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Señor N. Campino.

Lima, Octubre 23 de 1823.

Mi querido señor y amigo:

Permítame Ud. que le repita mis cartas, áun antes de recibir respuesta de la primera.

Ya Ud. sabrá que el General Santa Cruz ha perdido su Division por diferentes causas que seria largo referir. El hecho es, que yo temo mucho que los españoles se queden con el Perú para siempre; á ménos que Chile no se comprometa á hacer la guerra del Sur del Perú, independientemente del Norte. Entónces, yo haria prodigios por esta parte, pues tendria ménos enemigos al frente. No tengo duda de que todos los enemigos se vengan hácia Lima, luego que la expedicion del General Sucre y la de Chile se dirijan al Norte, como es muy probable que suceda por el desconcierto que ha habido en todas las operaciones de este país.

Oiga Ud. lo que yo pienso, y lo que digo con toda franqueza:

Aquí no hay medios con que mantener y mover 12.000 hombres que son los ménos que se necesitan para marchar á la Sierra al encuentro de los enemigos, que no traerán ménos número, con el aumento de 5.000 soldados tomados á Santa Cruz. No teniendo ni bagajes, ni víveres, no podemos marchar, ni mucho menos quedarnos en la inaccion. El país está arruinado en lo físico y en lo moral; así, no tenemos con qué contar. Chile y Colombia sa

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crifican sus soldados inútilmente y el Perú quedará definitivamente por los españoles. Entónces, cada República de América estará destruyéndose con la mantencion de un grande ejército y destruyendo á la vez la moral de los pueblos. Entónces, la España, liberal ó servil, man dará todos sus enemigos al Perú, y reconquistará la América, una parte en pos de otra, sin que nadie se mueva por la causa común. Y entónces, se harán mas dolorosos sacrificios, quizas inutilmente, y siempre mayores que los que debemos hacer ahora.

Así pues, amigo, yo recomiendo á Ud. encarecidamente que procure, si le es posible, hacer chilena la guerra del Perú; que Colombia por su parte hará otro tanto. El Director de Chile es un Gran Capitan, y puede sin mucha dificultad libertar el Sur del Perú; y para ayudarle á la empresa, puede ir de aquí á Intermedios la Division Chilena. Yo no creo que haya inconveniente en nada de esto.

Si la expedicion chilena se ha quedado en Intermedios, mi plan es más ejecutable, porque no habrá que hacer el gasto de devolver dicha expedicion de todos modos, si Uds. no hacen causa propia la de este país, no deben Uds. contar con seguridad alguna por muchos años.

En fin, mi querido amigo, recomiendo a Ud. la comision de mi Edecan, el Teniente Coronel O'Leary, para que tenga un éxito feliz en ella.

Me repito de Ud. etc,

BOLIVAR.

Lima, 23 de Octubre de 1823.

Señor Don Manuel Sálas y Convalan.

Las repetidas instancias con que me han llamado el Congreso, el Gobierno y el Ejército Libertador del Perú, me han decidido á venir á este país, para emplear todos mis esfuerzos en salvarlo del enemigo comun y de la anarquía. Los amigos verdaderos de la Independencia americana y de su prosperidad y engrandecimiento, tambien me han pedido que hiciese este nuevo sacrificio.

Para llenar los votos y las esperanzas de los buenos patriotas, es preciso que todos ellos cooperen con una consagracion ilimitada, á la salvacion del Perú, que tanto influjo tiene en la actual contienda, por su posicion central. Colombia lo ha auxiliado con 7.000 hombres que ha trasportado á su costa, á pesar del aniquilamiento de sus recursos en una guerra tan teuaz como larga y destructora. Ha empleado tambien en su servicio cuatro buques de guerra, dos de los cuales ha comprado últimamente con este objeto.

Sin embargo, necesita de que Chile lo auxilie con igual generosidad, y yo he contado con su cooperacion en virtud de sus ofertas reiteradas, que creo sinceras, y que son absolutamente necesarias, para llenar el gran vacío que han dejado los desastres pasados. El Congreso del Perú me ha encargado el árduo empeño de salvar la patria en las circunstancias más difíciles en que se ha visto jamás, y que Ud. debe conocer muy bien.

El patriotismo eminente, las virtudes y las luces que han hecho á Ud. acreedor al aprecio de sus cou

ciudadanos, son circunstancias que me han obligado á apreciar altamente la bondad de Ud. en encargarse de promover los negocios de Colombia como su agente en Chile. Ha llegado la ocasion en que haga á Ud. un encargo de la mayor importancia al bien general de la América y al de su patria en particular.

El Coronel Don Juan Salazar sigue en esta ocasion con el carácter de Plenipotenciario de esta República cerca del Gobierno de Chile: el objeto general de esta mision es el de pedirle un auxilio de tropas y de dinero, que son de la más urgente é indispensable necesidad, y que ha ofrecido reiteradas veces.

Estoy seguro de que un objeto tan noble se recomienda por sí mismo al patriotismo de Ud; pero quiero interponer en su apoyo el influjo é ilustracion de Ud., contando tambien con las manifestaciones de aprecio hácia mi persona que Ud. ha manifestado á Mosquera, y que me son tan gratas como es la íntima conviccion en que me hallo de que Ud. es uno de los mejores ornamentos de su patria.

Aprovecho con placer esta oportunidad de ofrecer á Ud. cordialmente mi amistad, y soy de Ud. con la mayor consideracion su más atento y obediente servidor,

BOLIVAR.

Lima, 25 de Octubre de 1823.

Señor Don José de la Rira Agüero.

Mi querido amigo:

Incluyo á Ud. una carta que le dirige el General Santa Cruz, y que me mandó abierta para que yo

la viera.

El General Sucre llegó anoche dejando su division en Pisco. Sucesivamente llegará la division chilena y los restos del General Santa Cruz. He resuelto marchar con todas las tropas de Colombia, Perú y aliados que hay en esta capital, á Jauja, para aprovechar la feliz oportunidad de tener los enemigos todas sus fuerzas en el Sur; y sólo espero la noticia de que esa division de su mando ha marchado toda á Pisco, llevando las mulas, caballos y ganado posible, para marehar yo.

Como considero, para estas horas, ya terminadas todas las diferencias, me apresuro á decir á Ud. que mueva esa Division y que me participe haberlo hecho así, para moverme yo hácia Jauja, para lo cual está todo prevenido, y aprovechar momentos tan felices.

Soy de Ud. atento servidor y amigo,

BOLIVAR.

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