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sé que acciones perdidas se han dado por ganadas, y obligándose á un comandante local á que mude el parte: yo sé, y sabe todo el mundo, que la fuerza imaginaria se ha puesto como efectiva. A este tenor han sido todas las cosas.

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Fuera de esto que he referido, hay ó dicen, mucho mas, de que no puedo salir garante. Como por egemplo, de entrar anunciando á su compañero de comercio, el saqueo de un pueblo para comprar los efectos, y de ahí revenderlos: come lo de haber vendido á otro su compañero, que es decir á sí mismo, el maiz de Mendoza á cuatro reales fanega, y revenderlo á dos pesos: como el de alguna infidencia en la correspendencia pública, pues dicen que han venido cartas abiertas: que la llave ó candado de la balija ha venido falseado ; y que en fin, el Sr. Iturbide està instruido de lo mas reservado; y aseguran que ya ha habido sus reconvenciones entre los administradores del correo. Son muchos crímenes estos para que yo lo crea; pero esta voz es muy comun.

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He concluido, Sr. Escmo., esponiéndole lo que sé Ꭹ he oido decir; solo me resta asegurar á V. E. que yo no aborrezco al Sr. Iturbide; quisiera tanto como S. S. que las cosas no fueran como se dicen, y ser yo el primero que tributara elogios á su conducta; pero amo al público, y no quiero coadyuvar á sus desgracias ocultando la

verdad. Si en algo me hubiere escedido, suplico & V. E. me disimule y rompa mi informe: jamas habria yo dicho cosa alguna si V. E. no me hubiera estrechado con su superior oficio: sé que seré víctima de la verdad ; pero sufriré con resignacion.

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Dios guarde á V. E. muchos años. Guanajuato 8 de Julio de 1816.-Escmo. Sr.-Dr. Antonio Labarrieta.—Escmo. Sr. D. Felix María Calleja, virey de Nueva-España."

Por el tenor de este informe se infiere el valimiento que Iturbide tenia con el tirano Callejas, y cuales debian ser sus crímenes cuando obligaba á su mismo protector á proceder contra él, pidiendo informes á los realistas de reputacion como Lavarrieta; en consecuencia de estos reclamos se hallaba detenido Iturbide en Mégico de simple coronel de milicias, sin mando, ni poder, ni consideracion, ni concepto alguno; vivia solo entregado al juego, que es una de sus favoritas pasio nes, y abandonado á sus vergonzosos amores.

Motivos de la Eleccion de Iturbide.

Parecerá sin duda una imprudencia imperdonable á los serviles, haber puesto por agente suyo

á un hombre tan desconceptuado, tan perverso y tan malvado; pero tuviéron presentes las consideraciones poderosas que la esperiencia acreditó, y que en efecto fuéron muy eficaces. La primera: que los Americanos son dóciles, fáciles á deponer el espíritu de venganza, y á perdonar cualquiera agravio cuando se les hace un beneficio, y ninguno mayor para ellos que el de hacer la independencia. Segunda: que nunca Iturbide hacia nada por el interes de la patria y el establecimiento de la libertad que en todo trance seria siempre el firme apoyo del despotismo, único obgeto de sus votos ; que visitaria conventos de monjas, besaria la mano á los frailes, y seguiria en todo el plan que se propuso Fernando VII. en el año de 14: la tercera, que la profunda hipocresía de Iturbide, su artera política, su conocimiento del terreno, su buena presencia, y sus modales agradables cautivarían á la plebe ignorante, disimulando y aun oscureciendo su conducta pasada con el brillante prestigio de la indeperdencia y libertad, como en efecto asi se verifico.

Maniobras de los Serviles y Miras de Iturbide.

Provistos ya los serviles de agente, tratáron de comenzar á maniobrar y buscar prosélitos. Un personage de Mégico á pretesto de asuntos con los Manilos, partió á Guadalajara á ponerse de acuerdo con el Sr. Cruz y Negrete, con lo que aseguráron las provincias internas de Mégi

co.

Iturbide que hasta entónces habia llevado una vida privada, sin querer mezclarse en ningun asunto público, y que acaso estaba resentido porque no lo habian distinguido como merecian sus criminales servicios: pues él era coronet cuando á otros ménos tiranos los habia premiado la España con cruces de distincion, despachos de brigadieres, mariscales de campo &c., admitió el encargo, proponiéndose ya en su perverso corazon ̈ engañar á los Españoles y á los Americanos. Consultó este negocio con su rubia Aspasia, de quien hemos hablado. Esta le aconsejó que dè ninguna manera proclamase el plan segun se lo habian dado en la Profesa, sino que le variase todo lo que hablara de reposicion de inquisicion, y de restablecimiento absoluto del sistema de gobierno conforme estaba en el año de 808. La razon

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en que se apoyaba era la mas exacta que podria darse, pues los Criollos y Españoles liberales, le decia, no convendrán en un plan en que no se ve otra cosa que las ideas de los serviles. Es preciso contemporizar con unos y otros, y por lo mismo conviene que en el plan ni se exaspere abiertamente á los liberales, ni se les quite toda esperanza á los serviles. Convencido de esta reflexion Iturbide, le propuso al Ldo. Zozaya que variase el plan con arreglo á aquellas ideas, Zozaya por su natural disipacion principalmente en el juego, retardaba el desempeño del encargo de Iturbide, por lo que enfadado este, le propuso el mismo proyecto al Ldo. D. Juan José Espinosa de los Monteros, quien en efecto lo varió segun corre hoy y se proclamó en Iguala. Verificada la reforma del plan, sin que supiéran nada los autores de la Profesa, se dispuso Iturbide á comenzar su obra, y con este obgeto pretendió repentinamente la comandancia de las provincias del Sur, que no podia servir su antiguo comandante Armijo, por enfermedad. Los serviles pusieron bajo la custodia de Iturbide 700,000 pesos, á pretesto de que los condugera al puerto de Acapulco, perteneciente á su comandancia, para que los entregara á los Manilos, y asi se puso en camino con este auxilio. La órden circular que espedió el gobierno de

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