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ñor De Pradt para mí, y su respuesta que no debe imprimirse de ningun modo.

Tenga Ud. la bondad de hacerle muchos cumplimientos de mi parte á todos los señores Arboleda y Mosquera.

Soy de Ud. de todo corazon,

BOLIVAR.

Al señor General Antonio José de Sucre.

Garzal, 21 de Junio de 1823.

Querido General:

Anoche recibí un parte del Coronel Aguirre, del 17 del corriente, en que me dice que el Mayor Pachano acaba de llegar á Quito con la noticia de que el Coronel Flores habia sido completamente derrotado en Pasto por más de 600 pastusos. Flores tenia 500 fusileros y 70 hombres de caballería é infantería. Por desgracia, el General Salom habia venido á hablar conmigo y á buscar fusiles y municiones, que no tenia el Departamento de Quito, y ya están en marcha en este

momento.

Los pastusos, entre sus montañas y torrentes, nos van á dar que hacer lo misino que al principio, como Ud. lo experimentó en la última campaña. Desde luego nos cortarán las comunicaciones con Bogotá, y dentro de dos meses no sabré la resolucion del Congreso sobre mi marcha al Perú.

Además, la campaña de Pasto debe prolongarse porque sin ménos de mil hombres de muy buena tropa no es posible tomar aquel pais. Ud. sabe que no los tenemos ahora sin sacarlos de Guayaquil, Guayaquil, donde tienen muchas atenciones, tanto con el presidio como con los reclutas que son igualmente forzados. Por Bar bacoas y Esmeraldas los rebeldes nos llaman la atencion, y debemos exterminarlos ántes de que haya u mal suceso en el Perú; esto lo aconseja la prudencia, pero no por eso es tan fácil ejecutarlo como se dice, como la experiencia lo ha demostrado siempre en tales casos. Todo esto quiere decir que yo me voy para Quito á dar impulso á las operaciones y á tratar de levantar tropas contra Pasto; por consiguiente, no será posible que yo me vaya para el Perú ántes de dos meses, y fortuna será si puedo hacerlo despues.

Por estas circunstancias está Ud. autorizado para tomar, de acuerdo con el Gobierno del Perú, las medidas convenientes que el imperio de las cosas exija, no pudiendo yo intervenir actualmente en esas operaciones.

Supongo que Ud. tendrá presentes todas mis instrucciones para no aventurar nada que pueda comprometer la suerte del Perú, sacando mientras tanto las ventajas que la sabiduría aconseja en circunstancias tan críticas é importantes.

Tenga Ud. la bondad de comunicar al Presidente del Perú estas desagradables noticias para que le sirvan de gobierno.

Antes de ahora había ordenado al General Castillo preparase una expedicion de 2.000 hombres para el Perú; con estas novedades le he dicho que nada se debe hacer por ahora, sino atender à la seguridad de nuestro territorio, que está muy amenazado de un in

cendio general, lo que comunico á Ud. para que lo haga entender así al Gobierno del Perú.

Soy de Ud. de corazon,

BOLIVAR

Al señor Doctor Fernando Caicedo, Provisor Vicario Gene

ral del Arzobispado de Bogotá.

Guayaquil, Agosto 6 de 1823.

Mi distinguido amigo:

La Providencia ha salvado la vida de Ud. para consagrarla toda á la Iglesia: Ud. ha principiado y concluido el edificio de la Catedral, y el venerable Dean y Cabildo quieren que Ud. se consagre ahora á lo formal del templo del Dios vivo. Esta acertada eleccion me ha llenado de complacencia, porque veo á la cabeza de la Iglesia un digno hijo de ella. La felicito; y á Ud. tengo el placer de presentar la profunda consideracion que le profeso.

Soy de todo corazon, de Ud.,

BOLIVAR

Señor General Bartolomé Salom.

Guayaquil, 7 de Agosto de 1823.

Mi querido General:

En este momento me embarco y solo le escribo estas cuatro letras para encargarle de nuevo todas las órdenes que le he comunicado. Tengo la mayor confianza ó por mejor decir, una plena seguridad que quedando Ud. aquí, yo no hago falta en estos dos Departamentos. Ud. tendrá tanto celo y vigilancia como acostumbra.

Todas las preguntas interesantes que Ud. me hizo eu Babahoyo, se las contesté; téngalas muy presentes; ellas le sirvirán de guia.

Compórtese con mucho pulso y mucho tino en lo de Pasto, sin precipitar sus operaciones por nada. Por esta parte, no hay cuidado, ni es urgente que vengan las tropas. Sólo la caballería me urge, y es lo que deseo que venga pronto; lo demás vendrá un poco des

pues.

Repito que tenga mucho pulso en lo de Pasto, no sea que por una precipitacion tengamos un reves, que lo pondria á Ud. en un gran apuro.

Adios, mi querido General, lo abraza cordialmente su amigo que lo ama de verdad,

BOLIVAR.

Señor General D. Andres Santa Cruz.

Lima, Setiembre 8 de 1823.

Mi estimado General:

Mucho, mucho me ha satisfecho Ud. con su importante movimiento sobre la Paz, y demás Provincias del otro lado del Desaguadero. Estoy persuadido que si esta operacion se sostiene, como lo espero de Ud., se nos presenta la campaña más decisiva. Como digo á Ud., por conducto de la Secretaría, yo saldré con seis ó siete mil hombres dentro de un mes sin falta ninguna, sea como fuere, y cueste lo que costare. Cuente, General, con esta seguridad. Aun no sé por qué punto me deeida á penetrar en la Sierra, pero puedo asegurar á Ud. que mi plan es apoderarme, por lo presente, de todo el país comprendido desde Pasto hasta el Apurimac, para extender nuestra línea de operaciones, y buscar allí los recursos que absolutamente nos han llegado á faltar aquí.

Además, como espero que muy pronto entremos en tratados con la España, me propongo tener para entonees la extension más grande de terreno que me sea posible, porque este es el mejor medio de sacar ventajas de cualquier modo con los españoles, y porque el total aniquilamiento en que se encuentra esta parte de la República, nos obliga á buscar la subsistencia léjos de la costa.

En las miras que he manifestado á Ud. con tanta extension como franqueza, es menester un estímulo general; y espero que Ud. por su parte me ayudará y cooperará tanto cuanto le sea posible á realizarlas, porque así lo exige la posicion en que está Ud., y porque

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