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nero en barriles; y sabiéndolo el Sr. Iturbide ahí en Irapuato, hizo salir el comboy hasta Arandas, y de ahí lo revolvió, registró todo, y tomó el dinero que quiso. El dinero que pedia aquí con urgencia, para cuya colectacion se sacaba á los vecinos el preciso para el laborio de sus minas y haciendas, muchas veces se revolvia de la calzada, é iba á casa de su comitente, en donde yá los pobres mineros habian malbaratado su plata. A los que le quitaba el dinero les daba libramientos contra estas cajas, sabiendo bien que no podian pagar. lo por entonces. Infórmese V. E. de la plata que se ha introducido en esa casa de moneda, bajo el nombre del caballero Mosso, y confirmará lo que digo. Es imposible, Sr. Escmo., que yo historie menudamente todos los hechos justificantes de mí proposicion, seria preciso escribir un volúmen : baste lo dicho y lo que rapidamente diré de lo que me falta, para que V. E. forme idea de las cosas.

,, En lo que ménos ha pensado el Sr. Iturbide, es en conciliar los ánimos: yo entiendo que mas insurgentes ha hecho con sus manejos, que los

que ha destruido con su tropa. No solamente á los individuos, sino á las corporaciones mas dis-. tinguidas ha tratado con el mas alto desprecio. Si los pobres cabildos de Leon, Silao y Guanajuato pudieran hablar con libertad, oiria V, E.

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los desprecios y ultrages que han sufrido. Era muy frecuente en su boca decir, que entraria á degüello en tal ó tal lugar por cualquier cosa. Aun á los sugetos beneméritos que servian al rey bajo de sus órdenes, los estropeaba y removia á su antojo, cuando no iban con sus ideas. Pregunte V. E. por qué removió al Sr. conde de Galvez de la comandancia de Leon: por qué al Sr. Castro de la de Guanajuato; y por qué habria removido, si hubiese podido, á Guizarnotegui de Celaya porque le replicaban; porque no le auxiliaban en sus comercios, y porque no eran esclavos de su voluntad. En fin, ¿para qué me he de cansar en menudencias ? Diré solo por conclusion, que no hay un solo hombre en la provincia fuera de sus criaturas, que lo quiera todo el mundo se queja amargamente; de modo que euando se publicó su remocion, pensáron en haceruna misa de gracias..

,, Si la conducta política ha sido mala, la civil no puede haber sido buena. Toca á esta en particular el órden interior de los pueblos. El Sr. Iturbide se ha ingerido en todo, ha dispuesto de los caudales públicos y de los particulares, hasta que se le mandó acordarse con el Sr. Intendente. Ha publicado leyes sin autoridad: ha derogado, ó qué sé yo si diga despreciado las

leyes y órdenes de ese superior gobierno. Se ha ingerido en asuntos que no son de su pertenencia. Por último, ha hecho de un soberano, pero no justo y amante de sus pueblos, sino de sus conveniencias; sus enemigos le Haman el Pigmaleon de la América.

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En cuanto a su conducta militar, es público y notorio que sus tropas no tienen disciplina ni subordinacion: que á pesar de haberse sacado de solas estas cajas reales un millon y cerca de trescientos mil pesos, están deshabilitadas: que las guarniciones de los pueblos están aniquiladas, incapaces de defender sus campos y ganados. Vaya un egemplo: Silao, cuando entró el Sr. Iturbide, tenia 200 hombres de caballería; en el dia no tiene ni 100. Se les ha sacado para Chamacuero y otros lugares á perecer. Los insurgentes nos han atacado y causado millones de males: su Sría. nos há sacado las guarniciones, y que se ha salido del Bagio. Se dice, pero yo no lo sé, que ha faltado á las combinaciones con el Sr. Negrete.

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Si V. E. quiere saber bien todas estas cosas, no se las pregunte á los tímidos del Bagio, sino al Escmo. Sr. D. José de la Cruz, al Sr. Obispo de Guadalajara, de quien tengo una carta en que se esplica con amargura; al Sr. Obispo

de Valladolid, de quien tengo otra carta en que me dice, con relacion al Sr. Iturbide, que el que pensaba saliese melon salió calabaza: pregunte V. E. á los vecinos y corporaciones de las provincias limítrofes á la nuestra. Mas aseguro á V. E. que si el Sr. Iturbide se fuera á España, y se pusieran edictos convocando acusadores y quejas, no habria uno que no lo fuera, esceptuando los suyos.

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Se dirá acaso, acaso, que es por un espiritu de insurgencia ? No es así: ahí tiene V. E. á los Sres. Orrantia, Castro, Monsalve, Linares, Negrete, &c. &c., amados de todos los pueblos. Lo que se aborrece es el despotismo, el orgullo, el espíritu de devastacion por hacer su negocio ; no la subordinacion y el celo por la justa causa. Ninguno ha sido mas severo contra los insurgentes que el caballero Guizarnotegui, y le ha llorado Celaya porque era hombre integro, y no estorsionaba para comerciar.

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,, Supuesto lo relacionado, no puede haber en el Sr. Iturbide un fondo sólido de cristianidad; porque este es incompatible con la inhumanidad y demas escesos que he referido por mayor : digo en el fondo, porque en lo esterior si le he visto oir misa, resar el rosario aunque sea la una de la mañana, en voz alta que le oigan los soldados y

domésticos; y me aseguran que confiesa y comulga amenudo. Esto yo no lo entiendo y no puedo esplicarlo mas que con decir, que nos alimentamos de contradictorios.

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Por conclusion aseguro á V. E. que toda esta provincia está aniquilada, casi para espirar, sin agricultura, sin comercio y sin minería: y lo peor de todo, sin esperanza de remedio si las cosas siguen como hasta aquí; es decir, bajo el sistema que siguia el Sr. Itnrbide. Al sistema ó su conducta unicamente debemos atribuir las desgracias; pues los insurgentes no son en mayor número de lo que eran cuando entró á la comandancia. Ahora en los tres meses que hace esta ausente el Sr. Iturbide, hemos tenido algun alivio; pues los infatigables tres ó cuatro comandantes del Bagio, solo se han dedicado á perseguir á los rebeldes, y no á comboyar sus mercancias. A V. E. no se le ha informado la verdad: los partes tanto de las espediciones como de la guarnicion de los lugares, siempre van ó han ido desfigurados. Las desgracias que tuvimos el 25 de Agosto próximo pasado, viniéron de habernos sacado gran parte de la guarnicion el 13 del mismo mes, y creo que á V. E. se le quiso dar á entender, acompañándole el estado de la fuerza de aqui, del 1°. del mismo mes, que estaba completa. Yo

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