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'conseguido objeto de mudar totalmente el detestable Gobier no que acaba de espirar. Reunidos los votos de los pueblos, se lanzó el grito de salud á la patria sin que el mas mínimo desórden, que pudiera haber oscurecido la magestuosa marcha de tan heróica defeccion, haya desmentido la circunspeccion y grandeza que señala siempre los grandes hechos. Una fuerza enérgica sin tocar la violencia, ha sido la conducta de ese Departamento desde el feliz instante de su precioso grito, hasta la mañana del dia de hoy, en que ha sido recibido con júbilo el extraordinario de esta capital, con la plausible noticia de la generacion del Gobierno, y con ella la de la Nacion. Las circunstancias de la posicion de este Gobierno que por voluntad del pueblo depositó en mi persona la Honorable Municipalidad, me obligaron á expedir resoluciones que han producido un entusiasmo general.

Ponderar á V. E. el júbilo con que se recibió la satisfactoria noticia del cambio de Gobierno de esa capital, no es posible, pues todo encarecimiento es una corta pintura de la alegre emocion del pueblo. El dia Domingo 21 se celebra una solemne misa de gracias con asistencia de todas las corporaciones, en justo tributo al Dios de los ejércitos que vela por la gloria y paz de nuestra República.

La grande obra parece ya concluida, y yo me congratulo con V. E. por la felicidad de la patria, y el supremo mando que ejerce, protestando la sumision de este Departamento á sus altas resoluciones, de las que esperan los pueblos, hasta la reunion de la Representacion Nacional, la salud del país porque tanto trabajaron.

Dios guarde á V. E.-Excmo. Señor-J. A. Bujanda.

República Peruana.-Ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores.-Casa del Gobierno en Lima, á 11 de Julio de 1829. -100

Señor Prefecto:

Entre las notas que he tenido el honor de recibir de US, en el presente correo, las señaladas con los números 557 y 558 están contraidas á referir los sucesos acaecidos en esa ciudad antes de que tomase US. el mando del Departamento, y las providencias que ellos le obligaron á expedir despues, igno

rando aun la dimision que hicieron del poder supremo las personas que le ejercian.

Verificado ya el cambio de la administracion con aplauso de todos los pueblos, entre los cuales han tenido una parte muy importante los que forman ese benemérito Departamento, no deben recordarse las pasadas ocurrencias, sino para evitar los errores que nos iban conduciendo á la disolucion, y encontrar en su dolorosa experiencia fuertes motivos para unirnos; á fin de dar consistencia al nuevo órden de cosas que empieza á felicitarnos, y alcanzar á nuestra patria una paz honrosa y permanente.

Ninguno de estos bienes puede adquirirse sin que la suprema autoridad sea obedecida y respetada; y sin que sus mandatos se observen y se hagan guardar en todo el territorio con la mas religiosa puntualidad, porque el menor desvío ó alteracion que sufriesen, no solo desconcertaría el régimen interior que consiste en el sostenimiento invariable de las leyes y resoluciones superiores, sino que tambien envolvería al Estado en la confusion y en la anarquía. No pudiendo pues organizarnos sin que todas las reformas partan de su centro, y se plantifiquen uniformemente en todos los departamentos, es de absoluta necesidad no innovar nada de lo establecido, mientras el Gobierno no lo disponga; porque la prosperidad pública no se labra sino poniendo en armonía los intereses locales con el interés general. En este concepto deben establecerse las economías y contribucion de castas que US. suspendió forzado por circunstancias aciagas que la conveniencia pública demanda delegar al olvido, perteneciendo ya el Perú á sus propios hijos; subsistiendo no obstante el aumento del peso en la tasa de los indígenas que ya habia decretado S. E. el Gefe Supremo.-Faltando muy pocos dias para que se instale el Congreso, á quien corresponde remediar radicalmente las dolencias de la Nacion, ese Departamento debe aguardar, con impasible tranquilidad y con la mas firme constancia, que sus representantes se ocupen en promover sus mejoras, y que el Gobierno empleará por su parte las facultades que le concede la ley para recabar de la Legislatura el alivio de los padecimientos comunes. Al terminar esta nota, me es muy satisfactorio anunciar á US., á nombre de S. E., que se congratula de saber que el acertado nombramiento, hecho en US. para Prefecto del Departamento del Cuzco, ha correspondido al voto de sus compatriotas.

a

Dios guarde á US.-Mariano Álvarez.

Señor Prefecto del Departamento del Cuzco.

TOMO IX.

HISTORIA-5

República de Colombia.-E. M. G. de S. E. el Libertador.Cuartel General en Samborondon, á 19 de Junio de 1829.

Al señor Comandante General de las tropas peruanas que ocupan la Plaza de Guayaquil.

Infringida la capitulacion de Guayaquil, y rehusado por el Gobierno y Ejército Peruano todo cumplimiento á los preliminares de Jirón, insistió el Libertador Presidente en reclamar la devolucion á Colombia de la Plaza de Guayaquil. A pesar de la negativa de las autoridades peruanas que la regian y de los gefes de su guarnicion, S. E., consecuente á sus protestas de transigir pacíficamente las diferencias con el Perú, mandó recuperar la Plaza, sin emplear las armas sino en caso de resistencia. Una parte del Ejército de Colombia ha marchado hasta aquí con este objeto; y habria continuado sus operaciones, si el amor á la humanidad y el deseo de conservar á cada colombiano sus propiedades, su vida y sus intereses, no hubiesen movido el ánimo de S. E., y le hubiesen inclinado á impedir, en cuanto estuviese de su parte, los estragos del incendio, las muertes y los horrores á que se expondria la ciudad en el hecho de atacarla, como aconteció desgraciadamente en la villa de Baba.

En vano se busca al enemigo en campos rasos, cuando este excusa los combates, y se refugia al sagrado donde no puede invadírsele sin comprometer las ciudades de madera del Departamento, y los edificios y propiedades particulares.

En este estado tengo órden de S. E. el Libertador Presidente para dirigirme á US., y manifestarle que, siendo la devolucion de Guayaquil de una justicia incontestable, y que el Gobierno de Colombia tiene un derecho á exigirlo, como lo exige de las autoridades enemigas existentes en ella, ofreciéndoles, al mismo tiempo, todas las seguridades necesarias para que su guarnicion pueda retirarse libremente al Perú sin la menor hostilidad de nuestra parte, prévia la devolucion integra estipulada en las capitulaciones de 21 de Enero y 28 de Febrero, tan lejos de desaprobar el Gobierno del Perú, como hubiera sucedido antes de la renuncia del general LaMar, tendrá que agradecer á US. por haber salvado esa guarnicion, que, de otro modo, seria destruida antes de regresar á su país.

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Mas si desgraciadamente se desentiende US. de esta justa demanda; y, desconociendo los verdaderos intereses de la

Nacion á que pertenece, y su propia posicion, resiste á viva fuerza la reocupacion de la Plaza por las armas colombianas, S. E. se verá en la cruel necesidad de mandarla atacar á todo trance, y vengar los ultrajes que nuevamente se han inferido á Colombia y á su Gobierno. Desde entónces US. y la guarnicion que está á sus órdenes serán exclusivamente responsables al vecindario de la provincia y ciudad de Guayaquil, á Colombia y al mundo entero, de las horribles consecuencias que resultarán indefectiblemente de la funcion de armas á la que será debida la expulsion de tropas extrangeras del territorio colombiano. Habrá mas. Para resarcir tan incalculables pérdidas, S. E. tendrá que hacer marchar sobre el Perú considerables fuerzas de mar y tierra, para ocuparlo hasta que sea cumplida la mas sencilla condicion de los tratados, hasta que sea pagado el último maravedí de la deuda, hasta que sea satisfecha la última injuria, hasta que sean indemnizados todos los ciudadanos de Guayaquil de los perjuicios que les haya irrogado la retencion de esa Plaza por las armas usurpadoras.

Esta es la protesta final que tengo la honra de hacer á US. de parte de S. E. el Libertador Presidente, en la inteligencia de que si, dentro de ocho dias, no se ha puesto la ciudad de Guayaquil en posesion de las armas de Colombia, S. E. la bará atacar; y las tropas que la guarnecen serán tratadas como refractarias.

Con sentimientos de distinguida consideracion soy de US. obediente servidor-El Gefe de E. M.-J. C. Mosquera.

República Peruana.-Comandancia General del Departamento de Guayaquil, Junio 19 de 1829.

Al señor Gefe de E. M. G. de S. E. el Libertador de Colombia.

Señor Coronel:

Aunque mis dos antecesores han contestado á los señores generales Flores é Illingrot, por iguales comunicaciones á la que US. me dirige con fecha de hoy desde el Cuartel General de Samborondon, haciéndoles ver no estaba en sus facultades, como tampoco lo es en las mias, entregar esta Plaza sin órden expresa de la autoridad peruana de quien dependemos,

yo de nuevo repito á US., que, no admitidas por nuestra Nacion las bases de Jirón ni las capitulaciones de Enero, en esto tengo órdenes terminantes de sostenerla á todo trance contra cualesquier ataque del Ejército de que pende US., hasta que por el Illmo. señor Gran Mariscal D. Agustin Gamarra no se me prevenga otra conducta, y que, á cumplir esto exactamente, estamos resueltos todos cuantos tenemos el honor de sostener la gloria del pabellon peruano.

Conozco muy bien la decision de S. E. el Libertador Presidente de Colombia por la conclusion pacífica de esta guerra: y estoy cierto tambien que el ilustrísimo señor general Gamarra desea ver finalizado el derramamiento de sangre hermana por unos tratados de paz que no dejen deshonra alguna á cualesquiera de las partes. Bajo esta inteligencia US. debe dirigirse, para recibir contestaciones terminantes al deseo de S. E. el Libertador Presidente de Colombia, á la autoridad que yo obedezco, el Illmo. Señor Gran Mariscal Gamarra.

Si US. quisiese dirigirse, como dejo anunciado, y si creyese necesario para esto hacer una suspension de hostilidades en las posiciones que hoy ocupamos, yo soy pronto á convenir en ella bajo las bases que en tal caso acordariamos; debiendo decir á US. que es todo cuanto por mi parte podria hacer por el bien de la paz sin precedente órden.

Con sentimientos de la mas perfecta consideracion soy de US. atento, obediente servidor-Miguel Benavides.

NÚMERO 52.

Ejército Nacional.-General en Gefe.-Cuartel General en Piura, á 6 de Julio de 1829.

Al Sr. Ministro de Estado en el Departamento de la Guerra.

Señor Ministro:

Acabo de recibir la adjunta comunicacion de la Secretaría General de S. E. el Presidente de la República de Colombia que en cópia tengo la honra de acompañar á US. por el acelerado conducto de un extraordinario, á fin de que se sirva elevarla al conocimiento del Supremo Gefe de la República, igualmente que la contestacion en que, por ser obra del mo

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