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mitada vivia sin comunicacion, y como si dijéramos pérdida, en un pais vastísimo; y la civilizacion era nula, porque esta no adelarta sino á proporcion que el suelo y los hombres se equilibran, y que las relaciones entre ellos se multiplican y estrechan. Rudos é ignorantes debian ser y lo eran tambien agrestes, como el pais en que vivian. La soledad, la benignidad del clima y la carencia de necesidades, desarrollaron en ellos varios sentimientos principales que pueden considerarse como basa de su carácter desapego á toda especie de sujecion y de trabajo, indiferencia por la cosa pública, el amor genial del hombre salvaje por la independencia; y una dulzura de carácter que provenia á un tiempo de indolencia, falta de energía y bondad del corazon.

Estas cualidades eran comunes á los habitantes de la region de los bosques y del litoral. Mucho diferian de ellos los de las llanuras, que en el pais decian por esto llaneros; hombres cuyas costumbres y carácter por una singularidad curiosa, eran y son aun tártaras y árabes mas que americanas ó europeas. El clima abrasador de sus desiertos y las inundaciones de su territorio los obligán á adoptar un vestido mui sencillo, y moran ordinariamente en cabañas á las riberas de los rios y los caños, en incesante lucha con los elementos y las fieras. Sus ocupaciones principales son la crianza y pastoreo de los ganados, la pesca y la caza ; si bien algunos cultivan pequeñas porciones de terreno para obtener raizes comestibles. Esta vida activa y dura, sus marchas continuas y su necesaria frugalidad, desarrollan en ellos gran fuerza muscular y una agilidad estraordinaria. Pobres en estremo y privados de toda clase de instruccion, carecen de aquellos medios que en las naciones civilizadas aumentan el poder y disminuyen los riesgos del hombre en la faena de la vida. A pié ó sobre el caballo que ha domado él mismo, el llanero, á vezes en pelo, casi siempre con malísimos aparejos, enlaza á escape y diestramente el toro mas bravío, ó lo derriba por la cola, ó á usanza española lo capea con singular donaire y brio: un conocimiento perfecto de las costumbres y organizacion de los animales del agua y de la tie ra les ha enseñado, no solo á precaverse de ellos, sino á arrostrar con sus furores.

Acostumbrado al uso constante de la fuerza y de los artificios para defender su existencia contra todo linaje de peligros, es por necesidad astuto y cauteloso; pero injustamente se le ha comparado en todo á los beduinos. El llanero jamas hace traicion al que en él sé

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NOTAS.

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1) Por un tratado celebrado entre España y Portugal á 7 de junio de 14, el meridiano divisorio ó línea de demarcación, se puso 370 leguas al ste de las islas de Cabo-verde.

(2) Entre otras mui notables la de andar por los reinos de España en ula ensillada y enfrenada, sin embargo de la reciente pragmática que lo rohibia. Esto fué en 1505.

(3) La reina Doña Isabel I.a de España falleció en Medina del Campo ́el nártes 26 de noviembre de 1504.

(4) La geografía astronómica fué la mas beneficiada por consecuencia de este gran desarrollo de la inteligencia; pero¡ cuántos servicios no hizo tambien el portentoso descubrimiento á los otros ramos del saber humano! <«< Ni el Asia, ni la Europa, ni el África, dice Balbi, presentan en el con<< junto de sus animales una fisonomía tan peculiar como la América. Tras<< portados al tiempo en que Colon descubrió aquella porcion de nuestro << planeta, imagínese cuál debió ser el asombro de los naturalistas á la vista <<< de tantas producciones igualmente ricas que variadas, igualmente bellas <«< que caprichosas. Así fué, que todos los cuadros de historia natural fueron <<< trastornados por este conjunto inmenso de seres hasta entónces descono«cidos, y desde aquella época fué cuando la ciencia, al estudiarlos, echó << profundas raizes y trazó límites que los descubrimientos recientes han al<< canzado, mas no escedido. »> «Los vegetales, dice en otra parte, ofrecen <<< en el Nuevo-Mundo mas variedades que en las otras regiones correspon<< dientes por sus climas.... Y aunque hoi mismo no existe un herbario «< complete de varias comarcas de las Indias Occidentales, se puede afirmar << que ellas son 'generalmente mas ricas en plantas que las otras partes del << mundo. Mas de 15.000 especies de phaneroyamas crecen allí espontánea<< mente; y no son estas, como en Europa y en los países templados, de <<< aquellas plantas sociables que invaden una comarca entera, con esclusion « de otros vegetales; pues la naturaleza en América, mas variada en sus << producciones, ha multiplicado al mismo tiempo las especies y los indivi<< duos. >> (Compendio de Geografía).

(5) Quintana, historia de frai Bartolomé de las Casas.

(6) El corto plazo concedido para la formacion é impresion de esta obra, y mas que eso, lo mucho que aumentan los costes de imprenta las nume

confia, ni carece de fe y honor como aquellos bandidos del desierto: debajo de su techo recibe hospitalidad el viajero, y ordinariamente se le ve rechazar con noble orgullo el precio de un servicio. No puede decirse de él que sea generoso; mas nunca por amor al dinero se le ha visto prostituirse, como raza proscrita, á villanos oficios. Igualmente diestros, valerosos y sobrios que las razas nómades del África, aman como ellas el botin y la guerra, pero no asesinan cobardemente al ren lido, á ménos que la necesidad de las represalias ó la ferozidad de algun caudillo no les haga un deber de la crueldad. Tres sentimientos principales dominan en su carácter : desprecio por los hombres que no pueden entregarse á los mismos ejercicios y método de vida, supersticion y desconfianza. En medio de esto tiene el llanero prontitud y agudeza en el ingenio : sus dichos, festivos siempre y en ocasiones profundamente epigramáticos, participan del donaire y gracejo natural de los hijos de la risueña Andalucía. Como todos los pueblos pastores, son aficionadísimos á la música y al canto, é improvisan con mucha gracia y facilidad sus jácaras y romances. Lo mas comun es que dos de ellos canten alternativamente acompañándose con la guitarra; y así con frecuencia se oyen resonar sus trovas en las caserías, en les hatos, en las riberas de los rios, ora los dias festivos, ora cuando en las noches de vela, al suave resplandor de la lunà, rumia el ganado tranquilamente en la pradera. El llanero, en fin, ama como su verdadera y única patria las llanuras. A ellas se acostumbraba fácilmente el habitador de las montañas; pero fuera de ellas sus hijos hallan estrecha la tierra, el agua desabrida, triste el cielo. A semejanza de los árabes beduinos, un amor ardiente por la libertad y por la vida errante les hace mirar las ciudades como prisiones en que los señores encierran á sus siervos (74).

El influjo de la autoridad y de las leyes era casi nulo en las llanuras, donde el hombre se sustraia fácilmente al freno de la sociedad; por eso en el llanero descubrimos los vicios y virtudes del estado natural. En las montañas y en las costas la generalidad del pueblo, fuertemente modificada, como hemos visto, por la legisla— cion, el clima y las producciones de la tierra, presentaba en su indolencia y apatía los caractéres de la servidumbre.

No hai para qué hablar de las clases envilecidas. El esclavo africano que labraba la tierra no tenia propiamente otra costumbre que la de trabajar y sufrir. « Cuando al descender el rio nos acercamos á

« algunas plantaciones, vimos las hogueras que los negros habian « encendido un humo lijero se levantaba sobre las cimas de las « palmas y daba un color rojizo al disco de la luna. Era un domiu« go por la noche, y los esclavos bailaban al son desapacible de una « guitarra monótona y ruidosa. Los negros de raza africana tienen « tal superabundancia de actividad y de alegría en su carácter, que « despues de haber desempeñado las penosas tareas de la semana, << se entregan en los dias festivos al placer de la música y la danza, « prefiriéndolo á un sueño sin cuidado. ¡ No reprobemos esa mez«< cla de abandono y liviandad que dulcifica la amargura de una « vida llena de penas y tristeza (75) ! » En cuanto al indio reducido, ya le conocemos: tambien al pardo libre, ménos embrutecido que él, ménos oprimido que el esclavo, pero tambien vejado por la opinion y por las leyes.

¿Qué importaba que estas fuesen mas generosas con el criollo, si un sistema mezquino y erróneo de política le impedia el disfrute de sus ventajas? Demas seria repetir aquí lo que otras vezes hemos dicho al juzgar de los muchos motivos que se oponian á la felizidad del pais y á la mejora intelectual y moral de sus habitadores. No hai pues para qué disimularse el miserable estado de estos. La ínfima clase se hallaba embrutecida y pobre la mas elevada era con pocas escepciones ignorante y vanidosa. Por do quiera se veia enseñoreada la supersticion en los ricos, el lujo y los vicios que este engendra. Amor al saber, generosidad, valor, patriotismo habia en aquellos pechos ; pēro faltaba la libertad, y sin ella la virtud, rara y oscura, se asemeja á los fuegos pasajeros y sin calor que se levantan del suelo de las sepulturas.

La libertad, empero, alma de lo bueno, de lo bello y de lo grande, diosa de las naciones, brilló por fin sobre la patria nuestra ; y en ese dia ¡ cuánta luz no brotó de aquellas tinieblas, cuántos héroes no salieron de aquella generacion de esclavos! ¿Dónde estaban entonces los que hoi ultrajan la memoria de los libertadores? Unos no habian nacido, otros engrosaban las filas de sus antiguos enemigos, quienes estaban á contemplar tranquilamente sus esfuerzos en paises estranjeros, ó escondidos. Justos son muchos cargos, es verdad; pero la ingratitud que quiere hacer de ellos crímenes irremisibles á los creadores de la república, es mil vezes mas odiosa que la conducta de estos en los tiempos aciagos para su gloria. Vosotros que buscáis sin od o la verdad, y que, compadeciendo el error, ensalzáis la virtud

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