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Ospinos hasta Boconó: y el de Apure se nos incorporará muy pronto, y en seguidas el General Urdaneta. Esto no lo dijé en su lugar, porque había un Padre muy pesado que oía lo que estaba diciendo, al fin de la relación, y por eso dije el correo lo dirá y añadí la faufarronada del 15 de Junio.

Soy de Ud. su mejor amigo,

BOLIVAR.

P. D.-Nada sabía hasta anoche de la instalación del Congreso ni de la llegada del General Mariño á Cúcuta; sin duda alguna los correos se han perdido en lå provincia... donde todo se hace de muy mala voluntad y donde hay más bribones y 'egoistas que cuanto Ud. puede pensar. Esta es la causa por qué hay tantos reclamos contra... Hasta que.

no se robe allí cuanto da la Provincia, no estará todo bueno. Y esto de robo lo digo porque lo puedo probar con cuanto se le ha confiado á dicho..

de.

es otro ladron y

un egoista inepto. De estos dos árboles penden todas las ramas Yo deseo que el Vicepresidente tome inmediatamente bajo su mando dicha Provincia para que la escamine si esto es verdad.

BOLIVAR.

Guanare, 24 mayo, 1821.

Mi querido Dionicio.

Entregará Ud. al señor Peñalver todo mi equipaj y recibirá Ud. todo lo que él le devuelva; particular

mente debe Ud. entregarle toda la plata labrada, y cuantas alhajas tenga Ud. mías.

Su affmo.,

BOLIVAR.

Señor Doctor Pedro Gual.

Guanare, Mayo 20 de 1821.

No pueden Uds. formarse una idea exacta del espíritu que anima á muchos de nuestros militares. Estos no son los que Uds. conocen por allá; son los que Uds. no conocen: hombres que han combatido largo tiempo, se creen muy beneméritos, y se consideran humillados y miserables, y sin esperanza de coger el fruto de las adquisiciones de su lanza. Son llaneros determinados y que nunca se creen iguales á los otros hombres que saben más ó parecen mejor. Yo mismo que

siempre he estado á su cabeza, no sé aún de lo que son capaces. Los trato con una consideracion suma; y ni aún esta misma consideracion es bastante para inspirarles confianza y la franqueza que debe reinar entre camaradas y conciudadanos.

Persuádase Ud. Gual, que estamos sobre un abismo, ó más bien sobre un volcan pronto á hacer su explosion. Yo temo más la paz que la guerra; y con esto, doy á Ud. la idea de todo lo que no digo ni puede decirse.....

BOLIVAR.

Señor Dr. Fernando Peñalv r.

Valencia, Julio 1o de 1821.

Mi querido amigo:

Hemos vencido en Carabobo, y he marchado á Carácas y La Guaira á tomar la division enemiga que había derrotado al General Bermúdez, y cubria á Carácas y La Guaira: ésta capituló y se entregó la mayor parte de la gente á nosotros: todo se verá por los papeles públicos, porque no tenemos tiempo para nada. Nues. tras tropas las dividí en el campo de batalla: á cortar á Tello con el Comandante Heras, y con el Coronel Iribarren, á perseguir los dispersos del llano. Esto último se habrá logrado, lo primero nó. En Puerto Cabello hay más de dos mil soldados. Los Generales Cruz, Murgeon y Odonoju, han venido en la expedicion del Asia. Traen muy pocos recursos, y ménos hombres. Todo el país está en nuestro poder, excepto Puerto Cabello, pero no hemos cojido una paja, porque el enemigo lo habia evacuado todo perfectamente. Sin embargo, haré mis esfuerzos por mantener el ejército. Las emigraciones de uno y otro partido, se lo han llevado todo.

Estoy tratando de armisticio con La Torre, porque no podemos fácilmente manteneruos aquí con muchas tropas; por consiguiente, es necesario que Uds. dirijan todos sus esfuerzos al Sur para que esté tomado Quito antes del armisticio. Este es mi mayor encargo por ahora, porque la paz se está esperando por instantes, y porque si no tenemos á Quito no lo cederán. Mucho he sentido la locura del General D'Evereux: es una verdadera desgracia esta locura, porque compromete al Gobierno y á sus funcionarios y por el cuerpo que ha tomado el negocio, que solo debió ser personal. En fin, repite, esta desgracia me ha sido muy sensible.

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Recibo muy pocas comunicaciones de por allá; sé muy poco del Congreso y de sus actas, y aunque estoy sumamente ocupado en el arreglo de este pais, la direccion de la guerra y el manejo de las rentas absolutamente aniquiladas; apesar de todo, digo, me ocupo mucho, mucho, de lo que se hace en el Congreso, y de Cundinamarca. Deseo mucho volver á mi querida Cundinamarca, más por pasar al Sur que por quedarme en la capital, temiendo algun mal suceso por parte de nuestras tropas, que no siendo buenas, están expuestas á reveses. Mi amigo.: creo que hasta que no se haga la paz, no podré abandonar esta demoniápolis ó pueblo de Diables, que por todas partes dan que hacer, sea en paz ó en guerra. Este es un caos: no se puede hacer nada de bueno, porque los hombres buenos han desaparecido, y los malos se han multiplicado. Venezuela presenta el aspecto de un pueblo que repentinamente sale de un gran letargo y nadie sabe cuál es su estado ni lo que es. Todo está en embrion, y no hay hombres para nada, y á todo esto tengo sobre mis costillas un grande ejército que no sé cómo mantener, necesitándose todo él para no perder .lo ganado.

De Europa no se sabe nada, y sólo vagamente se dice que la España continúa en muy mal estado: que el rey de Portugal ha vuelto á Lisboa. Esto puede ser de mucha importancia. He sabido con mucho gusto la determinacion del Congreso sobre las bases fundamentales de Colombia: habria sentido que se hubiesen alterado, porque estoy en la persuacion de que solo un milagro puede preservarnos de una guerra civil, y que únicamente la unidad y la solidez pueden ayudar á este milagro. Estoy muy ocupado, no puedo ser más largo. Si no escribo mucho, tenga Ud. paciencia y consuélese con la idea de que un dia de Carabobo dis

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pensa muchas cartas. Además, estoy cansado, algo malo, mi vida es demasiado activa, y ya veo con repugnancia los trabajos sedentarios; pero reciba Ud. mi corazon,

P. D.

BOLIVAR.

Importa mucho que Ud. se venga volando á hacerse cargo y organizar todo lo que corresponde á la Intendencia.

BOLIVAR.

Exemo, señor General José de San Martin.

Guayaquil, Julio 25 de 1821.

Es con suma satisfaccion dignísimo amigo y señor, que doy á Ud. por la primera vez el título que mucho tiempo ha mi corazon le ha consagrado.—Amigo le llamo á Ud. y este nombre será el solo que debe quedarnos por la vida, porque la amistad es el único vínculo que corresponde á hermanos de armas, de empresa y de opinion; así, yo me doy la enhorabuena, porque Ud. me ha honrado con la expresión de su afecto.

Tan sensible me será que Ud. no venga hasta esta ciudad, como si fuéramos vencidos en muchas batallas: pero no, Ud. no dejará burlada la ansia que tengo de

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