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buena aunque inferior á la de Colombia y de Bueuos Aires, más, la del Perú es tambien inferior á la enemiga, habiéndose perdido en la Máquina y en el Alto Perú los buenos escuadrones de Húsares que tenia este Estado.

Me aventuro á escribir esta carta en los términos que va, porque la lleva el General Miller en un buque de guerra ingles, siendo todo su contenido de la mayor importancia, y por lo mismo exigiendo un secreto absoluto, para que el enemigo no confirme las noticias que ya debe tener sobre nuestra situacion positiva.

Esta carta es apertoria para el señor Salazar, á quien la comunicará Ud. para que llene por su parte los objetos que en ella me propongo. Que la tenga, pues, por suya; y que no le escribo porque el tiempo no me lo permite, debiendo partir volando el posta que ha de alcanzar al General Miller ántes de embarcarse. De todos modos, nada añadiria á lo que aquí digo.

Concluiré diciendo que se manifieste al Gobierno de Chile mi absoluta confianza en su generosidad, y mi gratitud por su consagracion al Perú. Que si la expedicion de Pinto ha marchado á Chile, que se mande aquí otra de igual número de tropas; pero que vengan siquiera armados y equipados, pues aquí no hay nada con qué suplir esas faltas.

La condicion principal es la celeridad más asombrosa en la ejecucion: sin ésta no hay salud para

el Perú.

De Ud. afectísimo amigo de corazon,

BOLIVAR

Excmo. señor Presidente de Chile.

Pativilca, á 18 de Enero de 1824.

Excmo. señor:

Ayer he tenido la particular satisfaccion de recibir la honrosa nota, fechada el 23 de Diciembre en Santiago.

Jamas pude persuadirme de que un Gobierno que tuviese á su frente un Congreso de hombres libres, y un Gran General en el Poder Ejecutivo, pudiese cometer la falta, política y moral, de abandonar su propia causa y la de sus hermanos.

El señor General Pinto recibió la órden terminante y oportunamente, de manos del señor General Alvarado y conducida por el Coronel Sánchez, para volver al Callao; así, su conducta ha sido espontanea en su retirada á Chile.

El Perú está actualmente á la merced de sus enemigos y de sus aliados, no teniendo fuerza propia: los primeros lo combaten con un entusiasmo y un celo verdaderamente admirables: nosotros, pues, para mantenerlo y libertarlo, debemos exceder en empeños á los enemigos; de otro modo la guerra de América renace de sus propias cenizas, y nuestras nuevas naciones se colocan sobre bases falsas, sobre peligros inminentes; quedamos, en fin, flanqueados por nuestros inmemoriales opresores.

En consecuencia de estas consideraciones, yo no dudo que V. E. ponga un particular esmero en auxiliar al Perú con igual número de tropas que las que ha llevado el señor General Pinto; las que no bajarán

de tres mil hombres. Con tres mil chilenos y los refuerzos que yo espero de Colombia, el Perú quedará libre el año de 24. Yo lo ofrezco á Ud. y á la América entera.

Suplico á V. E. encarecidamente que se acelere, cuanto esté al alcance de V. E., la venida de dicha expedicion á las costas del Norte del Callao, donde será recibida personalmente por ní y conducida á la Sierra de Huaylas, cuyo clima y recursos darán una favorable acogida a nuestros generosos aliados.

Acepte V. E. anticipadamente las expresiones más sinceras de mi reconocimiento y de la distinguida consideracion que tengo el honor de profesarle.

BOLIVAR.

Señor General F. de P. Santander, etc., etc., etc.

Pativilea, 23 de Enero de 1824.

Mi querido General:

El interes del drama político del mundo y en particular de la América, va creciendo á proporcion que se aproxima el desenlace. Ayer nos ha llegado la inmensa noticia de la catástrofe de la causa liberal de España, con el triunfo súbito y completo de los serviles. Este suceso aumenta rapidamente la celeridad de las ruedas que conducen el carro de nuestra revolucion; pero al mismo tiempo que la apresura, le opone tro

piezos y saltos que no dejarán de darnos sacudimientos terribles. Me contraría la reunion de Fernando á los serviles y á los aliados triunfantes de los constitucionales, puesto que debe causar algun retroceso en nuestros negocios de América: desde luego, los españoles quedan libres de una parte de sus atenciones europeas. Por la otra, estos godos de América no dejarán de concebir esperanzas de la continuacion de la guerra y de auxilios españoles, como ya lo anuncian ahora mismo los extrangeros neutrales que han mandado las noticias del triunfo de los serviles y de Fernando. Los godos del Perú, han profesado altamente la opinion, hasta ahora, de no reconocer la independencia de América, ni áun cuando el Gobierno español la reconociese; todo esto áun antes de sus victorias. Ellos sabrán además, porque nosotros tenemos el cuidado de publicarlo, lo que el duque de Angouleme ha dicho en su proclama con respecto á la sumision de América; y ellos deducirán de esta profesion política de la Francia, que la guerra contra nosotros debe continuar con más empeño. Por consiguiente, no debemos esperar más que sangre y fuego de los compañeros de Canterac, La Serna y Valdez; por consiguiente no debemos esperar nuestra libertad, sino de los 12.000 colombianos que he pedido para que vengan al Perú, de los cuales 3.000 deben venir á Pasto para poder destruir á esos Numantinos Tártaros que se están poniendo casi invencibles. El tiempo dará su testimonio.

Solamente Inglaterra puede cambiar el curso de la política actual de los aliados: si ella quiere nos hará todo el bien posible; pero si hace con nosotros lo que con España, entonces dejará obrar á la suerte y el curso de los sucesos no nos será nada agradable. Yo creo que nosotros debemos ostigar á los ingleses para que intervengan en la paz con España, ó para que hagan

lo que puedan en nuestro favor: al mismo tiempo debemos redoblar los esfuerzos militares para no sucumbir con estos malditos reconquistadores.

nuevo

Cada dia esto se pone peor: cada dia un demonio se presenta en campaña multiplicando nuestros obstáculos y mejorando la suerte de los enemigos. Jamas he tenido más mal humor desde que estoy haciendo la guerra.

Montado sobre el más vasto teatro, me veo asido de un enemigo que cuenta tantas ventajas como objetos lo rodean. Por nuestra parte, no hay instrumento que no sea de muerte para nosotros; lo peor es que el Perú se está extendiendo ya con todas sus desventajas fisícas y morales hasta Popayan. Parece que todo este Sur es hermano de padre y madre, y en esta familia entran de primogénitos los argentinos y chileuos. Todo hasta Guanacas se puede llamar el campo de Agramante: Popayan está en el órden, pero en el órden de la más completa miseria; así, no debemos contarlo para nada.

El General Salom me ha escrito ayer las cosas más desagradables de Pasto y Quito; por lo mismo repito que venga un ejército de 3.000 hombres á Pasto y otro de 9.000 al Istmo, donde no han llegado más que unos pocos reclutas que los ha tomado el General Salom para ir á Pasto. Esperaré la respuesta de mi oficio y carta que llevó el Coronel Ibarra, y segun sea la respuesta y las ofertas, así será mi resolucion.

Yo insto de nuevo por esta via, porque se acepte mi dimision á fin de que no me obliguen á seguir á mi compañero San Martin, pues no será extraño que yo tome tan bello modelo, cuando el gran Napoleon no encontró otro más hermoso que seguir que el de Temístocles, pasándose á los Persas, los más crueles enemigos

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