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torial, del fanatismo y de las preocupaciones. Si entre ellos hubo uno ú otro atentado, fué efecto de la ignorancia de los pueblos, y el resultado de esa misma guerra fratricida, con que el gobierno Español y sus ministros sanguinarios recibieron el grito de libertad que lanzara Hidalgo y sus ilustres compañeros, mas nunca fué consecuencia del sistema de operaciones de los patriotas. ¿ ટ્ A qué fin, pues, proteger decididamente á los Españoles mas obstinados contra los insurgentes, colocándolos en los primeros destinos? ¿A qué fin abatir y desconceptuar á estos, de suerte que á escepcion de Guerrero y Bravo, con quienes ha tenido alguna consideracion, principalmente con el primero, todos los demas están desatendidos; y el que mas ha conseguido ha sido un pequeño empleo que apénas le dá para subsistir con escasez, cuando los Españoles, los Criollos desnaturalizados adictos á ellos, y los indultados, están en medio de la opulencia y profusion? Y finalmente, ¿ á qué sostener con tanto ardor el plan de Iguala al principio, presentándosele ocasiones muy oportunas para variarlo? No son estas pruebas evidentes ¿ de que su intencion era no disgustar á los serviles? Será muy necio quien no deduzca de aquellos hechos esta consecuencia. Basta de reflexiones, y continuemos la série de la narracion.

Opinion general á favor de Iturbide, y ventajas que le resultáron.

Generalizada, pues, la opinion á favor de Iturbide, ya bajo de este, ya bajo de aquel aspecto, comenzó á robustecerse su partido, al mismo tiempo que á debilitarse el del gobierno de Mégi Co. Desde Iguala escribió á varios comardantes, convidandolos con el plan entre ellos lo hizo á D. Anastasio Bustamante, que estaba entónces en uno de los pueblos del Bagio. Médico de profesion, la que habia abandonado para tomar la de las armas en favor del gobierno Español, y contra los patriotas: valiente, orgulloso y grosero, de pocos alcances, y muy decidido por la causa del rey de España: alucinado con el plan de Iguala, proclamó en todo el Bagio la independencia; mas aunque él ha tenido siempre la fama de esta accion, en realidad á quien se debe es af teniente coronel Cortazar, que entonces se hallaba tambien en el Bagio. La caballería de estos lugares es la mejor de todo Mégico como compuesta de gentes del campo, acostumbradas desde Ja niñez à domar caballos, y â sufrir los rigores de las estaciones del año en el cultivo de la tierra. Tanto incremento tomó la independencia en el Bagio, y de tal manera se aumentó la tropa de

fos independientes, ó trigarantes (nombre que daba Iturbide á sus nuevos revolucionarios para distinguirlos de los insurgentes, cuyo epiteto era un insulto para ellos), que creyéndose mas seguro Iturbide con esta tropa, que aun en medio de la provincia donde habia dado el grito, partió para allá, y se unió con Bustamante y Cortazar. Es preciso en obsequio de los Americanos, dar aquí una muestra de su carácter generoso. Aquellos mismos pueblos del Bagío, tiranizados y oprimidos por Iturbide pocos años antes, al verle con la investidura de defensor de la independencia, olvidan sus injurias, sus agravios, le reciben con entusiasmo, y se someten gustosos á sus órdenes. Ingrato! Insensato! Ambicioso! Desdeñando atar los corazones con los lazos indisolubles de la gratitud, del amor y de la ternura, ha empuñado el cetro de hierro, para oprimir con la tirania y despotismo á esos mismos pueblos, que generosamente le perdonaban, le obedecian, y se inclinaban á amarle !!!

Llegada de Iturbide al Bagío.

Situado ya en el Bagio, y rodeado de buena tropa, comenzó á prosperar rapidamente. Los papeles públicos de Mégico, y principalmente la

Abeja poblana, escrita por Troncoso en Puebla, le dieron mucha opinion en los pueblos, que se le unian con prontitud y entusiasmo: sus emisarios no perdian tiempo en seducir á las tropas enemie gas; por otra parte el gobierno Español se hacia odioso, exigiendo préstamos, y obligando al servicio militar personal á los ciudadanos, como que cada dia se le escaseaban mas y mas los recursos esteriores: todas estas causas reunidas contribuyéron á que Iturbide adelantase con rapidez su partido. Se le unió en Valladolid su comandante D. Luis Quintanar, y tomada aquella plaza, aumentó considerablemente su fuerza. La derrota de Hevia en Córdoba le aseguró de toda la provincia. Esta derrota, la accion de Tepeaca, anterior á csta, la escaramuza en las goteras de Querétaro, la accion de la hacienda de la Huerta junto á Toluca, y la del pueblo de Azcapotzalco, han sido las únicas que se han ofrecido en clase de combate en toda la época de la independencia, desde el grito de Iguala hasta la entrada en Mégico; mas ninguna de ellas dirigida por él, y acaso á pesar suyo, sino fué la escaramuza de Querétaro, en que sorprendido por 400 hombres al pasar cerca de la ciudad para S. Juan del Rio, los rechazó con 30. En efecto, esta accion fué gloriosísima, y no se le podrá quitar jamas su

mérito, ni dejar de recomendar el valor de la tropa que se batió.

Propuestas que le hizo el general
Victoria.

Hizo, pues, mansion en San Juan del Rio, tomando desde allí todas las medidas necesarias para tomar á Querétaro, y entonces fué cuando lle. gó á verle el general Victoria. Siempre ha considerado Iturbide á este verdadero héroe como un rival que lo eclipsa en los fulgentes rayos de su fama. El acendrado patriotismo y la generosidad, la constancia y pureza de la conducta política que distinguen á este famoso gefe, tienen demasiado brillo para que pueda soportarlas aquel antiguo enemigo de la independencia. Le recibió, sin embargo, con agrado y estimacion, oyó sus reflexiones, y le contestó lo que queda referido cası al principio de esta obra. Entre otras cosas que pasáron entre los dos, fué una la de advertirle Victoria, que seria muy conveniente hacer las principales capitulaciones, y determinar los asuntos mas graves que ocurrierán, por una asamblea de gefes militares ; la que debia en algun modo suplir á falta de gobierno, lo cual se observará es

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