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REFLECCIONES

SOBRE LAS CAUSAS QUE MOTIVARON EL MAL EXITO

DE LA ESPEDICION A PUERTOS-INTERMEDIOS,

MANDADA POR EL GENERAL ALVARADO

(Conclusion) (1)

II.

La campaña de Puertos intermedios, estaba destinada á ser uno de los sucesos de mas trascendencia de la espedicion libertadora del Perú. Como sus resultados debian ser decisivos, era una de esas altas combinaciones como la que produjo un Chacabuco, y por eso despues, hasta el pensamiento tuvo émulos. En esa campaña quizá estaba concretada la libertad del Perú, como vino á demostrarlo mas tarde la de Ayacucho. Y si como fué un pensamiento del génio de San Martin se hubiera ejecutado como su cabeza, su dedo, sabia dar direccion á esa clase de maniobras; sin duda que sus resultados babrian añadido nuevos laureles á las armas de la patria. Pero un destino inexcrutable parece que habia ordenado las cosas de otro modo, pues un mes antes habia resonado entre el Misti y el Chimborazo, el último adios de San Martin á sus mas fieles compañeros de glorias y de empresas, y hasta se iba apagando el éco cuando rompió su marcha la espedicion Alvarado. Ella empezó indudablemente bajo de tristes presagios: pero, aun desgraciada como lo fué,

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su mal éxito no dependió, á mi juicio, de esa mala estrella del general á que vulgarmente se ha aludido, ni de errores militares que cometiese en sus maniobras, ni menos de la voluntad de los miembros de la Junta gubernativa que administraban el Poder Ejecutivo del Perú. Puede ser que por mi ignorancia no aleance á comprender esa esencia llamada fatalismo, y por ello no sepa graduar el peso ó influencia de la mala estrella del general: asi es que, sin tocar la cuestion de existencia de esa potencia invisible, que bien puede ser que influyese en el mal éxito de esa campaña, me propongo hacer una breve esposicion de los sucesos que se desarrollaron, para que el que la lea juzgue, si fué la estrella del general, el fatalismo del pais, ó si como yo y muchos otros, entonces y despues, estábamos en la firme persuacion de que fué el resultado de dos intrigas secretas la 1a, externa en grand-la 2, interna en pequeño:-pero que por desgracia, partiendo de un solo punto-la separacion del general San Martin-y siendo el desarrollo de ambas tan simultaneo como funesto, faltó muy poco para que la causa de la independencia sufriese un retroceso por mucho tiempo, ó no exigiese tantos sacrificios y esfuerzos como al principio.

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La primera de ellas la externa en grande-era del presidente de la república de Colombia.

El general Bolívar que habia sido poco menos que destruido en Pasto al intentar en abril de 1822 su paso por el Juanambú, se encontró en mayo con que lo que él llamaba sud de Colombia, habia logrado su libertad é independencia. El general Sucre, despues de las derrotas que habia sufrido en Guachi y Yaguachi, á favor de la division de tropas con que el general San Martin lo habia ausiliado desde el Perú, habia triunfado en Pichincha el 24 de mayo, del ejército español que sojuzgaba á Quito al mando del general Aimerich. A consecuencia de esta victoria, el coronel don Basilio Garcia, comandante general de las tropas realistas de la provincia de Pasto, se encontró en el peligro inminente de sucumbir de un dia á otro, á los esfuerzos combinados de los

restos del ejército de Bolívar que lo acechaban por el norte, y las victoriosas tropas de Sucre por el sud. En tal conflicto, Garcia que por los dispersos de Pichincha habia sabido el contraste del ejército real el 24 de mayo, se dirigió á Bolívar proponiéndole una capitulacion como acto espontaneo, calculando conseguir mas ventajas de un gefe escarmentado por él hacia poco, que del otro orgulloso con una reciente victoria. A á sucedió en efecto. Bolívar que al parecer ignoraba la victoria de Pichincha, se la acordó, honrosa con garantías, ventajas y solemnidades, que Sucre sin duda no le habria otorgado, como no se las otorgó al general Aimerich en Panecillo. Por este medio Bolívar se encontró dueño de la provincia de Pasto, cuya posesion no habia podido lograr antes á despecho de reiterados esfuerzos y sangre derramada, y acto contínuo se lanzó sobre Quito y Guayaquil agregando su territorio á la república de Colombia.

Consumada por la victoria de Pichincha la independencia de Colombia-posesionado Bolívar de las plazas de Quito y Guayaquil quedándose sin ocupacion un numeroso y aguerrido ejército-viendo en fin, que en el Perú se mantenía el único ejército que sostenia el poder de España en la América meridional; es de imaginarse sin hesitacion, que esta reunion de precedentes le sugirieron sin duda el pensamiento de cambiar de teatro: y tanto mas exequible se le presentaba la idea y su realizacion, cuanto que ya habia sido invitado por el general San Martin á una entrevista, acto que se prestaba á muchas y variadas inflecciones diplomáticas, de las cuales antes de ahora ya se han hecho algunas revelaciones.

Realizóse en Guayaquil en julio del mismo año 22 la conferencia de ambos generales, y á estar á lo que llegó á traspirarse entonces, Bolívar puso en tension la cuerda mas susceptible de San Martin-la franqueza, la lealtad y allí terminó, y volvieron á separarse.

Algunas versiones, sin embargo, se hicieron entonces y aun mas tarde, de las conjeturas que los áulicos dedujeron

de una ú otra palabra ó gesticulacion que llegaron á recoger al paso, aunque por las publicadas se advierte, que algunas han sido poco exactas ó desfiguradas, y otras de escasa verosimilitud; euro á juzgar por los hechos que la notoriedad han perpetuado, se vió al general Bolívar quedar en Guaya quil y permanecer por mas de un año desde entonces; mientras que al general San Martin, siempre consecuente con su patriotismo y noble desinterés, se le vió regresar á Lima, apresurar la convocatoria del primer congreso constituyente del Perú, instalarlo el 20 de setiembre, y en esa misma noche, sin hacerse sentir de nadie, embarcarse para Chile renunciando su carrera de glorias, y abriendo á Bolivar el templo de la inmortalidad. (22)

La victoria de Pichincha complementó la libertad é independencia de Colombia, y aseguró la retaguardia del ejér cito libertador del Perú. Esto era lo que se necesitaba, á mi entender, para que él prosiguiese la mision con que habia salido de Chile, y con tal motivo el general San Martin combinó, ó tenia combinado desde antes, el plan para esta nueva campaña, que entonces hizo conocer en parte. Con motivo de este transcurso que nuestro ejército pasó en inaccion (que seria como de ocho meses desde la toma de Lima), algunos censuraban al general San Martin y aun lo hicieron despues por la prensa, diciéndole haberse entregado á la molicie.

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(22) Estoy intimamente convencido que sean cuales fucren las "vicisitudes de la presente guerra, la independencia de la América es irrevocable: pero tambien lo estoy de que, su prolongacion tam"bien causará la uina de sus pueblos, y es un deber sagrado para "los hombres á quienes están confiados sus destinos, evitar la con"tinuacion de tamaños males. En fin, general, mi partido está irre"vocablemente tomado: para el 20 del mes entrante he convocado el primer congreso del Perú, y al siguiente dia de su instalacion 66 me embarcaré para Chile, convencido de que solo mi presencia 66 es el único obstáculo que le impide á Vd. venir al Perú con el ejército de su mando: para mí hubiera sido el colmo de la feli"cidad terminar la guerra de la independencia, bajo las órdenes "de un general á quien la América del Sud debe su libertad: el "destino lo dispone de otro modo, y es preciso conformarse José "de San Martin".

Carta á Bolívar fecha en Lima á 29 de Agosto de 1822.

En ese espacio de tiempo, que sirvió á nuestras tropas como de descanso ó convalescencia de la epidemia que las habia diezmado (23), no se aumentaron ni engrosaron los cuerpos, y de consiguiente estaban en impotencia de operar activamente sobre el enemigo. Ahora, acerca de la inaccion del ejército ó causas de su origen, no correspondiéndome á mí la mas mínima participacion en los secretos ó antecedentes que pudieran esplicarlas, cuando tampoco son del caso ni del propósito que me ocupa; apenas podré continuar la relacion de mis recuerdos, ayudado de una coleccion de documentos que por fortuna conservo y para mí es una abundante fuente. Ese conjunto de circunstancias, pues, vigorizaba mas, en mi concepto, la urgencia de la entrevista de los generales San Martin y Bolívar, que el primero habia promovido desde el principio de nuestro arribo al Perú; que á fines de 1821, teniéndose noticias de que Bolívar se acercaba á los departamentos del sud y que podria realizarse, en 19 de enero de 1822 San Martin delegó la autoridad suprema en el mariscal Torre Tagle, se embarcó en febrero halagado de esa esperanza, pero ella quedó frustrada pues le vimos regresar á Lima desde el puerto de Trujillo, segun lo hizo saber en el considerando de un decreto que se publicó. (24) Todos estos pasos y hechos notorios, si no justificasen la inaccion censu

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(23) "Pido á la pluma de usted el verdadero colorido al cua"dro que presentó el ejército libertador en el Canton de Huaura, "devorado de una epidemia que nos quitaba mas de 100 hombres muertos cada dia, que arrastró al sepulcro mas de 60 oficiales y en que la constancia y el heroismo se elevó á la mas alta prueba. Nunca San Martin mostró mas genio que entonces, ora inundando á Lima y sus inmediaciones de partidas de guerrilleros, ora ocul"tando al enemigo nuestra positiva debilidad, oa emprendiendo "sobre la Sierra con espectros en lugar de hombres ó soldados, ora en fin, con la negociacion intriga que dió tiempo á superar aque"lla espantosa situacion. No recuerdo aquella tristísima época sin 66 un tributo de admiracion hácia nuestro general, y repito, que en ocasion alguna no le encontré tan grande como entonces. Nadie ha escrito una línea sobre esto, y será V. el primero que dignifique los mártires de ese ejército, como el fecundo genio de su general." (Párrafo de carta del señor general Alvarado que entre otras autógrafas conservo en mi poder.)

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(24) Véase la misma colec. Quirós, deere. Núm. 19 y 63, pág. 117 y 143.

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