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de Carácas y quien mas tarde se elevará al pináculo de la gloria, habia conseguido del Congreso de la Nueva Granada el mando de 600 hombres; y pasando con ellos los Andes se internó en el Táchira, ganoso de consumar la emancipation de su patria, despues de haber sorprendido y derrotado á los españoles en Cúcuta, cuya plaza tomó.

Mas hé aquí la época en que las crueldades de los españoles trajeron sobre Venezuela otra nueva desgracia. Tiscar, gobernador de Barinas, habia derrotado y hecho prisionero á N. Briceño, á quien Bolívar enviara desde la Nueva Granada con alguna gente. Briceño, de carácter exaltado, á quien la opresion española exacerbara, no se contuvo dentro de los límites que la piedad y el deber señalan, sino dejándose llevar de una ira mal comprimida, llegó á igualar en conducta á sus enemigos. Tiscar, pues, lo fusiló en Barinas, asi como á muchos ciudadanos de aquella provincia. Esto, y muchas crueldades llevadas á grande extremo, por mano española, trajeron al espíritu de Bolivar el formidable decreto de guerra á muerte que desde Trujillo lanzó en 13 de julio del mismo

año.

Bolívar, pues, á quien hemos visto pasar los Andes, precedido de la victoria, divide ya en Venezuela, su pequeño ejército: dá el mando de una parte de sus tropas, á su tio, el coronel Ribas, y con el resto pónese personalmente en marcha, al cumplimiento de su grande idea. Semejante á un impetuoso torrente á quien ningun obstáculo detiene, así Bolívar se desprende de las altas Cordilleras de Mérida y Tujillo, y donde quiera que encuentra al enemigo lo vence; y coronado con los laureles del triunfo de sangrientas batallas, entra en Ca

rácas el dia 7 de agosto del mismo año (1). Dos meses le habian bastado para restablecer el pabellon de la República en las dilatadas regiones que se extienden desde la Cordillera Andina hasta la ciudad en que se meciera su cuna. Mariño, entanto, habia libertado todo el Oriente con grandes esfuerzos; y así, con excepcion de Puerto Cabello, Venezuela (2) estaba toda en poder de los patriotas.

Monteverde, despues de haber recibido un refuerzo de 1,200 hombres (españoles), salió de Puerto Cabello, fué completamente derrotado en Agua Caliente; y quedando gravemente heridò, volvióse á sus fortificaciones.

Ceballos, que tambien habia recibido refuerzos de Puerto Rico, con mejor éxito que Monteverde, pudo derrotar á los patriotas en Barquisimeto (10 de noviembre). Mas sabido esto por Bolívar, púsose en marcha contra él, y los campos de Vijirima (3), Bárbula y Araure, presenciaron los esfuerzos con que en ellos pudo conseguir espléndidas victorias.

Lucia en tanto la aurora del año de 1814, y los horizontes de la República se velaban de sangrientes nubes que amenazaban horrorosa tempestad.

(1) El gobernador de Carácas Fiero, que habia propuesto á Bolívar capitulacion, cuando hubo llegado á la Victoria, se retiró á la Guaira, de donde envió á Monteverde los artículos de la capi→ tulacion, que este no quiso aceptar.

(2) Las provincias que formaban la República.

(3) En esta batalla murió el valeroso Girardot, Bolívar decretó grandes honores á su memoria.

VIII

1814 1815

FUNESTAS HORAS DE LA REPÚBLICA. BÓVES, ZUAZOLA PUI Y

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TOS DE BOLÍVAR.

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EMIGRACION DE CARÁCAS Á ORIENTE.

BÓVES EN CARACAS. SE DESCONOCE LA AUTORIDAD DE BoLÍVAR. BATALLA DE URICA. RIBAS FUSILADO. BOLÍVAR EN NUEVA GRANADA. - MORILLO LLEGA Á VENEZUELA.

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Viéndose los españoles impotentes para subyugar la revolucion, pensaron en arrasar el pais y dejarlo en completa ruina. Fué entonces que aparecieron aquellos genios del Averno, que bajo el nombre de Bóves, Rosete, Yañez, Pui, Palomo y otros inundaron los campos de la patria con la preciosa sangre de sus hijos, sacrificados á una ferocidad sin ejemplo en los anales de la historia. Bóves y Rosete, protegidos por las autoridades de Guayana, armaron los esclavos del Sur, y sacaron de los Llanos un grande ejército, que alentaban con todo género de licencia; Pui y Palomo se desprendieron de los campos de Coro y convirtieron todo el occidente de la República en teatro de espantosos crímenes.

Ya Bóves y Rosete se apoderan de los Valles de Aragua y el Tuy, y dejan su paso marcado con el silencio pavoroso de la muerte, interrumpido apénas por el sollozo de los que sobreviven á tan gran desastre. La Victoria, ciudad cercana á Carácas, ha sentido ya sobre sí la aterradora planta de Bóves, Ocumare se estremece á la presencia de Rosete que lleva hasta el santuario su sanguinaria espada; mientras que, hácia el occidente de la República, Pui y Palomo se apoderan

de Guanare y Barinas, y en esta última sacrifican á su ferocidad 500 personas, cuyas cadáveres fueron acompañados á poco por los de muchísimos habitantes más. El vapor de la sangre humana era la atmósfera en que se alegraban aquellos monstruos!... Semejantes á los ángeles apocalípticos, vinieron de los extremos del pais sembrando el exterminio por todas partes, como si hubieran recibido el encargo de hacerlo desaparecer de la haz de la tierra.

Las hordas de Bóves únense al fin con las de Puí y Yañez, en febrero de 1814; y condensada así aquella tormenta amenazadora en el cielo ya sombrio de estos dias de luto, parece que han llegado los posteros momentos de la República, que ha de parecer entre aquellas manos que encalleciera el crímen!

¿Qué hace en tanto Bolívar? Manda al general Ribas al Tuy, y él sale en persona al encuentro de Bóves que con 8,000 hombres le espera ganoso de vencerle. Hallálo en la Victoria, lo combate y lo derrota. Mariño sale del oriente en socorro de Bolívar, y Ribas triunfo de Rosete en las márgenes del Tuy.

Rehácese Bóves, y con ímpetu terrible ataca á Bolívar en San Mateo el 24 de marzo; no puede vencerle y renueva la lucha al dia siguiente, en que es derrotado, despues que Ricuarte vuela con sublime ejemplo de heroismo el parque que era puesto á su custodia y que míraba á punto de perderse. Bóves, devorando su furor retirase á Villa de Cura. Mariño en tanto juntándo se con fuerzas de Montilla, ha puesto en derrota las armas españolas en Bocachica.

Mientras esto se pasaba, el general Rafael Urdaneta, que habia asistido á las campañas de la Nueva Granada durante los años de 1810 y 1811, y acompañado á

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Bolívar en su gloriosa entrada en Venezuela el año de 1813, hallábase al occidente de la República en aquellos momentos de grandes pruebas; pero á penas sabe los conflictos en que se halla el centro, cuando emprende marcha hácia estas regiones, teatro de tan terrible lucha. Apenas trae consigo 128 hombres; pero este puñado de valientes basta al héroe para romper el sitio que numerosas huestes ponen á San Carlos, y penetrar en su recinto. Sostiénese allí con sublime ejemplo de valor por ocho dias, y al fin de ellos evacua la ciudad, retirándose al frente del enemigo, que no se atreve á impedirle el paso. Entra en Valencia, y allí tiene noticias del Libertador con la órden de sostener la plaza contra todo ataque. Ceballos, al frente de 4,000 hombres, la pone sitio. Urdenata se defiende durante cinco dias con 250 hombres, al fin de los cuales sabe el jefe español la derrota de Bóves en San Mateo y se retira á San Carlos, levantando el sitio.

Monteverde, á esta sazon, ha sido sostituido con Cajigal; y este último, con fuerzas traidas de Coro y con las que militaban bajo Ceballos y Calzada, se adelanta hácia Valencia; encuéntrase en las llanuras el 28 de mayo con las patriotas, y despues de una lucha obstinada por ambas partes, decláranse en derrota las armas reales, dejando en el campo más de 500 hombres, entre muertos, heridos y prisioneros.

Con este nuevo triunfo, Bolívar creyó asegurada su victoria; y deseando llevar la guerra á los españoles en sus propios centros, dividió sus fuerzas en tres grupos. Dió al general Urdaneta el mando de uno de ellas, constante de 500 hombres, con los que este bizarro jefe debia marchar sobre occidente; envió á Mariño hácia el sur con otros tantos, y él solo conservó lo restante

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