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nerle otra que, aunque no superior en fuerza, lo fuese al ménos en el corage y disposiciones de sus gefes y oficiales. Contaba al efecto con gefes extrangeros y nacionales de bastante inteligencia, con una marinería arrojada, y con la inércia del Gobierno Español. Emprende y toca al momento la evidencia de sus cálculos. Con una regular energía, por parte del Gobierno Español, la expedicion de Chile hubiera hecho ver al mundo lo que puede la superioridad en el mar.

El general San Martin no desconoció tampoco la necesidad de formar una marina para la continuacion de la guerra, y puso su base con la corbeta "Limeña," bergantines "Belgrano" y "Balcarcel" y goleta "Cruz," estacionada en intermedios, con el objeto de bloquear aquella costa, é impedir se proporcionase recursos el Ejército Español; mas nunca se contrajo al adelantamiento y proteccion de un cuerpo que debia mirar como la áncora de sus fuerzas terrestres.

El sitio de las fortalezas del Callao y bloqueo de la Costa del Norte son otras tantas pruebas de lo útil y necesaria que es la marina, y del damnable olvido que ha merecido á las administraciones que han precedido. La miseria se entreveia en todos los individuos que la componian: el desórden se presentaba como precisa consecuencia; y podia deducirse, sin errar, su disolucion. Su mantencion demandaba al Estado ingentes gastos, por la falta de método en todos sus ramos, por la desmoralizacion de los encargados de ellos, y por la negligencia de sus principales gefes.

Finalmente, señor, el Ministro que suscribe puede asegurar al Congréso que, al ocupar su destino, ha encontrado un cuerpo cadavérico en la Escuadra. Su fuerza constaba de la fragata "Presidente," corbeta "Libertad," bergantin "Congreso" y goletas "Arequipeña y "Peruviana" agregáronse á ella la corbeta "Pichincha" pasada del enemigo, bergantin "Primero de Febrero" y goleta "Guayaquileña que se tomaron en Guayaquil. Mas no por esto alteró su forma miserable, debida á la inércia é impericia de la anterior administracion que, olvidada enteramente, no solo de su fomento, sino aun de proporcionar á los buques la dotacion de ordenanza, á pesar de las instancias del Comandante General de aquellas fuerzas era de esperar una desgracia.

Así es, que el 18 de Mayo á las once del dia se incendió en la ria de Guayaquil la fragata "Presidente," única fuerza con que contaba el Perú, para combatir las de Colombia próximas á surcar nuestra mar, y que, aunque de una superioridad innegable, podia muy bien ser batida con ventaja, si se ponian en movimiento todos los recursos de que abunda el TOMO IX. HISTORIA-17

país. Mas con este desgraciado acontecimiento, efecto de la pura casualidad, es perdido por el Perú el imperio del Pacífico, si arriban las fuerzas enemigas. La inmensidad del peligro ha obligado al Ejecutivo á redoblar su actividad, para artillar y marinar la corbeta "Independencia," comprada al Estado de Chile, y al ancla en el Callao; y en pocos dias la ha puesto en disposicion de servir con provecho á la República.

Demostradas por mi Ministerio las principales causas del estado de abatimiento de la marina, os puedo asegurar, señor, que seré infatigable en tocar todos los medios que conduzcan á su prosperidad, por un efecto de mi conviccion de que sin mariña no hay respetabilidad, y se halla expuesta la República á sufrir los insultos de potencias enorgullecidas con sus fuerzas navales.

Al efecto se está dando impulso al establecimiento científico de la Escuela Central, al cual se han proporcionado actualmente libros é instrumentos necesarios para la enseñanza de la brillante juventud que allí se está educando. Los arsenales del Callao se están habilitando de útiles navales para el repuesto y reparo de los buques de guerra, á pesar del estado de atraso de los fondos públicos; y convencido el Ministerio de que la marina marchante es la base de la militar, pues es la escuela práctica de la marinería, vá á tomar todo el interés necesario en el arreglo de las matrículas en todos los pueblos litorales cuya ordenanza hará revivir.

Concluiré, señor, con afirmaros, que el Gobierno afectado justamente en favor de un cuerpo cuya utilidad nadie desconoce, dedicará todos sus desvelos y conato á su restablecimiento y prosperidad. Tristes lecciones ha tenido la República para convencerse de que su respetabilidad depende en gran parte de la marina: repetidas humillaciones le han evidenciado que es preciso conservar una fuerza naval que imponga en sus costas el respeto que se debe á toda asociacion política, sea cual fuese su antigüedad con respecto á las demás naciones.-El Gobierno actual ha conocido, mejor que ningun otro, esta verdad; y como posea la bastante actividad y energía para llegar al cabo todo lo que tienda á hacer respetable el Perú, protesta, señor, por mi conducto, reparar los errores de las anteriores administraciones en este ramo. Una prueba de ello es la construccion proyectada de un nuevo muelle en el Callao que corresponda por su magnificencia y comodidad al puerto de la capital de la República, cuyo plano se ha levantado, y será plantificado tan luego como hayan

empresarios que, en conformidad del aviso inserto en el periódico ministerial, hagan sus respectivas propuestas.

Este es el estado en que hoy se encuentran los ramos que abraza el Ministerio de mi cargo. Al Congreso toca el deber de deliberar sobre ellos, y á mí el honor de ratificarle mi profundo respeto y alta consideracion.

Lima, 10 de Setiembre de 1829.-10°

José Rivadeneira.

MEMORIA LEIDA Á LAS DOS CÁMARAS DEL CONGRESO CONSTITUCIONAL DE 1829 POR EL MINISTRO DE HACIENDA, SOBRE EL ESTADO DE LOS NEGOCIOS DE SU RAMO.

Señor:

Al poner en conocimiento del Soberano Congreso, conforme al artículo 98 de la Constitucion política del Estado, los negocios que han girado por el Ministerio de mi cargo, me es de la mayor satisfaccion poder manifestarle las considerables mejoras que ha recibido hasta ahora el importante ramo de la hacienda nacional; y las esperanzas lisonjeras que deben hacer concebir á la República de su próxima grandeza. Difícilmente los fastos de las convulsiones políticas presentarán pueblo alguno situado en tan lamentables circunstancias, como lo eran aquellas en que el Perú se encontraba á principios de Junio del corriente año. En el discurso de la revolucion ha tenido épocas bien tristes: pero ninguna como esa. El Gobierno, en unas manos tan inexpertas como débiles, habia perdido toda su respetabilidad y la confianza pública: una guerra, emprendida únicamente por miras personales contra los intereses de la patria, desolaba el país: el Ejército, sin paga en varios meses, se habia desmoralizado y dividido en facciones: los pueblos, consumidos por la miseria, y recargados de gabelas que no podian soportar, comenzaban ya á atentar contra la integridad de la Nacion: la máquina del

Estado, rotos algunos de sus resortes, y perdida enteramente la elasticidad de otros, apénas se movia: y el edificio social iba á desplomarse ya, cuando le sostuvo la benéfica mano del excelentísimo señor D. Antonio Gutierrez de La-Fuente á quien llamó felizmente á la primer magistratura del Perú el voto general de ciudadanos y guerreros. Este es el punto de que debo partir; porque desde mi nombramiento de Ministro hasta el cambiamiento político tan solo trascurrieron cuatro dias.

El restablecimiento de un Estado destruido no es la obra solamente de la política y de las luces de la administracion, sino del tiempo tambien y de las circunstancias; y las profundas heridas que la guerra abre en un año, han menester á veces un siglo para curarse. Así que, deben admirarse los adelantos que se han hecho en el corto período de ménos de tres meses en que, si no se han podido desarrollar enteramente los principios fecundos de opulencia que la Nacion contiene, se han removido, por lo menos, los principales obstáculos; se han vencido las mayores dificultades; y la tranquilidad y el sosiego, que nos traerá la paz que ya debemos prometernos, darán todo su impulso á las grandes empresas que se han comenzado á ejecutar y á las que están proyectadas. Cuales hayan sido las disposiciones del Gobierno para lograr estos resultados; y qué es lo que se ha hecho hasta el dia; tal es el asunto de la presente Memoria en la que no saldré de los límites estrechos que debe tener una obra de esta clase; dejando una prolija instruccion para el caso en que el Congreso quiera tomar en consideracion alguno de los diversos puntos que voy á tocar ligeramente.

La falta absoluta de órden y de economía, acaso la mala versacion y tambien la impericia de algunos funcionarios habian reducido el erario á una completa nulidad. No se hallaba solo exhausto de fondos y recursos, sino que hasta habia perdido enteramente su crédito. La deuda nacional, que no se trataba de amortizar, y cuyos réditos tampoco se pagaban tiempo hacia, montaba á 14.724,077 pesos; y habia un déficit mensual de 150,685 pesos y dos reales. La Aduana de la capital que, en los meses anteriores á Junio, apénas producia de 18 á 20,000 pesos, produjo en él 91,111, con 7. Todos los ramos recibieron, como éste, un impulso repentino. Las órdenes ejecutivas libradas contra los deudores al tesoro público, la actividad, el celo, la pureza en el manejo de los intereses nacionales, y algunos proyectos económicos, reducidos á la práctica, empezaron á reformar, ó, mas bien, crearon una hacienda que, á los pocos dias de mi ingreso al Ministerio, se halló en estado de mandar 80,000 pesos al Ejército que estaba sin pa

garse hacia cinco meses: y que, despues, ha sido capaz de amortizar 331,434 pesos de la deuda interior, sin embargo de haber cubierto hasta hoy sus gastos indispensables que se han aumentado considerablemente.

Despues de haber mandado, á varios puntos, oficiales de confianza para activar el cobro de las cantidades adeudadas por la contribucion, se suspendió la ley de prohibiciones sancionada por el Congreso en 11 de Junio del año anterior. Esta medida, que debia hacer que convaleciera con el tiempo el erario nacional cuya principal entrada, la Aduana de la capital, dejó empeñada en cantidades ingentes la administracion que caducó, no proporcionaba auxilios para poder ocurrir á las necesidades urgentes. Así fué que, penetrado el Gobierno de la precision en que estaba de tomar otra mas ejecutiva que surtiera un efecto del momento, para poder cubrir los grandes gastos que eran indispensables en el dia, y sin los cuales no podia sostener el decoro nacional de que estaba encargado, levantó un empréstito de 60,000 pesos sobre los derechos que debia producir la importacion de los efectos cuya prohibicion se suspendia. Esta medida, aunque adoptada con condiciones algo onerosas al Estado, fué indispensable y la única, tal vez, que habia que tomar en aquellas circunstancias. Lo cierto es que ella alivió en gran parte las aflicciones del erario; y dió ensanches al comercio que tambien ha recibido beneficio de la derogacion del decreto que mandaba pagar los derechos del aguardiente en el lugar de su exportacion; obligando así á los negociantes de este ramo á tener dos capitales invertidos á un tiempo: el uno en el efecto, y el otro en unos derechos que de ninguna manera podian adeudar hasta que este llegara al punto en que la negociacion debiera realizarse.

Se han mandado suspender el empréstito forzoso y la contribucion, esos dos pesados gravámenes que tenian tan oprimidos y exasperados á los pueblos, y cuyos productos apénas llegaban al erario; porque se perdian casi todos en las manos intermedias por donde tenian que pasar. Y, si se ha aumentado un peso anual á la contribucion de los indígenas, ha sido en atencion á ser esta casi insensible.

La reforma de las oficinas de hacienda llamó con preferencia la atencion del Gobierno. Arreglar las tareas de cada una de ellas; reducir los empleados al número que sea indispensablemente necesario para que ni la muchedumbre de ellos fomente la ociosidad, ni la escasez tampoco entorpezca y retarde las labores; señalar las horas que deben trabajar; precaver, con penas prácticas, la infraccion de sus deberes, y simplificar, en fin, las operaciones y los detalles de la Teso

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