Imágenes de páginas
PDF
EPUB

hacer desistir al primero de su resistencia; pero Sentmanat, resuelto á rebelarse contra el gobierno, armó al pue

1843. blo, reunió la tropa que estaba á sus órdenes, y presentó batalla el 11 de Julio, á las tropas mandadas por Ampudia. El punto que habia elegido Sentmanat era muy fuerte y ventajoso para él y lo tenia defendido con once piezas de artillería. Sentmanat era de gallarda presencia, valiente, notable duelista, de figura simpática, de palabra persuasiva y en extremo activo. Su voz habia enardecido los ánimos de las tropas que mandaba, y despertado el deseo del combate. El general Ampudia desembarcó con novecientos hombres que dividió en tres columnas, la de la derecha al mando del general graduado D. José María Sandoval, la de la izquierda al del coronel

tituir el senado. votará en los términos prevenidos en las bases, sufragando tambien para los empleados generales de la nacion. Si llegare el caso de que se reunan asambleas generales y extraordinarias que celebre la nacion para fijar su suerte ó darse leyes, tendrá Yucatan la representacion que le corresponda, sosteniendo sus representantes ordinarios y extraordinarios con las rentas de su departamento. En cualquier caso que pueda ocurrir, sea el que fuese, las bases contenidas en el convenio que se celebrase, serán inalterables, como que han servido para la renovacion del pacto social de reunion de Yucatan con la república, sin que se someta á discusion su validez ni su conveniencia.

Art. 15. Luego que el convenio sea aprobado por el gobierno supremo y por el del departamento de Yucatan, se abrirán recíprocamente los puertos para el comercio.

Art. 16. Habrá un perpetuo olvido sobre todas las ocurrencias políticas de Yucatan, sin que ninguno pueda ser molestado ni en su persona, ni en su propiedad, por las opiniones que haya tenido, ni por la conducta que haya observado desde el año de 1840 hasta el dia en que fuese aprobado el convenio.Méjico Agosto 3 de 1843.-José Maria Tornel.-Ministro de guerra y marina.

D. Nicolás Tellez, y dirigida la del centro por el mismo general Ampudia. El ataque fué terrible y obstinada la resistencia; pero al fin el triunfo quedó por las tropas del gobierno, y la gente de Setmanat emprendió la fuga á los montes para salvarse. Toda la artillería, muchísimos fusiles y cuantas municiones de guerra tenian, cayeron en poder de los soldados de Ampudia. Restablecido el órden, este general puso nuevas autoridades adictas al gobierno, y aquel departamento quedó tranquilo y entregado al comercio. D. Francisco Sentmanat logró huir á los Estados-Unidos, donde le veremos fraguando nuevas maquinaciones para encender la guerra en la república mejicana que le habia colmado de distinciones.

1843. Mientras el gobierno de Santa-Anna trataba de que Yucatan volviese á la union mejicana por medio de concesiones y arreglos importantes, los EstadosUnidos, fingiendo una amistad sincera hácia Méjico, continuaban en su sistema de usurpacion, valiéndose de medios desleales para apoderarse de alguna parte de su territorio, fomentando el espíritu de invasion entre los infinitos aventureros que pululaban en Nueva-Orleans y otros puntos. Constantes en sus miras ambiciosas, dispusieron, desde principios del año de 1843, una invasion sobre Nuevo-Méjico, preparándola en Tejas, punto que escogieron los invasores para que la responsabilidad, en caso de un descalabro, recayese sobre los tejanos. Sabido era por todos los que conocian el estado crítico y de pobreza en que se encontraban entonces éstos, la impotencia en que estaban de preparar expediciones; y la voz pública denunciaba que la fuerza que allí se disponia era toda de

los Estados-Unidos. El 15 de Abril salió la expresada expedicion de Tejas, compuesta de mil doscientos hombres, y penetró en la frontera. Buscando el sitio en que menos tropa mejicana hubiera, se dirigieron á Napeste, pueblecillo insignificante en que se hallaba D. Ventura Lobato con una partida de cien hombres. Los invasores atacaron casi antes de ser sentidos, pero fueron recibidos heróicamente por aquel puñado de mejicanos. Despues de una lucha desesperada, los invasores se hicieron dueños de Napeste, pasando á cuchillo á los que lo habian defendido. Solo un soldado pudo salvarse de aquella cruel matanza, y corrió á dar aviso de lo que pasaba, á NuevoMéjico. Amenazado asimismo el departamento de Chihuahua, salió inmediatamente el comandante general Monterde en auxilio del de Nuevo-Méjico con setecientos soldados, y poniéndose ambos en combinacion, se dirigieron á desbaratar al enemigo.

El gobierno de Méjico, al tener noticia de aquella invasion, dirigió al enviado de los Estados- Unidos una nota el 21 de Julio, manifestándole que la expedicion no podia haber sido hecha sino por ciudadanos de su misma nacionalidad, fundando sus razones en varios datos poderosos. «Por los papeles públicos de Tejas,» le decia el ministro de relaciones D. José María Bocanegra, «y algunos datos robustecidos con la conducta misma del Sr. Houston, proclamando recientemente un armisticio con el resto de la república, manifestando sus deseos para llegar á un avenimiento que ponga término á la separacion que de hecho ha existido desde 1835, se viene naturalmente en conocimiento de que el gobierno establecido en aquel

TOMO XII.

40

departamento no ha organizado ni sostiene la expedicion que, segun todas las constancias que se tienen, es formada de ciudadanos de los Estados-Unidos, y se ha introducido en Nuevo-Méjico, territorio perteneciente á la república; y que los invasores, con un verdadero carácter hostil y de conquista, se han armado contra un país que invaden sin mas título que el de depredadores, sometiéndose por este solo hecho á la pena de ser tratados con todo el rigor que el derecho de gentes establece contra los que violan sus principios mas sagrados, y los tratados existentes. Las armas y elementos con que ha venido á invadir, los han sacado del Missouri, del Illinois y del territorio de Arkamsas, pueblos todos pertenecientes á los Estados-Unidos. Tal conducta es tanto mas

1843.

digna de extrañarse, cuanto que Méjico la ve observar en circunstancias de estar reproduciendo pruebas de la mejor armonía con dichos Estados, sin darle el menor motivo para que se le invada su territorio por ciudadanos de esa nacion, y de estar verificando el pago á que lo ligaron las convenciones de 1839 y 1843, con aquella religiosidad, buena fé y puntualidad con que las naciones llenan sus solemnes compromisos. El atentado de que se ocupa el infrascrito en esta nota, como cometido cuando promueve Tejas transacciones que arreglan las diferencias suscitadas y mantenidas por nueve años, ni le ha sido ni le puede ser indiferente al Excmo. Sr. presidente provisional, y ha recibido órden expresa de S. E. para dirigirse al Sr. enviado extraordinario de los Estados Unidos, y manifestarle, para que se sirva ponerlo en conocimiento de su gobierno, que el supremo de Méjico protesta for

mal

la

у solemnemente contra la referida invasion sobre Nuevo-Méjico, verificada por ciudadanos de los EstadosUnidos, como un acto abiertamente hostil y contrario al derecho de las naciones: que, en su consecuencia, todos los gastos que Méjico haya de hacer para repeler esa agresion, y cuantos perjuicios resultaren de ella, se reclamarán á su debido tiempo por parte de la república, á que desde luego le es debida una satisfaccion ámplia y justa. Pedirla como de derecho entre naciones amigas, es otro mandato que igualmente ha.recibido el infrascrito, y en consecuencia lo verifica. Esta es una demanda que tiene por apoyo el derecho comun, el de gentes, el internacional y los principios de rigurosa justicia. Méjico ve atacado uno de sus departamentos por gente armada, sin mas título que la voluntad de los agresores: ve asimismo cuales son las miras é intenciones que los animan; y aunque ignora qué clase de hombres son los que se atreven á cometer tales empresas, sí está instruido que son ciudadanos de los Estados-Unidos que, aprovechándose de su situacion local y de la inmediacion á nuestras fronteras, procuran devastar y sacar todas las ventajas que dan cierta clase de incursiones á mano armada, sin miramiento ni consideracion alguna á las consecuencias á que se exponen. ¿Y Méjico que está instruido del gobierno á que pertenecen los que así lo verifican, y que conoce los perjuicios y daños que le causan, callará y se estará tranquilo? ¿Cuando sus ciudadanos. y su territorio sufran los efectos consiguientes, propios de una invasion como de la que se trata, realizada por hombres que debian respetar las leyes de las naciones y los compromisos

« AnteriorContinuar »