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XV

1823.

TERMINADA LA REVOLUCION DE PASTOS.

BOLÍVAR AUXILIA

MORALES

DE NUEVO AL PERÚ.-EN VENEZUELA PADILLA FUERZA LA BARRA
DE MARACAIBO. BATALLA NAVAL DEL LAGO. -
PÁEZ TOMA Á PUERTO CABELLO.

: SE RINDE.

Lucía ya la aurora del año de 23, cuando el Libertador llegaba á Pastos y daba allí indulto, despues de tomar medidas severas para con los que habian figurado en la rebelion que Sucre extinguiera. De allí salió para Quito el 14 de enero, y en aquella ciudad supo que el general San Martin se habia retirado del Perú y que la division mandada á auxiliar aquella comarca habia sido devuelta por una junta que gobernaba la Repú→ blica. Impresionado por estos sucesos, pasó á Guaya. quil el 30, en donde supo al llegar las derrotas sufridas por las fuerzas peruanas en Joratá y Moquehua. Ofreció nuevamente Bolívar al Perú 2,000 colombianos, seguidos más tarde de 4,000 más. Pero temeroso de que se perdiese á Lima y el Callao, mandó, el 13 de marzo, sin esperar contestacion, 3,000 hombres sobre aquella República, ofreciendo ir personalmente á la cabeza de otros 3,000. Entanto, Riva-Agüero y Santa Cruz enviaban al general Mariano Portocarrero revestido de plenos poderes, para contratar con el Libertador los auxilios ofrecidos y de que urgentemente habia menester el Perú. Hé aquí las palabras de Bolívar á este comisionado:

<< Colombia hará su deber con el Perú: llevará sus « soldados hasta el Potosí, y estos bravos volveran á sus

« hogares con la sola recompensa de haber contri« buido á destruir los últimos tiranos del Nuevo << Mundo. Colombia no pretende un grano de arena del « Perú, porque su gloria, su dicha y su seguridad « se fijan en conservar la libertad para sí y en dejar << independencia á sus hermanas. »

Mas no contento con esto, el comisionado peruano exigió como la concesion más eficaz que Bolívar se prestara á dirigir personalmente la campaña. El Libertador, en comunicacion de 18 de marzo, le decia esto: « Si el Congreso general de Colombia no se opone á «mi ausencia, yo tendré la honra de ser soldado del grande ejército americano reunido en el suelo de los << Incas y enviado allí por toda la América Meridional. » En tanto que Bolívar, con la fuerza de su grande espíritu apresura los triunfos de la libertad completa de todo un continente, preparándose para la su campaña del Perú, veamos qué ha acaecido en Venezuela.

La ciudad de Maracaibo era para entonces el punto en que se fijaban las miradas de los jefes patriotas. Ella, en poder de Moráles, era una constante amenaza. Así, Reyes Gonzalez, enviado á Coro, habia pacificado la provincia. El general Manrique, sucesor de Clemente en Gibraltar, y Montilla con su ejército del Magdalena, trabajaban por estrechar a Moráles constantemente.

Laborde, jefe de la escuadra española, habia apresado el 1o de mayo, en las costas de Borburata, dos corbetas que estaban al mando de Daniel, y que formaban parte de la armada sitiadora de Puerto Cabello; mas 7 dias despues el general Padilla, enviado al saco de Maracaibo con algunos buques por el jefe de los

fuerzas del Magdalena, forzaba la estrecha barra que dá entrada al lago, pasando bajo los nutridos fuegos. de la fortificacion. Padilla, con una resolucion heróica, llevó aquí á cabo aquella árdua empresa que se hubiera creido imposible, y cubrió su nombre de alta gloria. Un solo buque perdió en su paso aquel bizarro marino. Ya en el lago triunfó de la escuadra española en varios encuentros, y quedó dueño de cruzar sus aguas libremente.

Montilla, ya aprestada su expedicion, se enferma, y no pudiendo venir la pone á las órdenes del general Francisco E. Gomez, á quien ya vimos en Margarita defendiendo contra Morillo su patria con tan buen éxito como heroismo. Noticioso de ello Moráles sale á su encuentro, dejando una pequeña guarnicion en Maracaibo. Manrique entonces se embarca con sus fuerzas en la escuadra de Padilla, y toma posesion de la plaza el 16 de junio, no obstante la resistencia que le opuso allí la guarnicion española. Mas convencido de que le era imposible conservar la ciudad, destruyó los baterías que miraban al lago, reunió cuantos viveres pudo y se embarcó de nuevo, llevándose el parque y cuanto podia ser útil al español.

Gómez se habia retirado á La Goajira por no saber de la escuadra que debia proporcionarle paso en el Socuy; y Moráles volvió entónces á Maracaibo.

Laborde habia venido de Curazao al Castillo de San Cárlos con dos goletas mercantes, despues de haber remitido desde aquella isla algunos auxilios á la escuadrilla de Moráles. Reunió, pues, este jefe todos sus buques en Zapara, pasó el Tablazo el 22 de julio no sin alguna resistencia de parte de los buques colombianos, y fondeó en Maracaibo al dia siguiente. El 24, ambas

escuadras estaban á la vista. Fué entónces cuaudo Padilla pensó en dar allí un combate decisivo, inspirada su alma en las grandes y peligrosas empresas. Aprovechó, pues, este intrépido marino un momento favorable, y cayó sobre la escuadra española que estaba imposibilitada de maniobrar por serle los vientos contrarios. El sol declinaba ya cuando la armada colombiana obedecia á la señal del abordaje. El choque fué horrendo; los españoles se defendian con tanto valor como disciplina, y los patriotas con entusiasmo y heroismo doblaban sus esfuerzos. Nunca hubo entre españoles y americanos lucha más desesperada : no parecia sino que el génio del odio y el furor presidian á los combatientes. Al fin, la victoria se decidió por las armas colombianas, y el pabellon de la República quedó tremolando en aquellas aguas, mientras se desvanecia entre las sombras de tarde tan memorable el último rayo de esperanza que animara á los españoles en Venezuela.

Moráles, que se hallaba en Maracaibo, no teniendo salida alguna, se rindió por capitulacion el 3 de agosto, y se embarcó para Cuba al 15 del mismo mes.

Ya en abril (el 24), habia capitulado el mirador Solano, que domina las fortificaciones de Puerto Cabello. Páez, que asediaba esta plaza, intimó su rendicion; mas habiéndole desdeñado los españoles, el jefe patriota resolvió estrechar el sitio, y así lo hizo rigorosamente en setiembre. Buscaba Páez el medio de tomar aquella fuerte plaza, cuando tuvo noticia de un lado vulnerable del enemigo. Con 400 infantes y 100 lanceros pasó, pues, á media noche, y nadando el manglar que separaba su campamento del lugar desguarnecido del enemigo: todos iban desnudos para no hacer

ruido ni llamar la atencion. Llegados á tierra sin la menor nove dad, atacaron la ciudad; aunque sorprendidos, los españoles no por eso dejaron de hacer grandes y heróicos esfuerzos, pues ellos no cedian la victoria jamas sino con mucho trabajo. Pero al fin, no pudiendo resistir al ímpetu de las fuerzas republicanas, se rin.. dieron. Dos dias despues, el castillo capituló, y la República con este memorable hecho de armas vió desaparecer de su territorio las últimas fuerzas de los realistas. Desde las bocas del Orinoco hasta los confines de Colombia en el Perú, la bandera de la independencia flotaba completamente victoriosa. La libertad de tantos pueblos quedaba consolidada, y la historia de la patria se adornaba con una nueva página inmortal!

XVI

1823.

SUCESOS EN EL PERÚ. INSURECCION DE PASTOS. BOLÍVAR EN EL PERÚ.

Ya que vemos brillar en Venezuela el sol esplendo- roso de la libertad sin nubes que oscurezcan sus horizontes, pasemos al Perú que era para esta época el punto culminante adonde la mirada de Bolívar se dirigia, y las armas colombianas presididas por este grande hombre iban á consolidar la independencia sur-ameri

cana.

El Libertador, á quien hemos dejado ocupado en preparar su expedicion à la tierra de los Incas, recibió una nota del presidente de la República peruana, fecha 5 de mayo, en que le participaba que el Congreso cons-titucional de aquella nacion, por decreto de 4 de mayo,

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