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su Estado Mayor, le esperaba en el vestíbulo de la misma y al acercarse San Martin,, se adelantó unos pasos, y alargando la distra dijo—al fin se cumplicron mis deseos de conocer y estrechar la mano del renombrado Jeneral San Martin.-Este contestóle congratu landose tambien de encontrar al Libertador de Colombia, agradeciendo tan cordial demostracion, pero sin admitir los encomios. Juntos subieron las escaleras siguiendoles ambas comitivas, hasta el gran salon de la casa en que tomaron asiento-En seguida se retiro el batallon que habia hecho los honores, dejando á la puerta una guadiar de honor mandada por un oficial."

"Bolivar presentó á los jenerales que le acompañaban principiando por Sucre, y. á pocos momentos empezaron a entrar las corporaciones de la ciudad á felicitar á su nuevo huesped.-Luego apareció un grupo considerable de señoras con igual objeto, dirijiéndole una alocucion la matrona que las encabe zaba.-San Martin contestó con aquella cortesana galanteria con que acostumbraba tratar al bello sexo; y pasado un momento de silencio, adelantándose una jóven como de 17 años, dirijió á este, (que al lado del Libertador se mantenia e medio de la sala) un discurso lleno de encomios patrióticos, y al concluir colocó sobre sus sienes una corona es. maltada de laurel.-Sonrojado por su natural mcdestia con aquella demostracion inesperada, quitándosela con aire de simpática amabilidad, espresó á la señorita que estaba persuadido que él no merecia

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semejanee muestra de distincion, pues habia otros cuyo mérito era mas digno de ella: pero que tampoco pensaba deshacerse de un presente de tanto mérito, ya por las manos de quien venia, como por el patriótico sentimiento que lo habia inspirada, y que se proponia conservarlo como recuerdo de uno de sus mas felices dias.Terminada aquella escena, se retiraron las corporaciones, la reunion de señoras y el cuerpo militar. Quedando el Libertador con solo dos edecanes, los coroneles Guido y Soyer invitarou á estos á pasar á otra habitacion, á efecto de dejar solos á los dos grandes personajes que tanto habian ansiado verse reunidos."

"Ellos cerraron las puertas por dentro y los edecanes estaban á la mira de que näda les interrumpiera-Asi permanecieron por hora y media, siendo este el primer acto de la entrevista, que segun la espresion de ambos, habia sido por tanto tiempo deseada."

Callan los Apuntes que voi reproduciendo, acerca de los tópicos de que se ocuparan en esta vez, ni si al jeneral San Martin, en la condicion reservada que le era característica, en ese dia ó los siguientes, se le escapara el mas leve indicio sobre la materia.

"Que terminada dicha conferencia abrieron las puertas del salon y el Libertador salió para retirarse á sa morada seguido de sus dos edecanes, acompañándole San Martin hasta el pié de la escalera donde le hizo un cumplimiento de despedida,"

"Desde la llegada de este á Guayaquil, se veia una inmensa masa de pueblo agrupada al frente de la casa en que se hospedó, la que aclamaba sin cesar al Libertador del Perú; y despues que el jeneral Bolívar se retirase, salicndo á los balcones, saludó la reunion con palabras de benevolencia y gratitud, por las espresiones patrióticas con que se le distin· guia-En esos momentos se anunciaron otras visitas de vecinos notables de la ciudad, por lo cual tuvo que dejar el balcon para pasar al salon á recibir aquellas nuevas atenciones de conocida simpatía."

66 Asi que esos señores se retiraron, aprovechando el paréntesis de tan incesante afluencia, salió el jeneral acompañado de sus edecanes á visitar al Libertador Bolívar en su casa-Este cumplimiento duraria media hora mas ó menos, despues del cual regresó, acordándose la hora de comer, lo que hizo en sumorada sin mas compañia que sus edecanes y el oficial de la escolta, y por la noche recibió otras visitas y entre ellas algunas de señoras."

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"Al dia siguiente á la una de la tardə, volvíó el jeneral á casa de Bolívar, pero dejando ya arreglado y listo el equipaje y la escolta, con la órden de que se embarcaran en la Macedonia á las once de la noche, pues en esa misma debia verificarlo él tambien, al salir del baile á que estaba invitado-Luego que llegó á lo del Libertador, despues de los cumplimientos sociales, ambos se encerraron en el salon, encargando que no se les interrumpiera-Asi permanecie

ron por cuatro horas aprocsimadas, siendo este el segundo acto de la entrevista.

Serian las cinco de la tarde cuando abrieron la puerta, porque á esa hora empezaban á llegar los jenerales y otros señores, como hasta el número de cincuenta, á un gran banquete con que el Libertador obsequiaba al jeneral San Martin-En seguida pasó la reunion al comedor que estaba espléndidamente preparado y la mesa cubierta con suntuosidad-El primero ocupó la cabecera, colocando al segundo á su derecha--Llegada la ocasion de los brindis, los inició Bolivar; parándose con su copa en la mano, é invitando á que lo acompañaran los señores concurrentes, dijo: Brindo Señores, por los dos hombres mas grandes de la América del Sur, el jeneral San Martin y Yo-Pasado un momento, llenando este su rol, contestó con la modestia que le era característica: Por la pronta terminacion de la guerra, por la organización de las nuevas Repúblicas del Continente Americano, y por lá salud del Libertador.-A estos siguieron otros dos ó tres brindis de los jenerales, y siendo como las siete de la noche se levantaron de la mesa."

"Despues del banquete, nuestro jeneral regresó á su casa á descansar, volviendo á salir á eso de las nueve para asistir al baile á que habia sido invitado por la Municipalidad-Cuando llegara, ya estaba alli ol Libertador con sus jenerales y el cuerpo de jefes y oficiales.”

"Para llenar mejor por mi parte la descripcion de

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esa fiesta, me permito copiar literalmente la
hace en los Apuntes que me sirven de base."

que se

Fué mui agradable, prerumpe Guido, la impresion que nos hizo la casa de Cabildo, por el brillante conjunto del adorno de los salones y aposentos. La iluminacion era sobresaliente y profusa pero sobre todo, la hermosura de las damas guayaquileñas que realzaba tanto mas la elegancia y el esmerado gusto de sus trajes y cuyos encantos y mérito son reconocidos en toda la costa del Pacifico.-Este fascinador golpe de vista formaba un incombinable contraste con el grupo oficiales colombianos, de aspecto poco simpático, de modales algo agrestes y que asi cortejaban y bailaban con aquellas preciosas criaturas. El vals era su danza favorita. No podiamos esplicarnos como era que ellos alternasen con los jenerales y con el Libertador mismo, cuando sabiamos que lejos de tolerarlos en otros actos de la vida y del servicio, los trataba con altivez, sobrada dureza y casi sin la menor consideracion-Pero ápoco andar comprendimos que era costumbre jeneral y mui admitida entre ellos, pues vimos al propio Bolívar sacar á una niña mui linda á bailar un vals, y que lo hacia por el mismo sistema que los subalternos: modales que nos parecian opuestos á su alto rango, quizá por que los obserbáramos por la vez primera.-Despues que los colombianos pasaron á Lima vimos repetido ese estilo en los bailes, áunque conociendo ellos que se hacian notables por cuanto nadie los imiiuba, se modificaron algun tanto.

"El jeneral San Martin (continuan los Apuntes) se conservó puramente como espectador sin tomar parte en el baile, preocupada su cabeza al parecer,

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