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dome privado de sus cartas, sobre todo, despues de la respuesta franca y leal que dí á la pregunta que el general Savary vino á hacerme en Madrid en nombre de V. M. Este general me aseguró que V. M. solamente deseaba saber si mi exaltacion al trono podria ocasionar alguna mudanza en las relaciones políticas de nuestros estados. Yo le respondí reiterando lo que habia tenido el honor de manifestar por escrito á V. M., y me he prestado voluntariamente al convite que el mismo general me hizo, de salir á recibir á V. M. para anticiparme la satisfaccion de conocerle personalmente, tanto mas cuanto yo habia manifestado á V. M. mis intenciones en esta parte. En su consecuencia he llegado á mi ciudad de Victoria, apesar de los cuidados indispensables de un nuevo reinado, que hubier in exijido mi residencia en el centro de mis estados.

Ruego pues con instancia á V. M. I. y R. se sirva hacer cesar la situacion penosa á que estoy reducido por su silencio, y disipar con una respuesta favorable las vivas inquietudes que una incertidumbre demasiado larga podria ocasionar á mis fieles vasallos.

Con esto ruego á Dios os tenga en su santa y digna guarda.

De V. M. I. y R. su buen hermano.

Victoria, 14 de Abril de 1808.

FERNANDO.

Carta del Emperador Napoleon á Fernando VII desde Bayona, en 16 de Abril de 1808.

Hermano mio:

He recibido la carta de V. A. R. Ya se habrá convencido V. A. por los papeles que ha visto el rey su padre del interés que siempre le he manifestado. V. A. me permitirá que en las circunstancias actuales le hable con franqueza y lealtad.

Yo pensaba, en llegando á Madrid, inclinar á mi ilustre amigo á hacer algunas reformas necesarias en sus estados, y á dar alguna satisfaccion á la opinion pública. La separacion del

principe de la Paz me parecia necesaria para su felicidad y la de sus vasallos. Los negocios del Norte han retardo mi viaje: los acontecimientos de Aranjuez han sobre venido. Yo no me constituyo juez de lo que ha sucedido, ni de la conducta del principe de la Paz; pero sé muy bien que es peligroso para los reyes acostumbrar á los pueblos á derramar la sangre y hacer. se justicia por sí mismo. Ruego á Dios que V. A. R. no lo experimente algun dia por si mismo. No es conforme al interés de España que se haga daño á un principe que se ha casado con una princesa de sangre real, y que ha gobernado el reyno tanto tiempo. Ya no tiene amigos. V. A. R. no los tendrá tampoco, si algun dia llega á ser desgraciado. Los pueblos se vengan con gusto de los homenajes que nos tributan. Ademas ¿eómo formarse causa al principe de la Paz sin hacérsela á la reyna y al rey vuestro padre? Esta causa alimentará los ódios y pasiones sediciosas, y el resultado será funesto para vuestra corona. V. A. R. no tiene á ella mas derechos que los que le ha trasmitido su madre. Si el proceso la deshonra, V. A. R. destruye con eso sus derechos. Cierre V. A. los oidos á consejos débiles y pérfidos. V. A. no tiene derecho para juzgar al principe de la Paz. Sus delitos, se le imputan, desaparecen en los derechos del trono. Varias veces he manifestado deseos de que el principe de la Paz fuese separado de los negocios: mi amistad al rey Carlos me ha estimulado muchas veces á callar, apartando la vista de las debilidades de su afeccion. ¡Qué miserables somos los hombres! debilidad y error, tal es nuestra divisa. Pero todo puede conciliarse. Que el principe de la Paz sea desterrado de España, y yo le ofrezco un asilo en Francia.

En cuanto á la abdicacion de Carlos IV, ha tenido efecto en un momento en que mis ejércitos ocupaban á España, y á los ojos de Europa y de la posteridad parecia que yo no habia enviado tantas tropas sino para precipitar del trono á mi aliado y amigo. Como soberano vecino me es lícito querer enterarme de lo ocurrido, antes de reconocer esta abdicacion. Lo digo á V. A. R., á los españoles y al mundo entero: si la abdicacion del rey Carlos es expontánea, y no ha sido forzado á ella por la insurreccion y motin de Aranjuez, no tengo dificultad en admitirla, ni en reconocer á V. A. R. como rey de España. Deseo pues conferenciar con V. A. sobre este particular. La circunspeccion que de un mes á esta parte he guardado sobre estos asuntos debe serle mas garante del apoyo que hallará en mí, si alguna vez las facciones de cualquiera clase llegasen á inquietrale en su trono. Cuando el rey Carlos me participó el acontecimiento, del me de Octubre último, tuve el mayor sentimiento, y creo haber contribuido con mis insinuaciones al buen éxito del asunto del Escorial. V. A. R. no estaba exento de faltas: basta pa=

ra prueba la carta que me escribió y que constantemente he querido ignorar. En siendo rey sabrá cuan sagrados son los derechos del trono: cualquiera paso de un principe hereditario con un soberano extrangero es criminal. (1) V. A. R. debe desconfiar de los extravios y conmociones populares: podrá cometerse algun asesinato sobre mis soldados divididos, pero el resultado seria la ruina de España. He visto con sentimiento que se han esparcido en Madrid unas cartas del capitan general de Cataluña, y procurado exaltar las cabezas. V. A. R., conoce ya todo mi modo de pensar, y vé que me hallo combatido de diversas ideas que necesitan fijarse; pero puede estar seguro que en todo caso me conduciré con V. A. como con el rey su padre.

Esté V. A. persuadido de mi deseo de conciliarlo todo, y de hallar ocasiones en que poder darle pruebas de mi afecto y perfecta estimacion.

Con esto ruego á Dios hermano mio, que os tenga en su santa y digna guarda.

Bayona, 16 de Abril de 1808.

NAPOLEON.

Carta de Fernando VII al Emperador Napoleon.

Señor mi hermano:

Con la mayor satisfaccion acabo de recibir la carta que V. M. I. y R. ha tenido á bien hacerme entregar por el general Savary, con fecha 16. La confianza que V, M. me inspira, y el deseo que tengo de convencerle que el rey mi padre ha hecho la abdicacion en mi favor expontáneamente, me ha decidido á pasar inmediatamente á Bayona. Me propongo pues salir ma

(1) En la traduccion de esta carta que publicó en su manifiesto de 1° de Setiembre de 1808 el señor Cevallos, pone aquí esta cláusula: "El matrimonio de una princesa francesa con V: A: R: le juzgo conforme á los intereses de mis pueblos, y sobre todo como una circunstancia que me uniría con nuevos vínculos una casa, á quien no tengo sino motivos de alabar dloade que subí al trono."

ñana para ir á dormir á Irun, y pasado mañana iré á la casa de campo de Marrac, en donde V. M. se halla al presente.

Soy con los sentimientos de la mas alta estimacion y el afecto mas sincero, de V. M. I. y R. su buen hermano.

FERNANDO.

Victoria, 18 de Abril de 1808.

Carta de Fernando VII al Emperador Napoleon.

Señor mi hermano:

En consecuencia de lo que tuve el honor de escribir á V. M. I. y R. con fecha de ayer, acabo de llegar á Irun y me propongo salir mañana á las ocho de ella para tener la satisfaccion de conocer á V. M. I. y R. en la casa de Marrac, lo que anhelo hace mucho tiempo, eu caso de que V. M. se sirva permitirmelo. Entre tanto soy con los sentimientos del mas alto aprecio y consideracion, de V. M. I. y R. su buen hermano.

Irun, 19 de Abril de 1808.

FERNANDO.

Carta del Rey Carlos IV al Emperador.

Señor y mi hermano:

Agoviado de dolores reumáticos, que me han cogido las manos y las rodillas, estaria en el colmo del infortunio, si la esperanza de ver dentro de pocos dias á V. M. I. y R. no aliviase HISTORIA-42

todos mis males. No puedo tener la pluma en la mano, y pido mil perdones á V. M. I. si el apresuramiento que me hace tener un dulce placer en recordarme de sus generosas bondades, me obliga á servirme de la mano de un secretario para escribir á V. M. I. y R.

La reyna escribe tambien á V. M. I. y R. y yo le ruego se sirva admitir nuestros comunes sentimientos de amor y confianza en su persona. Yo encuentro en su proteccion un bálsamo para las llagas con que mi corazon está traspasado; y me lisonjeo anticipadamente de que el momento de verme en brazos de V. M. I. y R. será uno de los mas felices de mi vida, como tambien el primero que despues de lo que ha sucedido, lucirá con una pura claridad sobre mi existencia. ¡Ojalá que mis votos sean cumplidos!

Con esto ruego á Dios, señor y mi hermano, que tenga á V. M. I. en su santa y digna guarda

Mi señor hermano de V. M. I. y R. su mas fiel amigo y aliado.

Aranda 25 de Abril de 1808.

CARLOS.

Carta de la Reyna Luisa al Emperador.

Señor y mi hermano:

Me hubiera apresurado á escribir á V. M. I. y R. si la mala posicion en que hemos emprendido nuestro viaje no se hubiese opuesto á ello. Llegamos en este momento á Aranda. El rey se halla en un estado terrible, habiéndole atacado fuertemente los dolores reumáticos las manos y las rodillas; pero á pesar de esto, ansiamos tanto el feliz momento de hecharnos en los brazos de V. M. I. y R., cuya grandeza y generosidad es superior á las espresiones de nuestro reconocimiento, que ya nos parece tardamos mucho en llegar á Bayona; pero por desgracia las disposiciones no corresponden á nuestros ardientes deseos, habiéndonos dejado el viaje de mi hijo sin tiros ni nada de cuanto necesitariamos con urjencia.

Quiera el cielo, mi señor hermano, que el momento de nues

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