Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Urdaneta, rechazando la propuesta que consistia en que Colombia aceptase las liberales instituciones que se habia dado España, y que los jefes republicanos conservaran su poder en las provincias, con dependencia del gobierno general de la metrópoli.

La guerra, pues, debia continuar; mas aquellos su→ cesos habian sido muy convenientes á la causa de la República, porque muchos que defendian al rey, entónces prefirieron venir á formar en las filas de los independientes. Las fuerzas patriotas engrosaron en todas partes, y la causa de la patria adquirió nuevos y numerosos prosélitos.

Bolívar, que habia ido al Magdalena, de vuelta ya, escribió al general Morillo en 21 de setiembre, diciéndole que estaba dispuesto á entrar en tratados sobre el armisticio que aquel jefe habia anteriormente propuesto, con tal que se dieran á Colombia las garantias y seguridades que tenia derecho de exigir. Despues de esto marchó sobre la Cordillera, y entró en Mérida el 1° de octubre: pasó de allí á Trujillo, cuya capital ocupó el 17, mientras las fuerzas españolas se retiraban al Tocuyo.

Aceptó Morillo lo propuesto, y desde San Carlos se movió sobre Barquisimeto.

Bolívar, entretanto, envió á Morillo las bases del tratado, y estas no fueron aceptadas por el español, que las juzgaba perjudiciales á los intereses de España. Entónces fué cuando Bolívar pidió á Morillo que autorizara á sus commisionados para celebrar un tratado de regularizacion de la guerra. Al fin, el 25 de noviembre se celebró en Trujillo un armisticio entre los representantes mandados por Bolívar y los de Morillo. Este armisticio debia durar seis meses, prorogables

caso que á su término no se hubiesen concluido negociaciones definitivas.

Ratificados los tratados por ambos jefes, el general Morillo manifestó el deseo de tener una conferencia con Bolívar; á cuyo deseo cedió el Libertador, poniéndose inmediatamente en marcha hácia el pueblo de Santa Ana, seguido solo de algunos jefes y de sus ayudantes de campo. Morillo, por su parte, movióse en la misma direcion, y destacó cuatro oficiales caracterizados para recibir al Libertador, yendo él personalmente fuera del pueblo á su encuentro. Al divisarse los dos jefes, echaron pié á tierra y se abrazaron con verdadero entusiasmo; y haciendo lo mismo el general La Torre, pasaron todos al pueblo, en donde despues de haber asistido á un banquete preparado por Morillo, estuvieron los dos jefes constantamente reunidos hasta el dia siguiente, 28 de setiembre, en que deseando conmemorar aquel fausto suceso decidieron levantar un monumento en el sitio en que se habian abrazado por la primera vez. Los dos caudillos colocaron la piedra primera y fundamental de aquel monumento; y allí repetidas veces se abrazaron. Escena esta, verdaderamente sublime, que debiera por si sola haber bastado para hacer comprender en España la altura á que se hallaban los hombres que dirigian el gran movimiento de la independencia sur-americana. De sobre aquella piedra, se despidieron estos dos guerreros, jurándose eterna amistad.

Morillo habia quedado lleno de admiracion por Bolivar; y este, lleno de contento, viendo aclararse los horizontes de la patria, oscurecidos de sangrientas nubes desde el año de 1814.

Concluido, pues, el armisticio, recibióse la fausta

noticia de la incorporacion de Guayaquil á Colombia; al mismo tiempo que el coronel Reyes Vargas, descendiente de los antiguos Caciques, que se hallaba al servicio del Rey, proclamó la República y vino á for- i mar en las filas patriotas, convencido del error que le mantenia luchando contra sus mas preciosos derechos.

Morillo, en presencia de todos estos acontecimientos y ganoso de retirarse, habia pedido permiso al gobierno de España para volver á la Península; y asi se retiró á ella á mediados de diciembre, dejando el mando al ge-. neral La Torre. Con este suceso, quedó sellado el año de 1820, que tan claros triunfos trajo para la naciente. República.

XII

1821

CUMANÁ PROCLAMA LA INDEPENDENCIA.
SIGUEN SU EJEMPLO
OTRAS PROVINCIAS. - REVOLUCION DE MARACAIBO.- RECLAMA-
CION DE LA TORRE. CONTESTACION DE BOLÍVAR. — SE ABREN
DE NUEVO LAS HOSTILIDADES. BERMÚDEZ EN CARÁCAS-VARIOS
BATALLA DE CARABOBO. - CAPITU-
QUEDA CASÍ ASEGURADA LA INDEPEN-
MORILLO SE RETIRA Á ESPAÑA.

SUCESOS DE LA GUERRA.

[ocr errors]

LACION DE PEREIRA.

DENCIA DE COLOMBIA.

TORRE OCUPA SU PUESTO.

[ocr errors]

[ocr errors]

- LA

Pasemos al año de 1821, cuya aurora resplandeció para colmo de gloria de los independientes.

En el mes de enero de este año, la provincia de Cuenca proclamó su independencia; siguieron su ejemplo, Hambato, Riobamba y Quaronda, y asimismo la provincia de Rio Hacha se incorporó al gran movimiento.

En Maracaibo, entretanto, se habia tramado una revolucion, que estalló el 20 del propio mes de enero, encabezada por el general Urdaneta, que era á la sazon

jefe de todas las fuerzas que se hallaban desde Barinas hasta el lago de Maracaibo.

En vano el general La Torre reclamó contra esta falta que violaba el armisticio, y propuso que las fuerzas republicanas que habian ocupado á Maracaibo la evacuasen, obligándose por su parte á dejar en paz la ciudad hasta el rompimiento de las hostilidades.

Bolívar participó á La Torre, en 10 de febrero, que no devolveria á Maracaibo; fundándose en que, no habiéndose considerado sujetos los beligerantes antes del armisticio á derecho alguno relativamente á la guerra, los tratados de armisticio y regularizacion de la contienda debian de ser la pauta que sirviera á su conducta; y como este tratado no prohibia á Colombia amparar á un pueblo que se acogiera á su bandera, él se creia en plena facultad de no entregar aquella plaza ; tanto más, cuanto que sus enviados habian sostenido el derecho de amparar y proteger á cuantos se acogieran á su causa. Estas y otras muchas razones exponia Bolívar al jefe español para no entregar la plaza. Mas La Torre reiteró su anterior proposicion, y Bolívar á su vez le intimó el 10 de marzo el rompimiento de las hostilidades en el término de 40 dias previsto por el tratado, alegando al efecto la escasez de vituallas que padecia el ejército de Apure. La Torre contestó el 21 de marzo aceptando lo que se le proponia, y se fijó el 28 de abril para el rompimiento de las hostilidades.

De esta manera se extinguieron las esperanzas de paz entre España y Colombia, y de nuevo el espectro de la guerra extendió sus alas sobre los campos de la patria.

Con mas de 10,000 soldados preparábase La Torre á abrir la nueva campaña; pero desgraciadamente para

él, la tempestad se habia concentrado sobre su cabeza y aquellos soldados no iban á poder salvarle de la más completa derrota. Cada dia que pasaba, la causa de la República adquiria más prosélitos, consolidándose en el corazon de los pueblos.

La Torre y Moráles reconcentraron sus fuerzas en Calabozo y Valencia, dejando á Carácas no muy bien guarnecida. A esta sazon, el general Bermúdez vino del oriente, y despues de peqneños encuentros se apoderó rápidamente de la capital el 14 de mayo, al frente de 1300 hombres. Los españoles se habian retirado á La Guaira y luego á Puerto Cabello, quedando Bermúdez tambien en posesion de la primera.

Mientras todo esto sucedia, la flotilla colombiana, al mando del coronel Padilla, entraba el 4 del mismo en el abra de Cartajena é interceptaba la comunicacion con Bocachica, que es la base de la defensa de la ciudad contra los ataques marítimos; y pocos dias despues, el 15, el gobernador de Coro abandonaba la plaza capital, temeroso de las fuerzas que para invadir la provincia salieron de Maracaibo.

Mas Bermúdez, que hasta entónces habia permanecido en Caracas, marchó el 18 á los Valles de Aragua, habiendo reforzado su division con 800 hombres. En el Concejo, derrota á Colmenares; sigue á la Victoria, pero tiene que retirarse luego, noticioso de que el general Moráles se acercaba con su ejército. No obstante, el valiente jefe se acampa en el « Limon » y allí aguarda la acometida del general español; lucha con él todo el dia 24 sin embargo de ser mucho más numeroso el enemigo; mas se vé forzado por falta de municiones, á retirarse en la noche hasta Antímano; de aqui sigue al Rodeo, cuya altura se prestaba á la defensa. A esta

« AnteriorContinuar »