Imágenes de páginas
PDF
EPUB

dos, «se dispuso que tomaran la delantera todos los mutilados, los que efectivamente comenzaron á salir desde aquel mismo dia. El 25 los siguieron los que aun quedaban, y la suerte de unos y otros fué por cierto bastante lastimosa. Las camillas en que se llevaban á los de mas gravedad, se habian formado apresuradamente, unas con horcones de palo, otras con fusiles. Los dolientes carecian de colchon, de sábanas y almohadas, contando para su abrigo con solo unas jergas, sin que dejara de haber muchos á quienes faltaba aun esta cobija. Los mas de los heridos iban en treinta carretas, tiradas por bueyes, habiéndose preferido para colocarlos allí á los que daban menos esperanza de curacion........... La jornada de Agua-Nueva á la Encarnacion, fué de catorce leguas: á lo largo de ella se unió la falta de alimentos sanos, la mas grave aun del agua, de que no habia ni una gota, y la sensacion penosa de un frio horroroso que penetraba hasta la médula de los huesos. No habia esperanza de remediar estos males, hasta que se llegara á Matehuala, punto en que se habian reunido algunos recursos.>>

El dia 27 ocuparon los norte-americanos la expresada hacienda de Agua-Nueva, encontrando el camino regado de heridos y de enfermos que, por falta de carros y de camillas, iban dejando los mejicanos en su marcha. Al ver el estado lamentable en que iba el ejército mejicano, Taylor tuvo intencion de atacarle. «Pero el mal estado de la >>caballada,» dice el mismo en su parte, «era impedimento >>para emprender una larga marcha en terrenos donde se >>carecia de agua.» ¡Y sin embargo, los mejicanos habian andado cien leguas por aquellos caminos sin agua, para

dar una accion sangrienta, y se volvian por el mismo desierto! El general norte-americano Taylor, despues de haber hecho descansar á su tropa, y cuando ya el ejército mejicano habia salido de la hacienda de la Encarnacion, despachó á ella un destacamento á las órdenes del coronel Belknap, que llegó el dia 1.° de Marzo. Allí encontró doscientos heridos mejicanos, en el estado mas lamentable, que Santa-Anna se vió precisado á dejar, y que fueron atendidos con caritativo esmero por los norte americanos.

1847. Para dar una ligera idea de los terribles padecimientos que debió sufrir el ejército mejicano en su marcha á San Luis, creo que bastará copiar unas cuantas palabras del parte del general Taylor. «Ya el ejército,» dice, «habia pasado con direccion á Matehuala sufriendo >>mucho por el hambre. Los muertos y moribundos cu>>brian las orillas del camino, y llenaban las habitaciones >>de las haciendas.» ¡Qué cuadro tan triste y lastimoso! Pero para completarlo es preciso añadir que á los males indicados, se añadió otro mayor. Al llegar á la hacienda del Salado, despues de hacer jornadas de doce y catorce leguas diarias, se dejó sentir una de esas terribles plagas que son consiguientes á la miseria y la escasez de todo lo necesario en un ejército. Como el soldado no tomaba otro alimento que carne ya pasada, y una especie de dulce llamado piloncillo, y para mitigar la sed agua salitrosa que era la única que se encontraba, se vió acometido casi todo el ejército, con muy pocas excepciones, de una terrible disentería que llevaba un número considerable de víctimas al sepulcro. Para evitar los estragos, se dirigió inmediatamente el ejército á la hacienda de las Animas,

distante ocho leguas, donde encontraron siquiera arroz, tan indispensable para los enfermos. De las Animas se hizo la jornada al Cedral que está á doce leguas, y de allí á Matehuala. En este punto fué reducido á prision y puesto incomunicado el general Miñon, para que respondiese de los cargos que le hacia el general en jefe por no haber atacado al ejército norte-americano por la retaguardia en la batalla de la Angostura; y el dia 9 de Marzo lograron las fatigadas tropas entrar en la ciudad de San Luis Potosí, donde las recibieron con entusiasmo y cariño. Al ver entrar á aquel ejército que en número de 18,000 hombres habia salido para la Angostura, lleno de ardor у de esperanza, volver estenuado, hambriento, reducido á cinco mil hombres que mas parecian cadáveres que hombres, el corazon de los sanluiseños se conmovió profundamente, y toda la ciudad se esmeró en atender al soldado. Los habitantes de San Luis manifestaron durante toda la guerra con los Estados-Unidos, con hechos que les enaltece, su acendrado patriotismo y su cristiana humanidad. Las bajas que desde la Angostura hasta San Luis Potosí sufrió aquella tropa que con tanto valor se habia conducido en el campo de batalla, ascendian, segun el estado que se formó al llegar á la ciudad, á mas de siete mil hombres; bajas debidas en gran parte á la desercion.

ΤΟΜΟ ΧΙΙ

78

CAPITULO VIII.

Accion en el punto llamado Sacramento, en el Estado de Chihuahua.-El hecho de armas es contrario á los mejicanos.-Ocupan la capital de Chihuahua los norte-americanos.-Revolucion en la capital de Méjico contra Farias, denominada de los polkos.-Eligen ambos bandos por árbitro á Santa-Anna.— Marcha éste á la capital donde es recibido con entusiasmo.-Se restablece la tranquilidad. Sitio y bloqueo de Veracruz por los norte-americanos.-Defensa heróica de la plaza.-Capitulacion de ella.-Sale Santa-Anna para ponerse al frente del ejército.-Se nombra para que ocupe en su ausencia la silla presidencial al general Anaya.-Proclama del general norte-americano Scott á los mejicanos, llamándoles amigos.-Otra proclama del mismo diciendo que la guerra era contra el partido monarquista.-El gobernador del Estado de Veracruz D. Juan Soto invita á todos los habitantes del país, sin esclusion de extranjeros y muy particularmente españoles, decia en su circular, á que contribuyesen á la defensa del país.-Acuden á su llamamiento varios españoles.-Uno de los primeros españoles que se presentó fué D. José María Cobos.-Este sostuvo á sus expensas, durante toda la guerra, dos dragones equipados y él se alistó de voluntario en un escuadron.-Varios guerrilleros mejicanos y españoles.-Entre estos últimos se distingue Martinez y el padre Jarauta.-Un hecho noble del español D. Gregorio Mier y Terán.

1847.

1847.

Cinco dias despues del hecho de armas de la Angostura, se daba otra accion de guerra en el campo

« AnteriorContinuar »