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encontraron al estallar la revolucion. Dos dias permanecieron uno y otro partido en la inaccion. Por fin las fuerzas pronunciadas en la ciudadela se dirigieron el dia 5, por la tarde, al centro de la ciudad, en donde ocuparon las calles mas próximas al palacio, tomando una actitud hostil. Preso ya Paredes, y convenidos los partidos beligerantes en celebrar una junta, se verificó esta en la noche, concurriendo á ella, por parte del gobierno, los generales Carrera y Urrea, y por los pronunciados, los generales Pacheco, Vizcaino y Lemus. El resultado de esta junta fué la adhesion de las tropas del gobierno al plan proclamado en la ciudadela; que los ministros se retirasen á sus casas lo mismo que el vice-presidente Don Nicolás Bravo, y que la rebelion triunfase sin disparar un tiro. Pronunciada la capital, todas las ciudades de los departamentos que aun permanecian tranquilas, se adhirieron al pronunciamiento, y adoptaron el plan, por el cual se llamaba al poder al general Santa-Anna.

1846. El presidente Don Mariano Paredes Ꭹ Arrillaga, despues de haber estado preso en uno de los conventos de la capital, salió desterrado del país para Europa el 2 de Octubre de 1846, á los diez meses justos de haber subido al poder por otra revolucion militar con que derrocó á Herrera. Paredes, si fué ambicioso como general, fué, como gobernante, sumamente honrado. Respecto del manejo de caudales, fué intachable en su conducta, y bajó tan pobre del poder como habia subido. Paredes trabajó cuanto era posible trabajar en medio de las oscilaciones políticas, por el arreglo de la hacienda, y mejoró las rentas de los departamentos; envió á las tropas

que se hallaban combatiendo por la integridad del territorio nacional, los necesarios recursos; limpió de salteadores los caminos, arregló la policía, llegó á conseguir que se estinguiese el juego, favoreció el comercio y la agricultura, y dictó otras medidas dignas de elogio. Pero ¿ganó algo el país en su administracion? ¿adelantó algo la nacion con su pronunciamiento de San Luis Potosí para derrocar á Herrera? No: el país perdió con aquel movimiento, la defensa de la frontera amenazada ya por Taylor. Si Paredes, en vez de pronunciarse contra el gobierno establecido y de alejarse del enemigo 340 leguas para derribar á Herrera, se hubiera dirigido á Matamoros como le aconsejaba el general Arista, los norte-americanos no se hubieran atrevido á pasar de Corpus-Cristi, y tal al ver una fuerza numerosa á su frente, el gobierno de Washington, moderando sus exigencias, hubiera entrado en tratados honrosos para Méjico, evitando los horrores de una costosa guerra. Pero el pronunciamiento de Paredes dejó casi sin defensa la puerta á que se asomaban los invasores, y las desgracias de Palo-Alto, la Resaca, el abandono de Matamoros y el avance de los norte-americanos hácia Monterey, fueron, en gran parte, el resultado de aquella imprudente rebelion, por mas que la haya dictado un sentimiento puro de sincero patriotismo.

vez,

1846. Las reformas y las mejoras que se esperaba operar con su plan, las debió aplazar para despues de haber desaparecido el enemigo comun. Respecto de préstamos, si cierto es que los particulares se vieron tranquilos como en la pasada administracion de Herrera, tambien lo es que al clero se le exigieron sumas considerables que

Herrera no exigió: que éste no creyó conveniente suspender los pagos como lo hizo Paredes para proporcionarse recursos, y que no recibió facultades del congreso, como las tuvo Paredes, justamente dadas, para «proporcionarse los recursos necesarios del modo que sea mas conveniente Ꭹ eficaz>> con que poder atender à la guerra contra los Estados-Unidos.

La caida de Herrera la vió con indiferencia el pueblo, porque juzgaba humillante el que se guardasen consideraciones con los Estados-Unidos y se retardase en declararles la guerra. La de Paredes se vió con gusto, porque la desgracia habia hecho perder á Méjico una batalla y algunas poblaciones durante su administracion.

La esperanza de recobrar lo perdido con la vuelta de Santa-Anna al poder, contribuyó á que el pueblo viese con placer el triunfo de la revolucion de la ciudadela.

Paredes, sin embargo, ocupará en la memoria de los pueblos, como hombre de recta intencion y probo, un lugar distinguido. En su administracion se estableció una de seguridad que limpió de ladrones los caminos; hizo que desapareciese el juego; dió decretos que impulsaron el comercio, y las rentas de los departamentos subieron, merced á sus atinadas providencias, de una manera notable. Respecto á la hacienda, dejó en caja, al caer del poder, setecientos mil duros, lo que prueba su pureza en el manejo de caudales, así como la de sus ministros.

CAPITULO VII.

Queda al frente del gobierno el general D. Mariano Salas.-Se embarca SantaAnna en la Habana para Veracruz.-El gobierno de Washington da órden al comodoro que se le deje pasar.-Se explica el motivo que hubo para esa órden.-Desembarca Santa-Anna en Veracruz.-Entusiasmo del pueblo con su llegada.—Brillante recepcion hecha á Santa-Anna en Méjico.—Marchan los norte-americanos sobre Monterey.-Sale Santa-Anna de Méjico para hacer la campaña contra los invasores. -Sitio de Monterey.- Capitulan las tropas mejicanas que defendian Monterey.-Se forman en Méjico varios cuerpos de voluntarios compuestos de comerciantes, empleados, artistas, literatos y artesanos.-Da órden Santa-Anna de que se abandone Tampico.Disgusto que causó esa disposicion.- Nuevo préstamo impuesto al clero. -Es elegido presidente de la república Santa-Anna, y vice-presidente Don Valentin Gomez Farias.-Accion en los Temascalitos, en Chihuahua.-La pierden los mejicanos por mala interpretacion del toque de corneta.-Decreto contra los bienes de la iglesia.-Varias legislaturas elevan iniciativas al congreso para que no se lleve á cabo el decreto.-Echa mano Santa-Anna de noventa y ocho barras de plata pertenecientes á españoles.-Proposiciones de los Estados-Unidos para quedarse con varios territorios, que no son admitidas.-Batalla de Angostura.-Los mejicanos arrojan de tres posiciones formidables á sus contrarios.-Se suspende la batalla al entrar la noche.Inesperada retirada de Santa-Anna.

1846 y 1847.

1846.

Derrocado del poder el presidente D. Mariano Paredes y Arrillaga por los jefes del pronuncia

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