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resado, si otras circunstancias menos complicadas hubieran permitido este concierto. Desgracia ha sido ciertamente que ya no se halla verificado esta union de los padres de sus pueblos; pero desgracia que será menos sensible para su benéfico corazon, ya que por resultado se presentan esperanzas alhagüeñas para lo venidero, y que bien pronto llegará á caminar la nacion con pasos seguros á su mayor felicidad y prosperidad. Empiezan á realizarse estas esperanzas, puesto que el rey ha nombrado para su lugar teniente en el gobierno de estos reynos á un principe, que sin otro interes que el de la España, acreditado ya con las atenciones benéficas y continuas en el mando de su ejército, se dedica con empeño y medios los mas oportunos á cuanto puede contribuír á su gloria y felicidad.

La junta de gobierno, intimamente asociada á todos los sentimientos del consejo, ha considerado bajo del mismo aspecto la crisis de los sucesos anteriores; y en la determinacion adoptada por la sabiduria del tribunal, y á que suscribe énteramente, juzga cumplidos los decretos irrevocables de la providencia que jamas abandona á un pueblo religioso, amante de sus soberanos y de las leyes que le gobiernan.

Los documentos principales que se citan, y habia tenido presentes el consejo en el pleno celebrado el 6 de este mes, con asistencia de los excelentísimos señores vocales de la junta de gobierno marques Caballero, bailio Fr. D. Francisco Gil, y D. Gonzalo Ofarril, son los siguientes;

PROTESTA.

"Protesto y declaro que todo lo que manifiesto en mi decreto del 19 de Marzo, abdicando la corona en mi hijo, fué forzado, por precaver mayores males, y la efusion de sangre de mis queridos vasallos, por tanto de ningun valor.

YO EL REY.

Aranjuez y Marzo 21 de 1808."

CARTA REMITIENDO LA PROTESTA AL EMPERADOR Y REY.

“ "Hermano y señor:

V. M. sabrá ya con sentimiento el suceso de Aranjuez y sus resultas: y no dejará de ver sin algun tanto de interes á un rey, que forzado á abdicar la corona, se echa en los brazos de un gran monarca su aliado, poniéndose en todo y por todo á su disposicion, pues que el es el único que puede hacer su dicha, la de toda su familia, y la de sus fieles y amados vasallos: Heme visto obligado á abdicar; pero seguro en el dia y lleno de confianza en la magnanimidad y genio del grande hombre, que siempre se ha manifestado mi amigo, he tomado la resolucion de dejar á su arbitrio lo que se sirviese hacer de nosotros, mi suerte, la de la reyna:::: Dirijo á V. M. I. y R. una protesta contra el acontecimiento de Aranjuez y contra mi abdicacion. Me pongo y confio enteramente en el corazon y amistad de V. M. I. Con esto ruego á Dios que os mantenga en su santa y digna guardia. - Hermano y señor. M. I. y R. su afectísimo hermano y amigo.

De V.

CARLOS."

REITERACION DE LA PROTESTA DIRIGIDA AL SEÑOR INFANTE D. ANTONIO.

"Muy amado hermano:

En 19 del mes pasado he confiado á mi hijo un decreto de abdicacion:::: En el mismo dia extendí una protesta solemne contra el decreto dado en medio del tumulto, y forzado por las críticas circunstancias. ::: Hoy que la quietud está restablecida: que mi protesta ha llegado á las manos de mi augusto amigo y fiel aliado el emperador de los franceses y rey de Italia, que es notorio que mi hijo no ha podido lograr le reconozca bajo este título: :: declaro solemnemente que el acto de abdi

cacion que firmé el dia 19 del pasado mes de Marzo es nulo en todas sus partes: y por eso quiero que hagais conocer á todos mis pueblos, que su buen rey, amante de sus vasallos, quiere consagrar lo que le queda de vida en trabajar para hacerlos dichosos. Confirmo provisionalmente en sus empleos de la junta actual de gobierno á los individuos que la componen, y todos los empleados civiles y militares que han sido nombrados desde el 19 del mes de Marzo último. Pienso en salir luego al encuentro de mi augusto aliado el emperador de los franceses y rey de Italia; despues de lo cual transmitiré mis últimas órdenes á la junta.

San Lorenzo á 17 de Abril de 1808.

A la junta superior de gobierno."

YO EL REY.

CARTA DE S. M. EL EMPERADOR DE LOS FRANCESES Y REY DE ITALIA Á S. A. R. EL PRINCIPE DE ASTURIAS.

"Hermano mio:

He recibido la carta de V. A. R. Ya se habrá convencido por los papeles del rey su padre del afecto que siempre le he tenido: en las presentes circunstancias. V. A. me permitirá le hable con franqueza y lealtad. Yo esperaba en llegando á Madrid de inclinar á mi ilustre amigo á que hiciese en sus dominios algunas reformas necesarias, y que diese alguna satisfaccion á la opinion pública. Separar de los negocios al principe de la Paz, me parecia una cosa precisa para su felicidad y la de sus pueblos. Los sucesos del Norte han retardado mi viaje. Las ocurrencias de Aranjuez han sobrevenido. No me constituyo juez de lo que ha sucedido, ni de la conducta del principe de la Paz; pero lo que no ignoro es, que nunca deben los reyes acostumbrar sus vasallos á derramar la sangre haciéndose justicia por si mismos. Ruego á Dios que V. A. R. no lo experimente jamas. No seria conforme al interes de la España que se persiguiese á un principe que ha emparentado con una princesa real, y que tanto tiempo ha gobernado el reyno. Ya no tiene mas amigos. V. A. R. no los tendrá tampoco, si algun dia dejase de ser dichoso. Los pueblos aprovechan las ocasio

nes de vengarse de los respectos que nos tributan::: No podeis juzgar al principe de la Paz: sus delitos, si se le imputasen, deben sepultarse en los derechos del trono. Muchas veces he manifestado mi deseo de que se separase de los negocios al principe de la Paz: sino he hecho mas instancias, ha sido con motivo de la amistad del rey Carlos, apartando la vista de las flaquezas de su afeccion. ¡Ŏ miserable humanidad, debilidad y error: tal es nuestra divisa! Mas todo esto se puede consiliar; que el principe de la Paz sea desterrado de España, y le ofrezco asilo en Francia. En cuanto á la abdicacion de Carlos IV, ha tenido efecto en el momento que mis ejércitos ocupaban la España; y la Europa y la posteridad llegarian á creer que yo he mandado tantas tropas con el solo objeto de derribar del trono á mi aliado y mi amigo. Como soberano vecino debo enterarme de lo ocurrido, antes de reconocer esta abdicacion. Deseo pues conferenciar con V. A. R. sobre este particular. La circunspeccion que he guardado hasta ahora sobre estos asuntos, debe convenceros del apoyo que hallareis en mí, si jamas las facciones, de cualquiera clase que fueren, le perturbasen en su trono. Cuando el rey Carlos me participó los sucesos del mes de Octubre próximo pasado, me cansaron el mayor sentimiento, y me lisonjeo de haber contribuido por mis insinuaciones á su exito:::: V. A. R. debe recelarse de las consecuencias de las emociones populares: pero no conducirian sino á la ruina de la España::: V. A. R. conoce todo lo interior de mi corazon: puede ver que me hallo combatido por varias ideas que necesitan fijarse. Podeis quedar seguro que en todo caso me conducireis con vos lo mismo que he hecho con el rey vuestro padre: estad persuadido de mi deseo de conciliarlo todo, y de encontrar ocasiones de daros pruebas de mi afecto y perfecta estimacion. Con lo que ruego á Dios que os tenga, hermano mio, en su santa y digna guardia.

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Posteriormente con fecha de 7 y 8 se han pasado al consejo real la manifestacion, carta, real decreto, y órden que siguen:

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REAL MANIFESTACION.

Españoles y amados vasallos: hombres pérfidos se ocupan en perderos, y quisieran daros armas para que las empleaseis contra las tropas francesas, anhelando reciprocamente excitaros contra ellas, y á ellas contra vosotros. ¿Cuál seria el resultado de tan siniestras intenciones? No otro sin duda que el saqueo de toda la España, y desdichas de toda especie.

Todavia se hallan en agitacion los animos facciosos, que tanto me han hecho padecer; y en circunstancias tan importantes como críticas, me hallo ocupado en entenderme con mi aliado el emperador de los franceses sobre cuanto dice relacion con vuestra felicidad. Mas precaveos de dar oidos á sus enemigos: los que os sugieren ideas contra la Francia, estan sedientos de vuestra sangre, y son ó enemigos de nuestra nacion, ó agentes de la Inglaterra: si los escuchais, acarreareis la pérdida de vuestras colonias, la division de vuestras provincias, y una serie de turbulencias é infortunios para vuestra patria.

Españoles, confiad en mi experiencia: y prestad obediencia á la autoridad que debo al Todo Poderoso y á mis padres. Seguid mi ejemplo, y persuadios de que solo la amistad del grande emperador de los franceses, nuestro aliado, puede salvar la España y labrar su prosperidad.

Dado en Bayona, en el palacio imperial, llamado del gobierno, á 4 de Mayo de 1808.

YO EL REY.

CARTA DE REMISION DEL REAL DECRETO Á S. A. I. Y R.

"Mi señor hermano:

La ausencia y mis enfermedades, no permitiéndome dedicarme por entero á los cuidados infatigables que exigen el gobierno de mis estados, la tranquilidad de mi reyno, y la conservacion de mi corona, he pensado que nada podia hacer

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