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sespera será por otras causas

vez no.

causas que yo ignoro, ó tal

No negaré la justicia que Ud. merece porque tengo suficiente dignidad para reconocerla; pero no á causa de sus ridículas amenazas, que desprecio.

Si los actos del Gobierno de Venezuela no tienen fuerza en Inglaterra, otro tanto pasa en Venezuela con los de Inglaterra.

Dios guarde á Ud. muchos años.

BOLIVAR.

Cuartel General, en Angostura á 20 de Junio de 1818. Señor Coronel G. Hippisley.

Señor Coronel :

Aunque su carta del 19, contiene formalmente su renuncia del grado de Coronel al servicio de la República, yo no puedo aceptarla mientras no me mande Ud. el despacho que Ud. tiene del Gobierno, y renuncie Ud. en definitiva el derecho que al mando del Primer Regimiento de Húsares de Venezuela, le da á Id. su convenio con el señor López Méndez.

Me alegraré de saber que está Ud. desengañado respecto á la inteligencia de mi carta del 18, imperfectamente entendida 6 mal explicada, pues las condiciones que contiene para la entrega del pasaporte que Ud. necesita eran las mismas que ésta. A no ser por esta desgraciada ocurrencia, ya se le hubiera despachado á Ud. satisfactoriamente, y hubiera Ud. evitado los disgustos que me asegura haber sufrido.

Soy de Ud. atento servidor,

BOLÍVAR.

Señor Coronel G. Hippisley.

Cuartel General en Angostura, á 22 de Junio de 1818.

Señor Coronel :

Devuelvo á Ud. los contratos que junto con su despacho de Coronel me mandó Ud. con su carta de 21 del corriente.

Queda aceptada su renuncia del grado de Coronel, Comandante del Primero de Húsares de Venezuela y en consecuencia incluyo el pasaporte para que regrese Ud. á Inglaterra.

Siento ver en la carta á que contesto que 'd. persiste todavía en decir que hemos faltado á las promesas que se hicieron á I'd. en Londres. Tres veces he dicho á Ud. que estoy pronto á cumplir los compromisos del señor López Méndez. Si Ud. puede presentar un sólo documento en que se ofrezca á Ud. el grado de Brigadier, no tendré más dificultad en concedérselo que la que he tenido en concederle todo aquello que ha podido Ud. probar tenía derecho á exigirlo.

Soy de Ud. obsecuente servidor,

BOLIVAR.

Al señor José Leandro Palacios.

Angostura, 7 de Agosto de 1818.

Mi querido José Leandro:

Aunque hace mucho tiempo que no recibo cartas tuyas, no me olvido de tí para escribirte y participarte nuestros sucesos y situacion. Supongo que te inte

resas aún por la causa de la Patria, que celebras sus ventajas y promueves del mejor modo posible la opinion á su favor; por eso te doy las noticias que pue den servirte para desmentir los cuentos de los españoles y de los criollos infames, que se divierten ell desacreditar á su pais y en servir al rey de España. Afortunadamente sólo los pícaros hau abrazado este partido, haciéndonos así el servicio de purgar á la República de sus vicios.

Ya sabrás por los boletines del Ejército Libertador, todos los acontecimientos de la última campaña, que han sido muy varios, pero nos han dado por resultado final la posesion de todos los llanos, la parte de Barinas que ocupaban los españoles, y sobre todo la ruina del ejército español que ha quedado reducido á cero. Son demasiado importantes esos sucesos para que pudieran obtenerse sin algun sacrificio. Ocho á diez batallas que dimos de Febrero á Mayo, nos costaron la mayor parte de nuestra infantería, pero nos valieron la destruccion de todas las tropas españolas de caballería y casi toda la infantería. Nuestra caballería quedó íntegra, ocupando el pais que hemos libertado; y la infantería se retiró á reformarse durante el invierno, para poder obrar útilmente sobre la costa y montañas adon' de se han acantonado los enemigos. Esta es la más exacta relacion que puede darse de esta campaña.

Compara los boletines nuestros con las exageradas gacetas de Caracas, y te convencerás más de la verdad. A principios de Junio se ejecutó la reorganizacion de nuestros batallones que son ya más fuertes que ante de abrir la campaña. Es indecible el entusiasmo con que todos los hombres se presentan á alistarse.

El término pronto que ven á nuestra lucha parece que les anima á hacer nuevo esfuerzo más voluntariamente que nosotros. Tenemos dobles Tenemos dobles fuerzas de

infantería que cuando marché sobre Calabozo. En Apure hay más de mil infantes. El. General Monagas tiene en Barcelona igual número: en esta provincia tengo más de dos mil. Mariño me ha ofrecido otros tantos; sin contar con la division que Bermúdez ha llevado contra las costas de Güiria y que debe aumentarse hasta 1.500 por lo menos: á Zaraza se le han mandado quinientos fusiles para armar otros tantos infantes. que tiene reunidos. La falta de armas y municiones, que era la causa principal que nos habia obligado á suspender las operaciones, no nos molestará más. Por que hemos recibido diez mil fusiles, y esperamos igual número que está contratado. Nada nos falta ya para empezar de nuevo las operaciones, y solo aguardo á que cesen un poco las aguas del invierno que ha sido muy riguroso este año.

Muy pronto estará el ejército grande en campaña : entre tanto las divisiones que pueden obrar, lo están haciendo y con el mejor suceso. Zaraza ha batido dos campos volantes que salieron de Orituco á buscar ganado al Llano. Páez ocupa los Llanos de Calabozo y toda la provincia de Barinas donde no tienen los españoles un cuerpo que se les oponga. Barcelona está tranquila, y Monágas que la posée no tiene ningun nemigo que temer. El único punto que ocupan los españoles es la capital, que no ha sido tomada por nosotros, porque no lo lo creo conveniente todavía. El interior de Cumaná está en poder de Mariño, que ha desistido de sus antiguas pretensiones, y es hoy uno de los más sumisos al Gobierno. Bermúdez ha marchado sobre Güiria, y muy pronto será dueño de toda la costa, donde es amado generalmente.

En una palabra, nuestra situacion es la más ventajosa. El enemigo destruido como está, no puede emprender nada contra nosotros y debe ser atacado en

todas sus posiciones. ¡Qué vergüenza que en tales circunstancias, los emigrados que habian resistido po cuatro años á todas las miserias, abandonen la causa de su país! Será posible que prefieran ir á servir al enemigo, cuando su patria los necesita? Si sólo se hubieran ido los malos como Mérida, no lo sentiría; pero sí me compadece la suerte de tantos infelices que por debilidad han ido á comprometerse.

Es preciso que los esfuerzos, por que no siga esta escandalosa é ignominiosa desercion y por que vengan todos á Margarita, y á esta capital conducidos por tí que debes darles el ejemplo y ponerte á la cabeza de la expedicion que se forme. Qué es lo que temen? Créeme que no hay otro peligro que lo que podamos nosotros causarnos; y aún este es ficticio é ideal.

Adios, querido Leandro. Manda á tu afectísimo amigo que te ama,

BOLIVAR.

Señor Don Guillermo White.

Angostura, á 27 de Noviembre de 1818.

Amigo y muy señor mio:

Desde el 20 del corriente, que escribí á Ud., hasta hoy, no ha ocurrido ninguna cosa particular que comunicar á Ud. Ahora le incluyo impresa la declaración del Gobierno de Venezuela de que hablé á Ud. en aquélla.

Ruego á Ud. tenga la bondad de dirigir á la Isla de Margarita, en primera ocasion segura, los adjuntos

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