaz esculpido en el corazon de los verdaderos liberales del or be.

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Discurso que pronunció el general Bolivar ante el soberano Congreso de la república de Colombia.

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SENOR E juramento sagrado que acabo de prestar en calidad de presidente de Colombia, es para mi un pacto de conciencia que multiplica mis deberes de sumision à la ley y a la patria: solá un profundo respeto por la voluntad soberana mỡ obligaria à someterine al formidable peso de la suprema magistratura. La gratitud que debo à los representantes del pueblo, me impone ademas la agradable obligacion de continuar mis servicios por defender con mis bienes, con mi sangre y aun con mi honor esta Constitucion que encierra los derechas de dos pueblos hermanos, ligados. por la libertad, por el bien y por la gloria. La Constitucion de Colombia será, junto con la inde pendencia, la ára santa, en la cual haré todos los sacrificios. Por ella marcharé á las estremidades. de. Colombia á romper las cadenas de los hijos def

ecuador, á convidarlos con Colombia, despues de hacerlos libres.

Señor espero que me autoríceis para unir con los vinculos de la beneficencia á los pueblos que la naturaleza y el cielo nos han dado por her. manos. Completada esta obra de vuestra sabiduría y de mi celo, nada mas que la paz nos puede faltar para dar á Colombia todo, dicha, reposo y gloria. Entonces, Señor, yo ruego ardientemente no os mostre is sordo al clamor de mi conciencia y de my honor, que me piden á grandes gritos, que no sea mas que ciudadano. Yo siento la necesidad de dejar el primer puesto de la república al que el pueblo señale como ek gefe de su corazon. Yo soy el hijo de la guerra, el hombre que los combates han elevado á la magistratura; la fortuna me ha sostenido en este rango, y la victoria lo ha confirmado. Pero no son estos los titulos consagrados por la justicia, por la dicha y por la voluntad nacional. La espada que ha gobernado á Colombia, no es la balanza de Astrea; es un azote del genio del mal que algunas veces el cielo deja caer á la tierra para el castigo de los tiranos y escarmiento de los pueblos esta espada no puede servir de nada eldia de paz, y este debe ser él último de mi poder, porque así lo he jurado para mi porque lo he prometido á Colombia, y porque no puede haber república donde el pueblo no está

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