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sias, empezó á repicar todas las campanas. Las turbas, capitaneadas por varios individuos que daban por hecho el triunfo de sus ideas, corrieron hacia el convento de Santo Domingo donde estaban presos D. Valentin Gomez Farias y el padre Alpuche por haber conspirado en favor del sistema federal de que eran jefes principales, y les pusieron en libertad, conduciendo al primero en triunfo á su casa, victoreándole sin cesar. Como en este movimiento ó manifestacion no tomó parte ningun cuerpo de la guarnicion, los grupos fueron disueltos inmediatamente por las patrullas de tropa que salieron de los cuarteles, y la ciudad volvió á quedar pocos momentos despues, tranquila.

El padre Alpuche, para evitar que se le hiciesen nuevos cargos, volvió voluntariamente á su prision, donde siempre se habia visto tratado perfectamente.

De esta manera terminó aquella asonada, que habria podido ser muy seria, si alguna parte del ejército hubiera secundado el grito.

Don Manuel Gomez Pedraza y sus compañeros de ministerio, sin desmayar en sus pretensiones, presentaron algunos decretos al presidente para que los firmara, entre los cuales uno era para que se hiciese la convocatoria, y otro para que se ocupasen los bienes eclesiásticos; pero como el presidente se negó á firmarlos, renunciaron el dia 16 sus carteras, no habiendo durado el nuevo miterio mas que tres dias en el poder.

Nombrados nuevos ministros, ocupó una de las carteras el general D. José María Tornel y la de relaciones interiores D. Manuel Eduardo Gorostiza.

Pasada la alarma que produjo en la ciudad el movimiento de una parte del pueblo, no se pensó mas que en la guerra contra los franceses. Este era el sentimiento patriótico que animaba á todos los mejicanos, sin distincion de partidos, que no vivian de las revoluciones, los cuales lamentaban que continuase la lucha intestina en aquellos momentos en que la patria necesitaba de la ayuda de todos sus hijos. Esos hombres sin aspiraciones, de buena fé y honrados que formaban la mayoría de las diversas comuniones políticas, se manifestaron resueltos á combatir en defensa de la patria, y de ellos se formaron varios cuerpos de voluntarios.

Si los que habian levantado el estandarte de la rebelion en Tampico y otros puntos para hacer triunfar sus ideas, se hubieran unido al gobierno, aplazando para otro tiempo las cuestiones políticas, la Francia se hubiera visto obligada á modificar sus reclamaciones.

Sensible debia ser para la nacion ver que mientras en San Juan de Ulua y Veracruz habia prodigado su sangre en defensa de la patria una parte de los valientes hijos de Méjico, en Tampico se hallase levantada la bandera de la revolucion, sin que tomasen parte en la lucha contra el enemigo extranjero.

CAPITULO III.

Se concede al presidente Bustamante que vaya á batir á los sublevados de Tampico. Se nombra presidente interino á Santa-Anna.-Recepcion que se hace á éste en la capital.-Nuevo ministerio que duró tres dias.-Tumulto en Méjico proclamando la federacion.-Saca la plebe de la prision á Farias y al padre Alpuche. -Se dispersa la multitud.-Se abren nuevas negociaciones para un arreglo entre Francia y Méjico por instancias del ministro de Inglaterra cerca del gobierno mejicano.-Tratado de paz entre Francia y Méjico.Toma posesion de la presidencia Santa-Anna.-Sale el presidente Bustamante para Tampico.-Estado crítico de la ciudad de Puebla.-Marcha Santa-Anna á batir á Urrea y Mejía.-Llega á Puebla.-Accion de Acajete.-Derrota el general Valencia á los generales disidentes Urrea y Mejía.-Cae prisionero éste y es fusilado.-Regresa triunfante Santa-Anna á Méjico.- Toma de Tampico por las tropas del gobierno.-Capitulacion de Urrea, y toma de Tuxpan.-Desaprueba Santa-Anna la capitulacion celebrada con Urrea.Se condecora á Santa-Anna por el ataque sostenido en Veracruz contra los franceses el 5 de Diciembre.-Se retira del mando y entra de presidente interino D. Nicolás Bravo.-Regresa Bustamante á Méjico y toma las riendas del gobierno. Pronunciamiento de Yucatan.-Pronunciamiento de Urrea y de Gomez Farias en la capital.-Prision del presidente Bustamante.-Es sofocada la revolucion.-Carta de Gutierrez Estrada al presidente en favor de la monarquía. Alarma que produjo.-Persecucion al autor de ella.

1839 y 1840.

1839.

La revolucion continuaba en el seno de la república mejicana, privando al gobierno de poder dedicar

exclusivamente todos sus recursos á la guerra que tenia que sostener contra la Francia. Varias divisiones, al mando de diversos generales, tenia ocupadas en diferentes puntos, haciendo frente á los numerosos jefes que habian proclamado la federacion. Tampico era de las plazas importantes que mas recursos proporcionaba á los pronunciados.

Santa-Anna entre tanto iba mejorando en su salud, atendido cuidadosamente por sus médicos. En cuanto se encontró algo aliviado y capaz de poderse dedicar á los asuntos relativos á la guerra, le nombró el presidente D. Anastasio Bustamante comandante en jefe de toda la línea desde Tabasco hasta Tampico, sabiendo el poderoso prestigio que tenia entre los habitantes de todos aquellos puntos, y esperando que su nombramiento daria excelentes resultados á la causa del gobierno.

que

Como el puerto de Tampico les proporcionaba á los pronunciados abundantes recursos, el presidente Bustamante se propuso marchar en persona á tomarlo, confiando la presidencia de la nacion al general D. Antonio Lopez de Santa-Anna. Hecha la iniciativa, y aprobada por el consejo y cámara de diputados, se acordó que, el supremo poder conservador declarase si era voluntad de la nacion el presidente de la república pasase á mandar el ejército que debia operar sobre Tampico. Resuelto que era voluntad de la nacion, y no pudiendo entrar á ocupar su lugar por sus enfermedades el general Moran, como le pertenecia, por ser el presidente del consejo, se declaró que, durante la ausencia del primer jefe de la república y en virtud de no poder ocupar su lugar el presidente del con

sejo por

hallarse muy quebrantada su salud, quedaba encargado del gobierno supremo el general D. Antonio Lopez de Santa-Anna.

1839. Publicado el decreto, los partidarios del gobierno se lisonjearon de que la revolucion terminaria en breve tiempo al combatirla el general D. Anastasio Bustamante, mientras sus contrarios redoblaron los esfuerzos para oponer una resistencia terrible en que se estrellase. Hecho el nombramiento de presidente interino y admitido por el general Santa-Anna, dejó éste en Veracruz al general D. Guadalupe Victoria, y aunque sufriendo todavía bastantes dolencias, salió de Manga de Clavo, y se dirigió á Méjico donde era asperado con impaciencia. A las tres de la tarde del 17 de Febrero de 1839 entró en la hermosa capital de la república y se alojó en una espaciosa casa de la pintoresca ribera de San Cosme, que es uno de los sitios mas deliciosos que tiene la ciudad. Su entrada fué triunfal y espléndida. Marchaba por delante el batallon Jimenez, en excelente formacion, llevando dos cañones de batalla; seguia la litera en que él era conducido, escoltado por los granaderos del regimiento del Comercio, marchando á sus lados los gastadores del mismo cuerpo, y cerraba la marcha una vistosa fuerza de caballería de Iguala. El concurso que salió á recibirle era numeroso. El camino desde la capital hasta el Peñon Viejo, que dista tres leguas, se veia cubierto de coches llenos de personas de ambos sexos, de ginetes,

de gente á pié que le victoreaba. Así llegó hasta la puerta del edificio de su alojamiento, aumentándose el gentío à medida que se aproximaba á la ciudad. No obs

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