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A las dos horas, poco mas ó menos, la Macedonia largó su ancla en el puerto de Puná, y al fondear, las fragatas y la corbeta hicieron salva de ordenanza-Acto contínuo los jenerales Blanco, Salazar, La Mar y coronel Rojas pasaron á bordo de la primera á saludar al Protector, y como una hora despues regresaron al suyo respectivo

Es de presumir que entonces informaran al Protector de las ocurrencias mas esenciales desde el dia 11. Este no se hizo esperar á bordo de la Prueba. -Los tres jenerales y los señores de la disuelta Junta, Olmedo, Roca y Jimena, lo aguardaban en el portalon de la escala, y asi que pisó la cubierta le fueron ellos presentados, pasando todos juntos á la cámara.

Acompañabanle sus dos edecanes, los coroneles don Rufino Guido y don Salvador Soyer, quienes quedaron con nosotros, y formando círculo sobre cubierta, nos dijeron que toda la comitiva que llevaba el jeneral estaba reducida á ellos y al teniente don Luis Perez con una escolta de 25 húsares.

Por nuestra parte les hicimos una sucinta relacion de lo acaeido en los últimos seis meses del año, pero con detalles desde la llegada del Libertador hasta ese dia-Por conversaciones que en los posteriores se hicieron en la mesa, supimos que en la cámara se habian ocupado del mismo tema, y asi que el jeneral se hubo instruido bien de los antecedentes y situacion de Guayaquil, se despidió para regresar á la Macedonia seguido de sus edecanes,

Pocos momentos despues, vimos desprenderse de esta un bote á vela y remo, el que hizo rumbo hácia dicha ciudad.

En seguida, se trasbordaron á la goleta los señores Blanco, Salazar, La Mar y coronel Rojas, invitados por el jeneral San Martin para que le acompañaran-Yo supliqué con empeño al segundo me llevase como su ayudante; pero me disuadió haciendo presente el gran número de personas que iban en aquella y su escasa capacidad.

Todo esto sucedia en cuatro horas mas ó menos, y pronunciandose en esos momentos la altamarea, vimos continuar su viaje á la Macedonia rio arriba.

Para mi no era dudoso que el jeneral San Martin fuese de Lima perfectamente instruido del estado y situacion de Guayaquil; ya por la incesante correspondencia oficial y confidencial de la Junta y del Ajente diplomático, ó bien por los informes verbales

que indudablemente esos señores debieran trasmitirle en su última visita-Esto supuesto, es como para asegurarse, que el primero marchara con sobrados datos para no vacilar en sus juicios y resoluciones, y que solo le faltaba conocer la persona del Libertador Bolivar.

Los que permaneciamos en Puná contemplamos con pesar el alejamiento de la goleta, y poseidos deuna ansiosa curiosidad, envidiabamos la suerte de los que iban á presenciar un acto que quizá no lo vetiamos repetir en el resto de nuestra vida!

1

A

LA ENTREVISTA

V.

Setenta Ꭹ dos horas aprocsimadamente duró esta ausencia del jeneral San Martin, y cada una que pasaba nos parecia mas larga que la anterior.

El 25 de julio subió; el 26 llegó á Guayaquil y desembarcó; el 27 permaneció allí, y el 28 regresó á Puná; y sin detenerse mas tiempo que el necesario para que se trasbordaran á la Prueba los jenerales que aumentaron su comitiva, la Macedonia siguió marcha al Callao. Los buques de la escuadra que esos tres dias habion continuado, sus aprestos de viaje, luego que el Almirante, volvió á la capitana, hizo disparar pieza de leva, y poco despues se pusieron en movimiento con el mismo rumbo.

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Las contínuas conversaciones de los jenerales en ese dia y los siguientes, tanto en la mesa y en la tertulia de la noche, cuanto en los círculos que se formaban sobre cubierta, eran para nosotros las mas interesantes. Todas se ocupaban esclusivamente de las reminiscencias, detalles y episodios de que habian sido testigos en tan memorable ocasion Voi á hacer su referencia, para que nuestros compatriotas conozcan ese hecho hasta en sus minuciosidadesMas no obstante conservarlas frescas en la memoria, cual sucede por lo jeneral con toda ocurrencia que hondamente impresiona en la juventud; algunos años despues escribi al coronel D. Rufino Guido pidiendole datos sobre el particular, como testigo presencial que habia sido en esa ruidosa escena, y tuvo la amabilidad de responderme con los que siguen, cuya descripcion autógrafa conservo orijinal entre mis papeles-Ella refiere:

"....Que tan luego como el jeneral San Martin llegase á Puná y se le instruyera de la situacion, le ordenó embarcarse en un bote con doce remeros, encargandole fuese á felicitar al Libertador por su feliz arribo, y anunciarle que al siguiente dia tendria el gusto de hacerle una visita—A vela remo navegó toda era noche, llegando á Guayaquil como al mediodia, y en el acto de desembarcar sé encaminó a la morada de Bolivar á cumplir su comision."

y

Presentado á este, fue recibido del modo mas cumplido y caballeresco; y asi que le espresó

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la enhorabuena que le dirijia el jeneral San Martin por su intermedio, contestó"-que estimaba mucho la atencion y el anuncio de la visita, que podria haber escusado, pues que él ansiaba por verle: que inmediatamente iba á mandar dos ayudantes que le encontrasen en su camino á darle la bienvenida en su nombre y que le acompañaran hasta el puerto-En seguida ordenó se le sirviera un buen almuerzo. Le hizo muchas preguntas sobre distintas cosas, y terminado el desayuno, se despidió para regresar con la respuesta, esparciéndose por la ciudad como la luz del relàmpago la noticia de la llegada del jeneral San Martin.

A su regreso á la Macedonia, encontróla cerca de Guayaquil, y cuando subió á bordo, ya vió alli los dos edecanes que le indicara el Libertador; dando cuenta al jeneral de su comision é instruyendole de cuanto habia ocurrido y observado." en el puer

"Poco rato despues, fondeo la goleta en el to, y algunos momentos mas tarde llegaron otros dus edecanes de Bolívar á saludar de nuevo á San Martin, y anunciarle en su nombre que deseaba verle cuanto antes-Como desde la mañana todos estaban listos para desembarcar, lo verificaron por el muelle que hai frente á la casa del Sr. Luzarraga en que debía hospedarse.",

“El jeneral bajó á tierra con toda su comitiva, y desde el muelle hasta aquella, se hallaba formado un batallon de infanteria en orden de parada, el que le hizo los honores correspondientes á su alto rango.

“Bolivar de grande uniforme y acompañado de

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