The Spanish American Reader

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D.C. Heath, 1916 - 367 páginas

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Página 286 - Yo admiraba altamente el vigor general de aquel escritor único, a quien había conocido por aquellas formidables y líricas correspondencias que enviaba a diarios hispanoamericanos como La Opinión Nacional de Caracas, El Partido Liberal de México, y, sobre todo, La Nación de Buenos Aires. Escribía una prosa profusa, llena de vitalidad y de color, de plasticidad y de música. Se transparentaba el cultivo de los clásicos españoles y el conocimiento de todas las literaturas antiguas y modernas;...
Página 189 - La altura de los árboles crece en razón inversa de la elevación del suelo en que nacen. En las costas son colosales, y los diámetros enormes, los troncos derechos, perpendiculares, y dejando entre sí grandes espacios vacíos. Las volubles abundan en extremo.
Página 288 - Allí escuché por largo tiempo su conversación. Nunca he encontrado, ni en Castelar mismo, un conversador tan admirable. Era armonioso y familiar, dotado de una prodigiosa memoria, y ágil y pronto para la cita, para la reminiscencia, para el dato, para la imagen. Pasé con él momentos inolvidables, luego me despedí. El tenía que partir esa misma noche para Tampa, con objeto de arreglar no sé qué preciosas disposiciones de organización. No le volví a ver más.
Página 287 - ... recursos extraordinarios, y aprovechando mi presencia, simpática para los cubanos que conocían al poeta, hizo de mí una presentación ornada de las mejores galas de su estilo. Los aplausos vinieron entusiásticos, y él aprovechó el instante para sincerarse y defenderse de las sabidas acusaciones, y como ya...
Página 210 - Dos mesas de algarrobo indestructibles, que vienen pasando de mano en mano desde los tiempos en que no había otra madera en San Juan que los algarrobos de los campos, y algunas sillas de estructura desigual, flanqueaban la sala...
Página 245 - Una bolsa, un círculo literario, un areópago, una coterie, un salón de solterones, una coulisse de teatro, un forum, toda la actividad de Bogotá en un centenar de metros cuadrados: tal es el Altozano.
Página 190 - Si los hombres son diferentes, la vegetación de nuestros Andes parece que toca en los extremos. En el corto espacio de 20 leguas halla el botánico observador plantas análogas a las de la Siberia, plantas semejantes a las de los Alpes, la vegetación de Bengala y la de la Tartaria septentrional.
Página 297 - Caro fue el más lírico de todos los colombianos, por lo profundo e intenso de su vida afectiva, la cual expresó con rara franqueza y viril arrojo en versos de forma insólita, que bajo una corteza que puede parecer áspera y dura, esconden tesoros de cierta poesía íntima y ardiente, a un tiempo apasionada y filosófica, medio inglesa y medio española, que antes y despues de él ha sido rarísima en castellano.
Página 210 - ... antes de salir el sol para anunciarnos que un nuevo día llegaba, y con él la necesidad de hacer por el trabajo frente a sus necesidades.
Página 237 - Allí están todas las razas de la antigua colonia, todas las clases de la nueva República, todas las castas que viven en nuestra Democracia, todos los trajes de nuestra civilización, todas las opiniones de nuestra política, todas las variedades del vicio y todas las máscaras, de la virtud, en México.

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