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Damos gracias tambien á V. A. I. y R. por habernos enviado aquí al general Watier, que se ha conducido muy bien.

R.

El rey mi marido quisiera ciertamente escribir á V. A. I. y pero le es absolutamente imposible por tener tanto dolor en la mano derecha que le ha quitado el sueño esta última noche. Salimos de aquí á la una para ir al Escorial, á donde llegaremos á cosa de las ocho de la noche. Rogamos de nuevo á V. A. I. y R. que dé la direccion á sus tropas para que liberten á su amigo de todos los pueblos y tropas que están contra él y contra nosotros, á fin de que no le maten, y que procuren salvarle, porque no estando entre las guardias de V. A. I. y R. no estará enteramente seguro, ni libre de que le maten. Deseamos ardientemente ver á V. A. I. y R. siendo todos suyos. Con esto ruego á Dios que tenga á V. A. I. y R. en su santa y digna guarda.

Señor y hermano mio, de V. A. I. y R. su afectísima hermana y amiga.

Aranjuez, 9 de Abril de 1808.

LUISA:

Carta de la Reyna Luisa al Gran Duque de Borg.

Señor y hermano mio:

La carta que V. A. I. y R. nos ha escrito y que hemos recibido hoy muy temprano me tranquiliza. Estamos en manos del emperador y de V. A. I. y R. No debemos temer nada el rey mi marido, nuestro comun amigo ni yo: todo lo esperamos del emperador que decidirá prontamente de nuestra suerte: gozamos ya del mayor placer y consuelo en tener mañana el momento tan deseado de ver y poder hablar á V. A. I. y R. Este será para nosotros un momento muy feliz, lo mismo que el de ver al emperador: y mientras esto sucede, rogamos de nuevo á V. A. I. y R. se sirva hacer de modo que libre de las horrorosas manos en que está á su amigo el principe de la Paz, de manera que esté en seguridad y que no le maten, ni le hagan ninguna cosa, porque esos malvados y falsos ministros que hay ahora, harán todo cuanto les sea posible para adelantarse á la llegada del emperador. Mi hijo habrá partido ya, y vá pa HISTORIA-41

ra hacer ver al emperador todo lo contrario de lo que es cierto. Tendrán tantos datos y falsedades, que presentarán con apariencia de verdaderas, que á no haber estado tan bien instruido por V. A. I. y R. podrian hacerle dudar. Mi hijo ha dejado todas las facultades para mandar y tomar todas las determinaciones en todo como él mismo, al infante D. Antonio su tio, que es muy limitado en talento é ingenio, pero sanguinario é inclinado á que nos hagan á nosotros tres y á mi hija Luisa, todo el mal posible; y aunque debe obrar con los ministros, este ministerio se compone de toda la faccion tan detestable que ha ocasionado toda esta revolucion, y que de ningun modo es afecto á los franceses, como ni mi hijo Fernando, apesar de todo lo que ha puesto en la gaceta de ayer. (1) El temor que tiene al emperador es lo que le hace hablar así. Me atrevo á decir tambien á V. A. I. y R. que el embajador es todo enteramente de mi hijo, y de ese malvado hipócrita el cura Escoiquiz, que han hecho y harán lo que no es imaginable para ganar á V. A. I. y R. y sobre todo al emperador. Prevenid bien á S. M. ántes que mi hijo le vea. Como este marcha hoy, y el rey tiene la mano tan hinchada, no ha escrito la carta que mi hijo le pedia, y asi no lleva ninguna, y el rey no puede escribir al presente de su puño á V. A. I. y R. por la misma causa, lo que le es muy sensible, porque nosotros no tenemos otro amigo, ni otra confianza que en V. A. I. y R. y en el emperador, de quien lo esperamos todo. Estad bien persuadido del grande afecto que tenemos á V. A. I. y R. y tanta confianza como seguridad.

Con esto ruego á Dios que tenga á V. A. I. y R. en su santa y digna guarda.

Señor y hermano mio, de V. A. I. y R. su afectísima hermana y amiga.

LUISA.

Carta de la Reyna Luisa al Gran Duque de Berg,

Señor y hermano mio:

Son las diez cuando recibimos una carta de mi hijo Fernan

(1) Habla sin duda de la Gaceta de 8 de Abril que contenia la real órden de Fernando VII, despidiéndose para Burgos, donde pensaba encontrar al emperador Napoleon, y dejando el gobierno al infante D. Antonio con los ministros:

do, que el rey mi marido envia á V. A. I. para que vea lo que contiene y nos diga lo que debemos hacer. Ni el rey ni yo quisieramos dar este paso, que nos ha sorprendido infinito, y que creemos no nos conviene absolutamente. El rey no ha respondido; ha mandado se diga que estaba ya acostado, para no responder á semejante carta, pero esto ha sido pretesto. Si V. A. I. tuviese á bien respondernos,.. porque, mientras tanto, nada escribiremos. Pero mañana en la tarde será preciso ejecutarlo; y así tened la bondad de decirnos lo que debemos hacer. Estamos tambien con la satisfaccion de no tener guardias de corps, ni guardias de infantería en el Escorial, solamente los carabineros; y estaremos en medio de vuestras tropas con seguridad, no como aquí con las otras, que ya no las tendremos mas. No escribiremos la carta que se nos pide, á menos que no nos fuercen á ello, como á la abdicacion; contra la que hizo el rey la protesta que envió á V. A. I.; pero lo que escribe mi hijo es falso, ó si es cierto, nos hace temer al rey mi marido y á mí, si podrán haber presentado al emperador un millon de falsedades, con los mas bellos colores, haciendo daño á nosotros dos y al pobre principe de la Paz, amigo de V. A. I. y admirador muy afecto del emperador. Pero como estamos enteramente en manos del emperador y de V. A. I. quedamos tranquilos, y no tememos á ningun enemigo con tales amigos y protectores.

Con esto &. &.

9 de Abril de 1808.

LUISA.

Carta de Fernando VII á su padre, inclusa en la precedente.

Padre mio:

El General Savary acaba de separarse de mí; estoy muy satisfecho de él, como de la buena armonia que reina entre el emperador y yo, y por la buena fé que me ha manifestado. Por esta causa me parece que es justo que V. M me dé una carta para el emperador, en la cual le felicite por su arribo, y le asegure que yo tengo por él los mismos sentimientos que V. M.

le ha demostrado. Asi que si V. M. lo juzga conveniente, mo la enviará desde luego, porque marcharé despues de mañana, y he dado órden de que los tiros que debian servir á VV, MM. vuelvan atras.

Vuestro mas humilde hijo.

Madrid, 8 de Mayo de1808.

FERNANDO.

Otra carta de S. M. la Reyna Luisa al Gran Duque de Berg, del mismo dia.

Señor y hermano mio:

Estamos penetrados de gratitud por el modo con que V. A. nos ha enviado sus tropas, y como nos han acompañado con la mayor atencion y cuidado. Damos tambien gracias á V. A. por las tropas que nos conserva aquí, Hemos dicho al general Budet que cuide un poco y haga rondar dia y noche á sus tropas; porque nos hemos hallado en este sitio con una compañía de guardias españolas y walonas, lo que nos ha sorprendido. V. A. nos ha dado á conocer en todo, su amistad, de la que jamás habiamos dudado. y estamos bien persuadidos eļ rey y yo, de que nos sacará de todo, lo mismo que á su amigo el principe de la Paz, y que el emperador nos protejerá y hará felices á sus tres tan aliados y amigos, como afectos. Esperamos con la mayor impaciencia tener la satisfaccion de ver á V. A. y al emperador. Estamos aquí mas en disposicion de ir á su encuentro. Nuestro viage ha sido muy feliz; no podia dejar de serlo, estando tan bien acompañados. En los lugares por donde hemos pasado nos han aclamado mas que antes, Esperamos con anhelo la respuesta de V. A. á la carta que le hemos escrito esta mañana, y no queremos incomodarle mas, ni quitarle un tiempo tan precioso, hallándose tan ocupado, Con esto ruego á Dios, &. &.

LUISA.

En el Escorial, el 9 de Abril de 1808 por la noche,

Carta de Fernando VII al Emperador Napoleon.

Señor mi hermano:

Elevado al trono por la abdicacion libre y expontánea de mi augusto padre, no he podido ver sin un verdadero pesar que S. A. I. el Gran Duque de Berg, como tambien el embajador de V. M. I. y R. no hayan creido deber felicitarme como soberano de España, mientras que los representantes de otras cortes, con las cuales no tengo tan intimos y apreciables enlaces, se han apresurado á hacerlo; no pudiendo atribuir la causa sino á falta de órdenes positivas de V. M., quien me permitirá exponerle con toda la sinceridad de mi corazon, que, desde los primeros momentos de mi reinado, no he cesado de dar á V. M. I. y R. los testimonios mas señalados y menos equívocos de mi lealtad y adhesion á su persona: que el objeto de primer órden ha sido hacer volver al ejército de Portugal las tropas que se habian separado ya de él para acercarse á Madrid: que mis primeros cuidados han tenido por objeto la provision, el alojamiento y los utensilios de sus tropas, á pesar de la estrema penuria en que he hallado mi erario, y los pocos recursos que ofrecian las provincias en que se han detenido; y que no he vacilado un momento en dar á V. M. la mayor prueba de confianza, haciendo salir á mis tropas de mi capital para recibir en ella una parte de su ejército. He procurado igualmente por las cartas que he dirijido á V. M. convencerle, cuanto me ha sido posible, del deseo que siempre me ha animado de estrechar de una manera indisoluble, para la felicidad de mi pueblo, los lazos de amis ad y de alianza que existian entre V. M, I. y mi augusto padre. Con estas mismas miras he enviado cerca de V. M. una diputacion de tres grandes de mi reino, para ir al encuentro de V. M', al instante que supe su intencion de venir á España; y para manifestarle de una manera todavia más solemne mi alta consideracion por su augusta persona, no he tardado en hacer partir con igual objeto á mi muy amado hermano el infante D. Carlos, que hace ya algunos dias que llegó á Bayona. Me atrevo á lisonjearme de que V. M. habrá reconocido en todos estos pasos mis verdaderos sentimientos,

A esta sencilla exposición de los hechos, me permitirá V. M. añadir la expresion de los vivos pesares que experimento, viens

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