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fiera de él, en quien resida el poder egecutivo, y que gobierne el imperio mientras venga el monarca. 12. Instalada la junta provisional gobernará interinamente conforme à las leyes vigentes, en todo lo que no se oponga al plan de Iguala, y mientras las Córtes formen la constitucion del estado.

13. Luego que se nombre la regencia convocará las Córtes, conforme al artículo 24 del plan de Iguala.

14. El poder egecutivo reside en la regencia, y el legislativo en las Córtes; y mientras se reunen lo egercerá la junta provisional en los casos que no den lugar á espera, y de acuerdo con la regencia, y tambien servirá la junta de cuerpo auxiliar y consultativo á la regencia.

15. Toda persona queda en libertad de trasladarse con su fortuna á donde le convenga, á ménos de ser deudor ó defincuente; y en consecuencia los Europees que están en esta América y los Americanos residentes en la Península, scrán árbitros de adoptar esta ó aquella patria, satisfaciendo los que de aquí salgan, los derechos de esportacion de sus caudales.

16. No se entiende el artículo anterior con los empleados públicos, ó militares que son desafectos notoriamente á la independencia Megicana, por que estos necesariamente saldrán del imperio

dentro del término que la regencia prescriba, Hlevando sus intereses y pagando los derechos de salida.

17. D. Juan O-Donojú ofrece emplear su autoridad para que las tropas de la guarnicion de Mégico verifiquen su salida por una capitulacion honrosa, concurriendo con los deseos del primer gefe, de evitar la cfusion de sangre, y de no hacer uso de la fuerza. Córdoba &c.-Juan O-Donojú. Agustin de Iturbide.

Número 9. Carta de remision al gobierno Español, del tratado celebrado en la villa de Córdoba, por el Escmo. Sr. D. Juan O-Donojú.— Escmo. Sr. Por mis cartas anteriores de 31 de Julio, y de 13 del corriente, que tuve el honor de dirigir á V. E., se habrá penetrado la alta comprension de S. M. del estado en que encontré à este reino á mi llegada á Veracruz. Mi situacion era la mas dificil en que jamas se viera autoridad alguna, la mas comprometida, y la mas desesperada. Ni en la fuerza, porque carecia de ella; ni en la opinion, porque el espíritu público estaba pronunciado y decidido; ni en el tiempo, porque todo era egecutivo, encontraba un sendero que me sacase del tortuoso laberinto á que me habia conducido la fatalidad. Lo de génos era la esposi

cion de mi persona, la ruina de mi familia, la muerte de varios individuos de ella, y lo que me afligia haber hecho la desgracia de una porcion de mis amigos, que quisieron acompañarme desde la Península, uniendo su suerte à la mia: todos estos sufrimientos al fin harian mi sensibilidad como hombre privado. Pero al reflexionar que era una persona pública, que habia merecido la confianza del monarca; que este habia puesto á mi cuidado la parte mas rica y mas hermosa de su monarquía; que carecia de arbitrios para corresponder á su preciosa confianza ; que tenia so"bre mi los ojos de la Europa, y del mundo entero; que mis dilatados servicios iban á estrellarse contra un escollo invencible; y que no podia ser útil á mi patria, única ambicion que siempre he conocido, mi valor desmayaba, y hubiera preferido no existir á respirar abrumado á tan enorme pesadumbre.

Todas las provincias de Nueva-España habian proclamado la independencia. Todas las plazas habian abierto sus puertas, por la fuerza ó por capitulacion á los sostenedores de la libertad. Un egército de 30,000 soldados de todas armas, regimentados y en disciplina: un pueblo armado, en el que se han propagado portentosamente las ideas liberales, y que recuerda la debilidad (que

ellos le dan otro nombre) de sus anteriores gobernantes; dirijidos por hombres de conocimientos y de carácter, y puesto á la cabeza de las tropas un gefe que supo entusiasmarlos, adquirirse su concepto y su amor, que siempre los condujo á la victoria, y que tenia á su favor todo el prestigio que acompaña á los héroes: las tropas Europeas desertándose á bandadas, que se presentaban á pedir partido y se les concedia, lo mismo que hacian los oficiales siguiendo el egemplo de sus gefes quedaba Veracruz, Acapulco y Perote, pero este habia cupitulado entregarse luego que lo hiciese la capital; y la primera sin fortificacion capaz de sufrir un asedio, desguarnecida, con mil partidarios de la independencia en su seno, y en oposicion los intereses de su vecindario. Restaba aun Mégico, ¡pero en que estado! El virey depuesto por sus mismas tropas estas ya indignas, por este atentado, de ninguna confianza: su número que no pasaba de dos mil quinientos Europeos y otros tantos entre veteranos, provinciales y urbanos del pais; y sitiado desde el momento que pisé la tierra, sin correspondencia en lo interior, sin víveres, sin dinero: las provincias en el desórden que es consiguiente á una guerra intestina de esta naturaleza, por la falta de brazos para la agricultura y las artes, estando empleados to

dos en llevar las armas, y con ellas desastres y devastacion. El comercio paralizado; los caudales de los Europeos, que ascienden á muchos millones de pesos, detenidos en Mégico, algunos que conducia una conducta considerable, repartidos en el reino los demas; y sin posibilidad unos ni y otros de llegar á manos de sus dueños, quedando así arruinadas las fortunas de mil familias opulentas de este y aquel continente: ruina de que se resentiria la España por siglos.

En tal conflicto, y sin instrucciones del gobierno para este caso, ya me resolvia á reembarcarme dando la vela para la Península. Empero, me dolia dejar adandonadas á la suerte dos grandes naciones, y revolvia sin cesar en mi imaginacion mil ideas, sin poder fijarme en ninguna. En el partido de la negociacion solia detenerme, mas ¡qué confianza podia alentarme de conseguir alguna ventaja para mi patria! Quién ignora ' que un negociador sin fuerzas, está para convenirse en cuanto le propongan, y no para proponer lo que convenga á la nacion que representa? Sin embargo, quise probar este estremo, y al efecto preparé los ánimos con mi proclama de 3 de Agosto, que hice correr venciendo dificultades. No se oyó con desagrado, aunque se satirizó mordazmente por algun periodista y luego que me

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