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dro Yañez: D. José Maria Fagoaga: Ldo. D. José Espinosa de los Monteros: Ldo. D. Juan Francisco Azcárate: Dr. D. Rafael Suarez Pereda. Suplentes, D. Francisco Manuel Sanchez de Tagle: oidor D. Ramon Oses: D. Juan José Pastor Morales: D. José Ignacio Aguirrevengoa. Esta lista fué tan mal recibida en el pueblo, que jamas la volvió á nombrar Iturbide.

Medidas del Gobierno de Mégico contra Iturbide.

No podian apetecer mas los serviles, pues á escepcion de Fagoaga, Oses, Tagle y algun otro, todos los demas eran los mas anti-criollos que ha tenido Mégico; pero el gobierno de la capital, para quien no podia darse voz mas alarmante que la de independencia, bajo cualquier pretesto que fuese, rehusó las propuestas, se las hizo de paz á Iturbide, ofreciéndole el indulto con dinero y graduacion superior à la que tenia, y dispuso sus tropas para defender á toda costa la dominacion Española. Acampó su egército, que constaria de 6,000 hombres, desde Mégico á S. Agustin de las Cuevas, pueblo situado cuatro leguas al Sur

de esta capital. Si este egército hubiera avanzado hacia tierra caliente, sin duda que hubiera derrotado completamente á Iturbide; pero los serviles que trabajaban á favor de la independencia y cont a la libertad, hicieron creer al gobierno que tenia mucha tropa, y que estaba combinado con la provincia de Guadalajara, por medio de Negrete y Cruz, y así que era mejor esperarlo y defenderse unicamente, mientras que se manda-ban reclutar en todo el reino las mas tropas que se pudiera, y levantado un grueso egército, persc guirlo por todas partes á el y á sus aliados.

Causas que al principio favoreciéron los progresos de Iturbide.

Esa apatía en que se mantuvo el gobierno y egército de Mégico, dió lugar á que Iturbide aumentase su fuerza y ganase opinion. El supo aprovecharse de esta ocasion: envió emisarios á cuantas partes pudo, ponderó su partido con estremo y sus aliados, que no perdian oportunidad de llevar adelante sus miras con el engaño, alababan el plan de Iguala, y lo calificaban del único que podia hacer la independencia de Mégico. Se fingian los mas liberales, aun siendo

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les mas realistas, y para quitar el obstáculo que podia producir el allanamiento del rey de España, daban varias razones con que alucinaban al pueblo. Unos decian : este no es mas que un pretesto para que los Españoles no se opongan á la independencia; pero una vez consolidada esta, se tratará si á la nacion conviene ó no ser gobernada por este rey á quien llama: en caso que efectivamente le convenga lo verificará; pero si balla que no, establecerá el gobierno que le sea mas útil, sin que el plan propuesto por Iturbide pueda servir de embarazo para que la nacion quede en libertad de hacerlo; pues como Iturbide respecto de la nacion no es mas que un particular, y que aun estendiéndose hasta lo último, jamas puede contar con otra cosa que con la voluntad presunta de la nacion, nunca podrá decirse que esta se ha de entender para admitir y no poder revocar lo que positivamente la dane. El Congreso Megicano constituyente, cuando esté establecido con entera legitimidad y perfecta libertad, será el órgano de la voluntad espresa de la nacion: él entónces calificará y sancionará lo que le convenga cuanto se haga hasta tanto que su instalacion no llegue, debe entenderse provisional, y consentido tacitamente por la nacion en Jo favorable; mas de ninguna manera en lo ad

verso.

Este modo de discurrir cra ciertamente muy conforme con el derecho de gentes. Iturbide mismo no manifestaba otras ideas entre las personas de conocimientos. Hipócrita! Asi engañaba á los pueblos con los principios mismos de derecho! ¿dónde está dónde está el cumplimiento de ellos? El Congreso por ventura ha obrado algun momento con entera libertad? La amenaza, el tcmor, las bayonetas han precedido siempre á sus deliberaciones. Si alguna vez ha pronunciado una ú otra palabra liberal, ha sido aventurando sa existencia. No podrá desmentir Iturbide que sus promesas eran de obedecer á la nacion, ó lo que es lo mismo, al Congreso. Bastará recordar las palabras que dijo en S. Juan del Rio al licenciado Morales, y que este transcribió en el número 9 de su apreciable periódico El Hombre libre.

Morales, le dijo Iturbide, el Sr. Victoria trae algunos planes sobre forma de gobierno; pero yá hemos quedado en que lo que el Congreso diga sea, y no otra cosa; de suerte que si el Congreso dice blanco, y yo hallo en mi conciencia que debe ser negro, digo yo blanco tambien cuya frase la repitió dos ocasiones.

Entrevista de Victoria con Iturbide.

Para la debida inteligencia de este pasage, es necesario saber que cuando despues del grito de Iguala, partió Iturbide para el Bagio á llevar á él la independencia, tomó por capitulacion el referido pueblo de S. Juan del Rio. El general D. Guadalupe Victoria, verdadero benemérito de la patria, por su valor, virtud y constancia, sostuvo gloriosamente sin desmayar la causa augusta de la independencia y libertad, hasta que al fin, hallándose sin recursos ni auxilio, y habiéndosele indultado casi toda su tropa, despues de la llegada del virey Apodaca á Megico, se vió en la dura necesidad de ceder á las tristes circunstancias, aguardando nueva ocasion para continuar su noble empresa de libertar á su patria. Le hizo el gobierno muchas propuestas ventajosas, con tal que se indultase ; pero su alma es de un temple demasiado heróico para haberse humillado á la admision de un indulto; y renunciando á su comodidad, su reposo y hasta su misma existencia, mas bien quiso morir libre é independiente entre las fieras, que vivir con ignominia arrastrando la cadena del gobierno que oprimia á su pais. Con esta resolucion abandonó la sociedad de los hombres, escogió por asilo una escondida cueva entre las sierras

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