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toda nota que turbe en lo sucesivo los ánimos aun en las personas de la mas delicada conciencia.

Dios guarde á U. S. I. muchos años.-Chancay, y Octubre 26 de 1821.-Bartolomé, Arzobispo.

Al Illmo. Señor Dean y Cabildo de la Santa Iglesia de Lima.

ÓRDEN DEL SUPREMO GOBIERNO.

Lima, Diciembre 10 de 1821.

Señor:

Al Arcediano y demás vocales del Cabildo Eclesiástico de esta Metrópoli digo con esta fecha lo que cópio á US. en contestacion á su papel de cuatro del corriente devolviéndole el documento que lo acompaña. Nombrado como se halla de Gobernador Eclesiástico de este Arzobispado el Dean de su Iglesia Metropolitana y Consejero de Estado Dr. D. Francisco Javier de Echagüe á quien tanto el Arzobispo Dr. D. Bartolomé María de las Heras como ese Cabildo concedieron respectivamente para el efecto el lleno de la jurisdiccion y facultades que tenian; este nombramiento ha sido de la aprobacion de S. E. el protector por las virtudes religiosas y políticas que adornan al referido Dean; en cuya virtud me manda S. E. que á su nombre ruegue á ese Cabildo haya, tenga y reconozca al referido Dean por Gobernador del Arzobispado, y que lo haga saber á los prelados religiosos, párrocos, y demás autoridades á quienes corresponda.

Tengo la honra de ofrecer á US. los sentimientos de la mas alta consideracion-Señor-B. Monteagudo.

Señor Gobernador de este Arzobispado.

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DISERTACION SOBRE EL CELIBATO, LEIDA EN LA ACADEMIA DE CIENCIAS Y ARTES DE AREQUIPA POR EL SÓCIO DE NÚMERO JUAN GUALBERTO VALDIVIA, EN LA SESION ORDINARIA DEL LÚNES 14 DE MAYO DE 1827.

En todo estado, donde á no ser por un azote extraordinario del cielo, no se aumenta la po blacion, es necesario decir, que hay en él tanto defecto de política, cuanta es la distancia de lo que es á lo que debiera ser.

El conde de Verri eu sus reflexiones políticas.

Los hombres y los tiempos tienen tal conexion entre sí, que por los unos podemos conocer los otros. En el estado de inocencia, la naturaleza era fiel imitadora del hombre. Una hermosa primavera dominaba el Universo, y el mundo todo podia equivocarse con la bienaventuranza. Cayó el hombre y se cambió la perspectiva. Un aire enemigo y una tierra cubierta de abrojos bajo una bóveda melancólica, forman no ya el teatro del hombre, sino su destierro. Desespera este ser racional por su situacion funesta; y léjos de buscar la virtud por su único consuelo ocurre á los vicios para templarla. Una vida larga y disoluta irrita á la Deidad, y arrepentida de haber criado al hombre ingrato, lo destruye. Ocupa el agua sobre la tierra el lugar de los hombres y aun de las bestias, y enfurecida bajo la égida del Criador disputa á las mismas aves su morada. La tierra y el cielo forman como un continente á beneficio del agua, y el mundo todo no es ya más que un terrible cementerio.

Noé debia formar la nueva generacion. Él era el único escogido entre millones de hombres, pero al fin lo era, y quizá ménos dichoso que Adan. Su posteridad no ha sido mas feliz que la primera, y todas las generaciones aunque distintas siempre, se parecen mucho. La descendencia de Noé nos presenta un Abraham, un Isac, un Jacob, sin que por esto dejasen de existir las malhadadas poblaciones Sodoma y Gomorra. Si el Señor nos pone de un lado á Moises y á un Josué al frente de su pueblo, tambien nos pone de otro la funesta descendencia de Esaú. Toda esta edad terrible hasta la venida

de Jesu-Cristo no presenta á la imaginacion mas descuidada, sino miserias y catástrofes. En una palabra, al género bumano luchando con su suerte. La historia del género humano es la historia de su destierro: y esta es igual á sí misma en todos tiempos. Si el primer cadáver que recibió la tierra fué un hombre asesinado, el último que reciba no habrá tenido mejor suerte. Los hombres han pasado como las generaciones; pero sus inclinaciones subsisten: y yo no hallo mas diferencia entre Cain y Nerón, que la que puede haber entre dos ladrones que encuentran cantidades distintas que robar. Para mí, Alejandro y Napoleon son lo mismo. Solo distingo la ocasion y los tiempos. Otro habrá sido igual con iguales circunstancias. ¡Cuántos hombres habrán muerto en la oscuridad dignos de ser unos héroes! Yo entiendo que el que quiera y pueda ser el mejor asesino, será un conquistador; y el que sea todo ló contrario, será un héroe. En efecto, una mano de acero y un corazon de leon es el distintivo de los grandes generales. La historia no presenta otra cosa. Solo Washington en el mundo nuevo es excepcion de esta regla; y en el autiguo, tenemos que penetrar hasta Fábio, Scipion, Camilo y los famosos griegos. Parece, señores, que no hubiese tocado mi asunto. Pero no: he recorrido ligeramente los medios principales que han atacado á la humanidad, y ellos nos preparan á hablar del celibato. Este, lo mismo que la muerte natural, las guerras y los vicios, arruina la especie humana. La generacion es la única que la conserva. La resurreccion ha sido de pocos, y estos han vuelto á morir. Jesu-Cristo la hizo no por aumentar el número de los vivos, sino por manifestar su posibilidad en el dia final. Así las resurrecciones no han aumentado la poblacion en el órden natural. La religion católica prescribe á este efecto el matrimonio, como lo hace la naturaleza. Pero sus ministros no solo han embarazado la poblacion con el celibato, sino que la han disminuido demasiado con su Santo Tribunal. Jesu-Cristo asistió á las bodas de Canaa honrándolas con un milagro estupendo, y sus ministros prohiben los matrimonios hasta el extremo de manchar la silla de San Pedro con prostitutas antes que' honrarla con esposas. Rehusan oir al Divino Maestro hablando á los fariseos: "non legistis quia qui fécit hominem ab initio masculum et foeminam fecit eos?"

Para aclarar la materia haré ver primero que el celibato' clerical ó no clerical, no está mandado en las escrituras, y que no hay ta derecho divino que se supone. Segundo: que las leyes eclesiásticas que lo mandan á los clérigos, ni son tan antiguas como se quiere, ni tampoco pueden ser irrevocables. Tercero: que el celibato de cualquiera clase trae mas daño

que provecho. Cuarto: que la proteccion de los matrimonios debe correr de cuenta del Estado.

En órden á lo primero. Lo mejor siempre ha sido enemigo de lo bueno, y el modo de no hacer nada, ha sido el querer hacerlo todo. La silla apostólica desgraciadamente ha seguido este camino; y casi siempre se ha hallado mas atrás de donde empezó. Sus decisiones rara vez no han sido apoyadas en la escritura: ó mejor diré, siempre. Si se ha hablado del dominio temporal, se ha ocurrido á la escritura. Si de las diezmos, lo mismo. Si el celibato: ¿pero de qué se ha tratado que no se eche mano de los libros santos? Estas ligerezas y abuso de la palabra de Dios, han desacreditado bastante nuestra religion. Oigamos. San Pablo en la Epístola 1a á los de Corinto cap. 7o, vers. 1 y 2, dice: "por lo que hace á las cosas sobre que me escribísteis, bueno seria á un hombre no tocar muger: mas por evitar la fornicacion, cada uno tenga su muger, y cada una tenga su marido:" y al vers. 90: "Digo tambien á los solteros y á las viudas, que les es bueno si permanecen así, como tambien yo, mas si no tienen don de continencia, cásense. Porque mas vale casarse que abrasarse." A pesar de esta autoridad no han faltado quienes sostengan que el celibato era de derecho divino. Yo no hallo inconveniente portomarlo á la letra. Hagamos una revista de los lugares de la Escritura. Esta debe empezar del antiguo Testamento; pues aunque se diga que al principio fué necesario el matrimonio para la opresion del género humano, lo que ahora no subsiste; no obstante la misma necesidad hay hoy, y habrá mientras exista el mundo. Además, hay la necesidad de evitar la fornicacion que nos indicó San Pablo, y antes que él, la razon. En el capitulo 1o del Génesis se leen estos dos grandes preceptos: "Creced y multiplicad, y llenad la tierra." Estos preceptos, señores, subsisten mientras el Señor no nos dé otros que lo deroguen. En el cap. 2o se lee: dijo el Señor Dios: "No es bueno que el hombre esté solo: hagámosle ayuda semejante á él." En el mismo capítulo: "Por lo cual dejará el hombre á su padre y á su madre, y se unirá á su muger y serán dos en una carne." Tan firme debe ser esta disposicion del Señor, que Jesu-Cristo se admiró no hiciesen mérito de ella los fariseos, cuando al cap. 19, vers. 4o de San Mateo, les dijo: "no habeis leido que el que hizo al hombre en el principio macho y hembra los crió?" Esta pregunta nos convence, que la ley primitiva del matrimonio debe ser inviolable en todos tiempos. Pues en todos ellos non est bonum hominem esse solum. La infraccion de esta ley sempiterna inundó el Universo en los primeros tiempos, y la misma posteriormente hizo llover del cielo fuego y azufre. El hombre apartado

del matrimonio es una figura, como él apartado de toda sociedad seria una bestia. Sin ocurrir á tiempos tan remotos los nuestros nos presentan los mismos vicios. Señores, somos hombres. Y no sé que el hombre haya dejado delito alguno en mera posibilidad. Lo que admira es, que los hombres mas interesados en el celibato, han sido tal vez los peores en este género. Pero sigamos. Todos los patriarcas tuvieron sus mugeres, y tantas, que el mas disoluto de estos tiempos no las desearia. Y pregunto: ¿dejaron por esto de ser justificados ante el Señor? ¡ocupados en los negocios domésticos, abandonaron la oracion, los sacrificios? distante de eso. El matrimonio pues ha sido respetado en todos tiempos, y nos parece invedable, como lo seria él árbol que no dé fruto, ó al fruto que no madure.

Si Pablo hablando á Timoteo en la Epístola 1a capítulo 3o le dice: "conviene que el Obispo sea irreprensible y esposo de una muger, que gobierne bien á sus hijos y á su casa." Y en la misma Epístola al cap. 4! El Espíritu Santo dice claramente, "que en los últimos tiempos se apartarán algunos de la fé.... hablarán mentira con hipocresía. ... prohibiendo se casen, y comer de las comidas que el Señor crió para tomar. Porque toda criatura de Dios es buena, y no se debe vedar lo que se recibe con accion de gracias." ¿Dónde está pues esta prohibicion? ¿por cuál lugar de la Escritura han perdido los clérigos el derecho que tienen como hombres? Su orígen está claro. En los tiempos inmediatos á los apóstoles, los obispos y sacerdotes fuéron casados, y célibes los que querian serlo. De esto nos dá una prueba el Concilio Ancirano en el cánon 9, donde dice: todos los diáconos que se ordenan, si en la misma ordenacion han protestado y dicen que quieren casarse, porque no pueden estar de otro modo, éstos, si despues toman mugeres, sigan en su ministerio por aquello que el Obispo les hubiese dado licencia; pero los que se callasen y recibiesen la imposicion de las manos, han profesado continencia, y si se casan despues deben cesar del ministerio." El Concilio Eliberitano en el cánon 33: "Nos ha parecido prohibir absolutamente á los obispos, á los presbíteros, á los diáconos, y á los sub-diáconos puestos en el Ministerió, el uso de sus cónyuges y que no hagan hijos."

Segun esto es de derecho divino el celibato clerical? pasemos adelante. San Gerónimo en el libro 1o contra Joviniano dice: "no niego que se eligen maridos para el sacerdocio porque no hay tantos vírgenes como sacerdotes son necesarios." Santo Tomás 39 contra gentes cap. 136. "El consejo de observar continencia perpétua estaba reservado para los tiempos del nuevo Testamento." San Agustin de bono conjugis cap. 23:

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