Imágenes de páginas
PDF
EPUB

desgraciado príncipe muerto por unos soldados dispersos del ejército de Almagro el jóven, allá por los años de 1544.

A su muerte fué proclamado Inca por los fieles vasallos de Yucay, su hijo Sayrí Tucap.

Sayrí Tupac vino á Lima en 1560: hizo aquí acto de sumision y vasallaje al rey católico, y recibió, como feudatário de este, en pleno dominio, la villa de Vilcapampa y el valle de Yucay. Fué agasajado y obsequiado como á su rango cumplia, por el virey Marqués de Cañete y el arzobispo Loayza; y cuéntase que en un convite que uno de ellos le dió, como uno de los circunstantes encomiase la merced que se le acababa de hacer, tomó el Inca la servilleta que le servia y arrancando de ella un hilo le dijo: "Si toda esta servilleta fuese "de vuestra señoria, y yo se la quitase, dándole despues en compensacion este hilo, creería vuestra señoria, que en "ello le hacía gran gracia?"

.66

Despues de una residencia en Lima se volvió Sayrí al Cuzco: recibió allí con el bautismo el nombre de Diego y retiróse luego á sus montañas, donde murio en breve, "no

faltando quien diga, dice el doctor Sahuaraura Inca, que "los españoles le propinaron veneno para que no hubiese "quien disputase el imperio." Dejando al sedicente Inca la responsabilidad de la noticia, preciso es reconocer, que si tal aconteció y con tal intento, salieron fallidos los planes de los autores del crimen, pues Sayrí tenia un hermano, hijo como él de Manco y nieto por tanto de Huayna-Capac, el cual estaba llamado á sucederle en sus derechos segun las leyes del imperio.

I I.

El hermano de Sayrí-Tupac era Tupac-Amaru, el cual á la muerte de aquel, fué proclamado XVI Inca, ciñéndole el Villacumu 6 gran sacerdote del Sol, el llauto imperial, en la villa de Vileapampa, en el mismo año de 1560.

De los hechos ocurridos en el gobierno de Tupac-Amaru,

y de los refentes á su vida, poco ó nada conoce la historia; y es cosa natural que poco ó nada ocurriese de notable, en un gobierno de puro aparato, reducida su acción á un pequeño feudo, situado en un pais casi desierto, y en una vida que se deslizaba oscura entre sombrías montañas; sin embargo, Córdova y Urrutia cuenta, que en 1566 ordenó Tupac-Amaru que se diese muerte y se aplicasen crueles martirios á Fray Diego Ortiz, religioso agustino, el cual se habia introducido en Yucay á predicar el evangelio, y habia sido bien recibido. y aun alentado en su empresa, por el predecesor de Tupac. Este es el único hecho que se conoce de un reinado que duró diez y nueve años, esto es, desde 1560 hasta 1579.

III.

En 1579 gobernaba el Perú por Felipe II, el virey don Francisco de Toledo, hijo del conde de Oropesa, hombre que empañaba el brillo de las grandes cualidades, que sin duda lo adornaban, con los arranques de un caracter duro hasta la crueldad. Creia Toledo-y no sin razon quizás-que aunque el poder de los Incas estuviese reducido á una farsa quimérica y se ejerciese únicamente sobre pocos vasallos, diseminados en un rincon montañoso del pais, la dominacion española en él no estaba sin embargo suficientemente consolidada; mientras existiese en su territorio la raza de los Incas, reconocida y respetada, y mientras que, una ceremonia aunque vana, señalase legalmente á los peruanos un legítimo soberano. Penetrado de esta idea, resolvió Toledo esterminar la raza de los Incas, cortando de un golpe su cabeza y dispersando sus miembros.

Al instante. procuró emplear primero la astucia antes de apelar á la fuerza, y ordenó al Licenciado Garcia Rodriguez y á fray Gabriel de Oviedo que se dirigiesen á Vilcapampa, viesen al Inca y procurasen, por medio de halagos y promesas, sacarlo de su retiro y llevarlo al Cuzco, á donde él los esperaba. El buen deseo de los emisarios se estrelló

ante la desconfianza, que naturalmente abrigaba el Inca hácia los españoles, asi es, que lejos de seguirlos, se internó Tupac mas y mas en sus breñas.

Viendo Toledo que la diplomacia, si tal puede llamarse, era inútil, se decidió á emplear la fuerza, y mandó al capitan Martin Garcia de Loyola, sobrino político de Tupac, como esposo que era de doña Beatriz, hija de Sayrí, á la cabeza de una partida de soldados bien armados, para que se internase en la montaña, tomase por fuerza al Inca y lo con dujese al Cuzco con toda su familia.

Desempeñó Loyola su encargo no como debia el pariente, sinó como cumplia el obediente soldado, y á poco andar se presentó de vuelta en el Cuzeo llevando prisioneros al Inca, su esposa, sus tres hijos, de los cuales el mayor era de diez años, y á muchos príncipes y nobles peruanos de la familia y séquito de Tupac.

Una vez Tupac-Amaru en el Cuzco, ordenó Toledo que se le pusiese preso con todos sus compañeros, y se les siguiese un juicio por el crimen de haber pretendido promover una sublevacion en el Perú, y restablecer el poderío de los Incas. El resultado del juicio fué que se pronunciase sentencia de muerte contra Tupac, y de destierro para todos sus parientes y compañeros, que se contaban en número de treinta y seis.

Tupac-Amaru fué degollado en la plaza principal del Cuzco, al finalizar el año de 1579. Recibió la muerte con singular entereza, dando muestras de ese valor frio é impasible que distingue á la raza indíjena del Perú. Ni una lágrima, ni una súplica, ni un grito, ni signo alguno de debilidad, alteró al morir la altiva dignidad del último soberano de la raza de Manco-Capac.

Despues de la muerte de Tupac-Amaru, fueron dispersados en diversos puntos del Perú los vástagos que quedaban de la raza imperial. Los hijos de aquel fueron mandados á Lima, en donde murieron en breve. agoviados de dolor y de melancolía; no obstante los celosos cuidados que en su des

29

[ocr errors]

gracia les prodigó el venerable Loayza, primer arzobispo de Lima.

V

Pero el crímen jamás queda impune, y el que cometió don Francisco de Toledo tuvo pronto su merecida pena.

Apenas supo Felipe II los acontecimientos que habian tenido lugar en el Perú, ordenó á don Martin de Henriquez hijo del marqués de Alcañices, que desempeñaba el vireynato de Méjico, que se trasladase al Perú, relevase á Toledo y lo remitiese á España.

El 23 de setiembre de 1581 llegó Henriquez al Callao, recibió el mando el mismo dia, y al siguiente salió Toledo para España.

Cuando llegó á la corte presentóse confuso ante el rey, el cual es fama que le dijo: "Cuando te mandé al Perú fuc "para que hicieses felices á mis vasallos y no para que de"gollases príncipes. Retírate y nunca mas vuelvas á apare"cer en mi presencia.”

Veinte y cuatro horas despues, murió don Francisco de Toledo, de vergüenza y de dolor.

J. A. DE LAVALLE.

Lima.

LO QUE FUE LA INQUISICION EN CHILE

MEMORIA LEIDA EN LA UNIVERSIDAD DE AQUELLA

Señores:

REPUBLICA

Honrado por el Supremo Gobierno con el título de miembro de la facultad de filosofia y humanidades, me apresuro á incorporarme en ella á fin de manifestaros por este acto el celo con que me consagran y compartiré con vosotros las nobles tareas del estudio.

Contrayéndome desde luego al deber que me imponen los estatutos de la universidad, reclamo un breve instante vuestra atencion para ocuparme de un remoto episodio de la historia patria, que si bien carecerá á vuestros ojos del mérito de la ejecucion, por haber sido esta en estremo acelerada, acaso le concedereis cierta dificil novedad, ó por lo menos, el de la rigurosa autenticidad de las antiguas y turbias fuentes en que hemos bebido.

Padecen, en efecto, grave error los escritores chilenos, tanto antiguos como modernos que se han ocupado de la era del coloniage, y deserítola como una edad poltrona y soñolienta en la que la principal y casi esclusiva ocupacion de las gentes era rezar el rosario y dormir la siesta.

Verdad es que en aquellos siglos, los acontecimientos no venian atropellándose tan á prisa como en esta moderna edad del vapor, en que vivimos á la manera de los espíritus que poblaban los antiguos encantos; verdad es que fal

[ocr errors]
« AnteriorContinuar »