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GOBIERNO POLITICO Y ECONOMICO DEL REYNO.

El Vireynato del Perú despues de las últimas desmembraciones y nuevas agregaciones que se le han hecho de algunas provincias, tiene por límites al N. la provincia de Guayaquil; el desierto de Atacames al S.; al E. las ferasísimas montañas de los Andes; y al O. el mar Pacífico; comprendiendo en todo su territorio desde los 32 minutos al N. de la equinocial hasta los 25° 10 minutos de latitud meridional; y entre los 63° 56 minutos y 70° 18 mn. de longitud del meridiano de Cádiz..leguas N. S. y 126 E. O. por donde mas.

En un pais de tanta extension, cortado frecuentemente por rios caudalosos, por elevadas cordilleras, por páramos, por asperísimas sierras, y lo que es mas casi desierto, no es extraño que se halle sin caminos, sin puertos, ni canales, y en cierto modo sin comodidad alguna. Pero si lo es mucho, que al cabo de 30 años, poco mas ó menos que cuenta el establecimiento de Intendentes, y la sábia ordenanza que los gobierna, no solo no se hayan abierto comunicaciones de un pueblo ó de una provincia á otra; que en las largas distancias y despoblados no se haya proveido alguna choza que sirva de alivio y descanso al traficante, y dé seguridad á sus intereses; y que finalmente no se haya proporcionado á estos habitantes una educacion conveniente, y dádoles el conocimiento de las artes mas necesarias; sino lo que es mas doloroso y sensible, que se haya dejado perder por una culpable omision y descuido, todo lo que habian adelantado los primeros descubridores, y los mismos naturales trabajado en cada uno de estos ramos. De los últimos no quedan ya mas que unos miserables vestigios de los caminos que antiguamente tenia el reyno; uno ú otro puente de Crisnojas en los rios mas principales; y de los primeros solo la memoria de los mas útiles aunque pequeños establecimientos, ó la constancia en los archivos de lo que en beneficio comun ha mandado ejecutar en todos tiempos, el paternal amor de los soberanos españoles.

Al viajar por estos paises, no puede menos que causar asombro las dificultades que presenta la naturaleza á cada paso, y los pocos exfuerzos que se han hecho para suavizarla. Las causas de este atrazo no pueden ser otras, que las trabas á que se les ha sujetado para esclarecer la necesidad de las obras, y las

lentas fórmulas de los expedientes para buscar arbitrios, y resolver su ejecucion en los tribunales; pero sean estas ú otras, los efectos han sido contrarios al objeto de aquellas ordenanzas, y al espíritu de beneficencia que guió la mente del Monarca, al dictar tan sábias como útiles providencias.

Los fondos conocidos por el nombre de bienes de comunidad que ha debido tener cada pueblo, están destinados, entre otros fines de pública utilidad, al de conservar los caminos, reparar los puentes, y mantener escuelas de primeras letras en cada cabecera de repartimiento, á que ha debido concurrir tambien la caja general de censos de indios; pero por una irreparable desgracia se han empleado en otros tiempos, y acaso no muy distantes del presente, en otros muy diversos, menos importantes á la causa comun. Una ligera idea sobre tan ventajosos establecimientos, de cuya noticia es preciso creer que carecieron nuestros escritores públicos, hubiera bastado para destruir la injuriosa nota, que han esparcido contra nuestro Gobierno, acerca de la estudiada rusticidad y barbárie, en que dicen los extrangeros, y algunos desnaturalizados españoles se ha procurado mantener á estos naturales; y aun para hacer la apología de los soberanos de España la mas completa.

A pesar pues de todo, el actual estado del reyno es deplorable, ydigno de que la consideracion del Gobiarno recaiga sobre esta importante materia; para remover los embarazos que han entorpesido hasta ahora los laudables designios de la soberanía. Tanto en las costas como en la sierras se transita por veredas incómodas ó peligrosas, por puentes poco seguros y durables, donde los hay, y aun del recíproco que deben impartirse unos pueblos á otros, para gozar de los beneficios de la sociedad.

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Habiendo tocado por propia experiencia todos estos defectos en el dilatado viaje que hice por tierra desde Buenos Ayres, hasta entrar en esta ciudad, mis deseos fueron constantemente dirigidos á reparar los unos, perfeccionar los otros y hacer nuevos establecimientos segun su mayor importancia y necesidad; y con efecto, en el poco tiempo que pudo permitir la tranquilidad de la América, aplicar el influjo del Gobierno á este punto, mande ampliar y mejorar el paso del camino de Asia en la provincia de Cañete, que por su inmediacion á la capital y uso frecuente, demandaba esta preferencia.

El del Callao por dónde transitan diariamente centenares de bestias y carros, como por este punto se hace la mayor parte del comercio de esta capital, lo hice limpiar varias veces de las muchas piedras que lo tenian en estado de no transitarse tomando por atajos con perjuicio de los hacendados, y aun de la brevedad y precio de los acarreos. En una ni en otra obra

se ha invertido nada del Erario, y en el último ni de los fondos de los pueblos. Mayores hubieran sido las ventajas que hubiera conseguido el reyno en este artículo, sino se hubieran antepuesto atenciones de primer órden y de mayor urgencia, como son las de alborotos de las provincias del Alto Perú que debią remediar.

En muchos pueblos, y aun en algunas ciudades se advierte tambien la falta de un edificio proporcionado para casas consis toriales que son las que dan ordinariamente la regla á los vecinos en materias de construccion, y su ejemplo les habria inducido á edificar casas en lugar de las chosas en que generalmente habitan. Pero en lo que debe fijarse la mayor consideracion, es en la falta de cárceles para resguardo de los reos de cuidado, y arbitrios para proporcionarles su alimento. Sin ellas puede inferirse cual pueda ser el respeto de los jueces, y cual el resultado de la administracion de justicia. Hable sino la misma experiencia en repetidos ejemplares de haber escalado y forzado las débiles prisiones que los contenian, y otros en qe se les ha extraido casi sin violencia por sus mismos cómplices, ó relacionados con solo quebrantar una mala cerradura.

Otros artículos hay que promover en beneficio de la agricultura y de las artes; pero esta será obra del tiempo, y de tiempos mas felices, en que libre el Gobierno de los cuidados que han agitado el mio, pueda convertirse enteramente al bien y prosperidad general del Reyno. Sin embargo, para que no se crea que me he contentado con saber mis obligaciones sin tentar los medios de practicarla, acompaño con el Núm. modelos que se han circulado, de las razones y estados, con cuyo conocimiento debió formarse la balanza general de su comercio, y cuyas miras quedaron paralizadas, cuando el huracan de las revoluciones de la América se desató para trastornar los planes que trabajaba para su ilustracion y adelantamiento en puntos de economía política. Mi genial aplicacion á este genero de estudio, me facilitó en Guadalajara hacer conocer aquel reyno, los frutos y efectos peculiares de aquel suelo, y los de la industria de sus habitantes, para adelantamiento del comercio, proporcionándole al mismo tiempo las mayores ventajas en los trasportes por medio de calzadas y puentes que mandé construir en la costa de Tepie y San Blas, para allanar la comunicacion con la capital y el puerto, y para mayor comodidad de sus extracciones. Esto mismo me propuse ejecutar en el Perú; pero que la ambicion de los insurgentes ha dejado sin efecto, siendo entre los irreparables gravísimos daños que ha causado al Estado su conducta, el que sienten estas provincias por falta de tan importantes auxilios.

Por lo expuesto se colije que el estado político y económico del

reyno del Perú, está tan atrasado como si saliese ahora de las manos de la naturaleza, que muchas de sus necesidades no pueden ser remediadas porque dependen del clima, de su falta de poblacion y de otras que demandan facultades menos limitadas que las de los Gobernadores, pues que aunque hay otras que están desde luego al alcance de ellas, requieren una actividad y unos conocimientos poco comunes para pulsarlas y ponerlas en ejecucion. La visita general del reino que tantas veces me ha ocurrido, como útil V conveniente á este y otros fines igualmente importantes al servicio del Rey, que á la causa pública, es en mi opinion necesarísima y muy provechosa, si lleva por objeto dar de que vivir á los mestizos, que, careciendo del beneficio de tierras, que gozan los originarios aunque precariamente, se entregan á los vicios y viven en la holgazanería á costa del que trabaja.

La desocupacion, vicio contra el cual se habla con general clamor, en ninguna parte se ha dejado conocer mas sensiblemente por sus efectos que en este continente, y en las actuales turbulencias de él. Jamás los misioneros del Rio de la Plata pudieron haber pensado encontrar tantos prosélitos, si á los defectos insinuados, no se hubiese complicado tambien el del contrabando que haciendo mas baratos en su mercado los efectos de algodon que los tejidos que llaman tocuyo, y á cuya única ocupacion estaban dedicados, no hubiese quitado á los mestizos este modo de adquirir lo mas preciso para sus otras necesidades. Es una regla general, y una verdad práctica, que el tiempo de los grandes delitos ha sido siempre el de la mayor pobreza; á la pérdida de cosechas es consiguiente siempre el aumento de malhechores, y esto se entiende aun en los pueblos bien constituidos y mejor gobernados. Es preciso, pues, remover esta haraganería de los mestizos, que es la que sin duda alguna ha contribuido tanto á mantener el fuego de la insurreccion de las provincias des Alto Perú, considerando el ocio en que están como la fuente de lol mas atroces delitos. Ocupados ellos y allanados los caminos para el trasporte de sus frutos y efectos, sostituirá la abundancia á la escasez, y la honradez á los crímines.

Así como varía el clima de frio que es en las sierras, á ardiente en las costas, del mismo modo son distintos los defectos que hay que correjir en estas. Los terrenos productivos se hallan repartidos en manos de grandes propietarios que para su cultivo los trabajan con negros africanos, quedando muy pocos á los naturales, que por esta razon han disfrutado como exclusiva, aunque no sin pension alguna la ocupacion de la pesca. El mayor valor de estos fundos consiste en el número de esclavos, y consumiéndose estos con el excesivo trabajo y malos alimentos, de muy ricos y poderosos hacendados vienen á quedar en la clase de indigentes, cuando no tienen medios de reponer esos brazos en tiempo oportuno, para continuar la labor de sus terrenos propios.

Repito, sin embargo, por muy grave y delicada la solucion del

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problema de si será ó no útil la continuacion del permiso de introducir africanos en América, por los gravísimos reparos que de una y otra parte se ofrecen ya en contra, ya en favor de los intereses del estado y de los particulares. En este concepto y en el de que este punto no pueda dejar de arreglarse por las Cortes Generales por su entidad y correspondencia con el sistema general, escuso aventurar una opinion que por otra parte necesita fundarse en un discurso de mayor estension, lo cual es fuera del propósito de este papel. Mas sería tambien no cumplir con el objeto que en él me propuse si enteramente silenciara un negocio de tanto bulto, y que tanto ha de influir en las fortunas, y en la suerte de los individuos del pais que he gobernado.

Los terrenos, aunque quebrados en la sierra y cortados por arenales en la costa, son vastísimos en comparacion del pequeño número de hombres que los pueblan. Sus producciones son así mismo varias, segun la naturaleza de los diferentes climas, y en el cambio de los unos por los otros hallarian los cultivadores mayor facilidad de vivir, cuando sus relaciones se acerquen por medio de puentes y caminos. En la misma proporcion se aumentarian los matrimonios, y el fruto de ellos aplicado al trabajo en un órden regular, debe producir tantos habitantes cuantos es capaz de mantener el Perú en toda la estension de su territorio, en lugar del millon y medio, poco mas ó menos en que hoy se computa el todo de su poblacion.

El escollo en que se tropieza generalmente para la ejecucion de estas obras, es la falta de fondos para costearlas, calculando el valor de ellas en todo; pero esto es una dificultad de muy poco momento, pues al principio, bastarán solo unas veredas seguras y unos puentes provisionales, construidos con la mayor economía, que el tiempo con mayores proporciones hará mas cómodos y firmes. Los pueblos han tenido la obligacion de asistir personalmente á estos reparos y la han cumplido, cuando la indolencia de los jueces no ha dejado de reconvenirlos para hacer este servicio á la causa pública; de manera que por estos principios viene á quedar reducida á menos que nada la quimérica fantasma de las erogaciones con que se ha simulado, lo que en buen sentido se llama negligencia, abandono y punible descuido de sus obligaciones; a no ser que se quiera tambien que hayan tenido parte aun en esto las pesadas formulas y la lentitud de los tribunales. Es verdad que este ha sido el mayor obstáculo y la roca en que han venido á estrellarse los mas útiles proyectos de beneficencia, pero esto se entiende de aquellos, para cuya ejecucion se necesitaban grandes gastos, y en ninguna manera de los urgentes y que podian hacerse sin costo alguno.

Á beneficio de estas mejoras en los caminos, se trasportarán á mayores distancias los frutos peculiares de un suelo á otro, y el menor precio de las conducciones aumentará los consumos, no solo de los terrenos que ahora se hallan en cultivo, sino de otros muchos que en el dia son eriazos por falta de esportacion. Ni las tierras reparti

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