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menor calibre, formase en línea poco mas arriba de Ciudad vieja, para que hiciera los primeros honores Habia despachado tambien á Bodegas con destino al ilustre huesped, una magnifica falúa con veinte remeros, ornamentada con toldo y almohadones de !!!! damasco mordoré con franjas y flecaduras de oro.— Y como las mareas periódicas de la ria son de scis horas de alta y seis de baja, con la 1 del dia 11 ⠀⠀⠀⠀ la Legacion peruana se puso en marcha en el órden ** siguiente:

1a FALUA

El Ministro Plenipotenciario, mariscal de campo don Francisco Salazar y Baquíjano, peruano.

Secretario de la Legacion, coronel don Manuel Rojas, arjentino.

Adjunto, el sargento mayor don Julio Deslandes, francés.

Comitiva: los capitanes, don Gregorio Sanchez, don Ventura Alegre, don Hilarion Guerrero y Gerónimo Espejo, todos arjentinos.

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El Vice-almirante de la escuadra, mariscal de cam-" po don Manuel Blanco Encalada.

Dos comandantes de los buques.
Dos oficiales de marina.

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Ademas de estas embarcaciones, eran innumerables las de los buques surtos en el puerto y de los vecinos de la ciudad que habia llevado la curiosidad de

presenciar un acto que se les ofree por primera vez, ylo que era aun mas, conocer á uno de los mas prominentes personajes de la América-Es dificil se repita un panorama mas pintoresco que el que ofrecia en esa mañana el rio de Guayaquil, por el inmenso nùm. de velas y banderas esparcidas sobre aquella superficie, imprimiendole el aspecto de un verdadero jardin; tanta era la variedad de colores.-Y á poco de haberse pronunciado la bajante, al doblar una de las curvaturas del rio, se descubrió de improviso la comitiva de que venia acompañado el Libertador.--La falúa en que iba su persona sobresalia entre todas por el lujoso aparato, y al acercarse á ella la de los jenerales Salazar y Blanco, alzaron remos, como es de práctica, para dirijirle su saludo.—Bolivar puesto de pié les correspondió, invitandoles al propio tiempo que se trasbordaran á la suya,-como lo verificaron, quedando por este hecho la falúa en que yo iba, mas inmediata que otras á la del Libertador; circunstancia que coincidia con nuestros deseos, y nos proporcionó la ventaja de observarlo todo y no desperdiciar aun los mas poqueños accidentes-Conocimos pues, personalmente al gran guerrero del Orinoco y primer majistrado de Colombia, cuyos esfuerzos y sacrificios por la independencia de su patria llamaban la atencion del mundo.

La estatura de Bolívar nos pareció como de cinco pies ó poco menos; vestia en esta ocasion su grande uniforme militar-Casaca de paño azul toda

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bordada de oro con los entorchados y charreteras de jeneral-Una rica espada del mismo metal con sus correspondientes tiros bordados-Pantalon mui ancho de paño grana de idéntica labor al cos tado. Grandes botas de montar con espuelas sobrepuestas.-Sombrero elastico mui alto, festoneado de franja de oro por la orilla esterior y orlado de pluma blanca al interior; y tres grandes plumas derechas, del tricolor de la bandera (azul, amarillo y encarnado) en lugar de penacho, formaban el remate de aquel.-Una faja y banda de seda, igualmente tricolor, con bellotas y rapacejo de oro, bajando del hombro derecho al costado izquierdo, terminaba ciñendole la cintura-Completando su uniforme, tres condecoraciones colocadas al lado izquierdo del peto de la casaca.

Acompañaban al Libertador, dos jenerales que bien se distinguian por sus grandes uniformes bordados, y ademas tres edecanes.-Pero no habiendo entre nosotros en ese momento quien los conociera, en los dias siguientes que los vimos repetidas veces, se nos dijo que eran don Antonio José de Sucre (el vencedor de Pichincha y mas tarde de Ayacucho), y don Bartolomé Salom; y los edecanes, Mosquera, Wilson y O'Leary.

Organizada de nuevo la comitiva y continuando la marcha rio abajo, luego que se acercó al alcance de los cañones de la escuadra, rompió esta una salva de veintiun disparo que el gobierno habia ordenado se hiciese al Libertador como capitan jeneral con man

do de ejército.-Los comandantes de las cañoneras, cual es de práctica, desde el primer tiro arriaron el pabellon dél estado izando el de Colombia: mas al su-· ceder aquel cambio,supimos se le habian escapado á Bolivar las palabras—¿porque tan pronto.........? que profirió no en secreto; sin recordar seguramente, que era un procedimiento de fórmula: y asi sucedió que, ter- : minada la salva, se bajaron las banderas de Colom bia y volvieron á ondear las de Guayaquil. Con motivo de este incidente, los jenerales peruanos repitieron esas palabras comentandolas en la mesa del ·· ministro Salazar, deduciendo en último análisis, que probablemente alguno de los cesaltados del partido colombiano, habria hecho entender ó escrito al Libertador, que tan luego como se aproximase á la ciudad, se levantaria el grito aclamando su agregacion á Colombia.

!

Durante nuestra marcha por el río, se habian ocu- mil pado en tierra de otros aprestos para el recibo que notamos al desembarcar.-Las tropas formaban calle en toda la estension del Malecon, desde el... muelle provisorio hasta el portal de la Aduana, Lá municipalidad acompañada del tribunal del consu? lado, elero y gran número de vecinos notables, es peraba al ilustre hucsped del lado de adentro de la hermosa portada del muelle, cuyas hojas se abrieron de par en par al atracar la falúa á las escalas, you adelantándose el alcalde de primera nominacion don Esteban Amador, le dirijió un discurso á nombre de la corporacion y del pueblo, dándole la bienvenida.

El Libertador lo escuchó con el sombrero en la mano y el pié derecho sobre el umbral del pórtico; contestándo sin vacilar, con aquella brillante locuacidad que le era habitual.-En ese momento los tres castillos rompieron su salva de 21 cañonazos cada uno, siguiendo á estos la fragata "Protector," la "Venganza" y la corbeta "Alejandro," empavesando su arboladura al primer disparo.— Complementose tan animada escena con el repique jeneral de los templos, cohetes, músicas militares vivas del inmenso concurso que habia acudido do todas partes.

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Como las casas de la ciudad estaban de gala para esta solemnidad, adornadas con banderas y colgaduras, descollaba sin embargo sobre ellas la de las señares Avilès, que quedaba frente à frente del muelle de desembarco.-Contribuia á llamar la atencion hácia dicho edificio un grupo de cuarenta ó cincuenta señoras y señoritas elegantemente vestidas, con trajes blancos, cinturones, lazos y adornos de floros celestes; colores emblemáticos de la enseña del nuevo estado.-Pues este coro'se hizo notable en el momento-Asi que el Libertador terminó su alocusion de respuesta á la municipalidad, se dejó oir un grito unísono de ¡viva Gua.. yaquil independiente!! Vitor que probablemente no hizo una impresion favorable en su ánimo, por cuanto se le vio levantar la cara, mirar al balcon, y calandose el elástico, seguir la marcha que le indicaba el corteio hasta su casa. Estable

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