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En cuanto á lo segundo, que mira á la renta de los profesores, estoy entendiendo en el modo de hacerlo sin gravar al público, y de manera que pudiendo subsistir con ellas, trabajen con empeño, y no abandonen, como hasta ahora, la instruccion médica, por falta de competente dotacion.

Pero en cuanto á lo tercero, que consiste en la dotacion de becas, esta debe correr de cuenta de las capitales é intendendencias, en aquella parte que ceda en su propio bien. Quiero decir, que cada Intendencia deberá, conforme á los fondos que pueda reunir, dotar un número determinado de becas, que ocupen sus propios hijos, los cuales, luego que hayan concluido sus estudios, regresen á su patria, para recompensar á ésta el beneficio que les ha hecho.

Una de las constituciones del Colegio prevendrá, que los niños que se hayan de remitir á esta capital, sean de natales decentes y de buena educacion: que esten instruidos en Aritmética que entiendan la lengua latina, y hayan estudiado de la Filosofía, cuando ménos, la Lógica: que han de ser puestos en esta capital, á costa del pueblo que los remita: que por la enseñanza y alimentos de cada uno, se han de pagar doscientos pesos del fondo público que se destinase al costo de becas, si es que tienen padres, ó patrones que les ministren una moderada decencia, y una corta asignacion semanal para su bolsillo: las cuales se individualizarán en las constituciones. Pero si fuesen tan desvalidos, que careciesen del último recurso, en este caso, los fondos públicos abonarán cien pesos mas al Colegio; por manera, que en lugar de doscientos pesos se pagarán trescientos anuales, para que corra de cuenta de los administradores y maestros del Colegio la enseñanza, subsistencia y vestido de estos hijos de la beneficencia y piedad pública.

Cada Intendencia, ú obispado, si la primera no lo sufriese, deberá esforzarse á costear, á lo ménos, seis becas, para que cada dos años se remitan dos jóvenes al curso, que ha de completarse en seis: y así estén los primeros acabando, mientras otros principian, y se hallan los segundos en el medio de la carrera: y de este modo haya siempre un número competente para formar médicos, cirujanos y farmacéuticos bien instruidos en sus respectivos ramos, á fin de que las capitales, que deben socorrer á los pueblos de sus dependencias se vean completamente asistidas.

Para proporcionar estos fondos públicos, cada ciudad, villa y pueblo grande de las Intendencias y Gobiernos, podrá coneurrir con alguna parte de sus propios. Se podran igualmente aplicar algunos sobrantes de hospitales bien rentados, y de otras obras piadosas, ó cualesquiera establecimiento que pue

da considerarse coadyuven al objeto propuesto. Si en alguna universidad ó colegio se encontrase haber alguna cátedra rentada para la enseñanza de la Medicina; esta deberá suprimirse, y aplicarse su dotacion al fondo de becas del Colegio de esta facultad en Lima, puesto que S. M. por cédula expedida en 12 de Julio de 1807, manda con altísima prudencia, que en ⚫ todas las universidades en que, por falta de teatros é instrumentos, no pueda esta enseñarse cual conviene, cesen las cáedras de su profesion. Cuya providencia es ciertamente muy saludable, porque semejantes cátedras solo pueden formar unos jóvenes nutridos con teorías que hagan pagar caramente á los enfermos los sueños y extravíos de que está imbuida su imaginacion.

Cuando todos estos recursos falten, debe apelarse á las subscriciones públicas. Por este medio, la Inglaterra recoje, para el alivio de los enfermos, y de otros miserables, rentas tan copiosas, que algunos hacen subir su monto á doce millones de pesos anuales, y otros á diez y nueve y medio.

Con este objeto, toda comunidad ó particular que goce de propiedades ó rentas, ó que tenga giro lucrativo, debe concurrir anualmente con una pequeña cantidad, que agregada á otras, hará una suma considerable, sin gravar á ninguno en particular.

Para colectar estas limosnas, se formarán en cada cabeza de Obispado dos juntas, con el título de caridad y beneficencia pública: la una eclesiástica, y la otra secular. La primera será presidida por U. S. I., Señor Obispo: y se compondrá de cuatro individuos; dos del cabildo eclesiástico, y dos del clero: de los cuales se mudará anualmente la mitad. La segunda será presidida por U. S., Señor Intendente: y constará igualmente, como la otra, de cuatro vocales; dos del ayuntamiento, y dos de los vecinos honrados: de los cuales igualmente se mudará en cada año la mitad; para que así todos participen del honor y trabajo de hacer bien.

Estas juntas por medio de sus diputados en las provincias, colectarán lo que ofreciéron los de ámbos estados eclesiástico y secular, que respectivamente les pertenecieren. Luego que haya fondo, y conforme á él se arreglen las becas que pueda soportar; lo publicará la junta en la capital, y en las villas á ella sujetas; para que puedan ocurrir todos los jóvenes que hayan estudiado Gramática latina y Filosofía, segun lo arriba expuesto: y á pluralidad de votos se eligirá el que se juzgare

mas aparente. Bien que los hijos de personas acomodadas, que puedan sufragar lo preciso para costearles las pensiones del Colegio, no serán admitidos á partir del pan de los pobres, y privarlos de él; pues que en el Colegio se admitirán tambien pensionarios, que conforme al plan para las becas dotadas, costeen las suyas.

Cada junta remitirá anualmente á esta Superioridad una razon del ingreso, estado y gasto de sus fondos, con el nombre de las personas que sufragan, y la cantidad en que cada una de ellas lo ejecuta; para que, por medio de la prensa, comunique al público la justa inversion de sus limosnas, y merezcan su aprecio las personas generosas.

V. S. con su alto discernimiento adoptará las demas reglas que creyese oportunas para la consecucion del fin que aquí se indica. ¿Y cuál otro puede ser ni mas noble, ni mas digno de un prelado, de un juez, de un ciudadano, que sacar de la miseria criaturas indigentes, que bien educadas, serán el apoyo de sus pobres padres, el tronco de una nueva familia, el alivio y consuelo de los enfermos, los amigos mas útiles y necesarios, en todos los males que tiran á destruir nuestra existencia? Y desenvolviéndose en un gran teatro estos talentós que iban á perecer sin cultivo; ¿cuántos llegarán á un alto grado de sabiduría, que los haga luz y precioso ornamento de su pâtria?

Al lado del espíritu de encono y rencor, que agita y arruina con la guerra al género humano en estos tiempos calamitosos, ha querido la divina providencia se reanime el de filantropía ó amor fraternal, para consolarnos en alguna manera de las desgracias que lloramos. Así se ha visto en nuestros dias, emplearse sábios virtuosos en viajar por las cárceles para mejorar la suerte de los presos, y hacer mas tolerables y útiles sus cadenas. Otros con igual fin han visitado los presidios: y la América del Norte debe gloriarse de que naciese en su suelo Benjamin Conde de Runfort, que empleando sus talentos y su corazon en minorar la adversidad de los soldados, de los pordioseros y de otras muchísimas clases de indigentes, en la Baviera, ha puesto excelentes modelos para ser imitados por las demas naciones de la Europa. Los moradores del Perú, cuya franqueza y liberalidad son conocidas en todos los paises á donde ha llegado su nombre, darán tambien, por los medios propuestos, el ejemplo mas noble de hacer felices á los niños nacidos en pobreza: aumentar por su medio una poblacion honrada: introducir el órden, la caridad, la dulzura y la ciencia en los

hospitales, mudando estos sombríos palacios del dolor y de la muerte, en albergues risueños de salud: en una palabra, ilustrar al Perú y consolar, y beneficiar á todas las clases de gentes que le habitan, en las circunstancias mas dolorosas que rodean al hombre, cuales son las enfermedades.

Dios nuestro Señor guarde á V. S. muchos años.

Lima, y Marzo 31 de 1808.

DESCRIPCION DEL CEMENTERIO GENERAL MANDADO ERIGIR EN LA CIUDAD DE LIMA POR EL EXCMO. SEÑOR P. JOSÉ FERNANDO DE ABASCAL Y SOUS VIREYA, Y CAPITAN GENERAL DEL PERÚ. (1)

En el sitio mas elevado, á sotavento de la ciudad, en que la nueva portada de Maravillas dá salida para la provincia de Huarochirí, á distancia de 630 varas á la izquierda, se ha dejado un camino de á pié paralelo al comun, que se extiende 375 varas sobre 10 de ancho. Las primeras 185, destinadas para el Jardin Botánico, formarán su cerco alternado de rejas de bronce en el cuadro de 150 varas, que comprenden las clases divididas en la forma mas armoniosa, y clara para la instruccion, en cuyo pormenor se hará ver lo singular que tiene, respecto de los que hasta ahora se han plantificado.

En el punto en que termina el jardin, sigue su línea 190 varas del frente del Campo Santo, aplicado á dos jardines para los Capellanes, con 50 varas de fondo hasta la fachada: esta porcion la cercan 34 verjas alternadas de 5 en 5 varas por pilares, que guardan uniformidad con las pilastras, y jarrones del costoso muro del cementerio. En medio de las dos jardines tiene la entrada por una puerta de rejas, que anuncia el objeto del edificio con esta inscripcion:

[1] Véase la página 75 de dicha relacion,

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