Imágenes de páginas
PDF
EPUB

nos pueden buscar con más de diez, á menos que abandonen el Alto Perú; lo que seria ventajoso para la expedicion de Chile, que debe tocar en los puertos de Intermedios con Atilles, á fin de llamar la atencion por aquella parte, ó de obrar si no hay enemigos. A propósito, he mandado á Sarratea que prepare lo necesario para seis mil hombres, y lo que falte lo llevaremos con los trasportes que vienen conduciendo las tropas de Colombia. Estos seis mil hombres deberán obrar por Intermedios con tropas de Chile, bien al Sur para ponerse en contacto con las guerrillas del Rio de la Plata y recibir movilidad; por supuesto que no nos hacen ninguna falta estas tropas, porque van á donde, podremos mover diez y ocho á veinte mil hombres por esta parte. Ya Ud ve que este plan coincide con lo que Ud. me indica con tanto acierto como prevision.

Una vez que tengamos por esta parte doce mil hombres, los demas pueden ir al Sur.

Adios, mi querido General.

Véngase Ud. y hablaremos de todo esto, y lo determinaremos como debe ser.

Soy de Ud. de todo corazon,

BOLIVAR

Señor General Antanio José de Sucre.

Pativilea, 7 de Febrero de 1824.

Mi querido General:

El General Berindoaga ha vuelto á Lima despues de haber tenido una conferencia con Lariga: en sustancia es que ellos no quieren el armisticio de Buenos Aires, pero pueden entrar por otro concluido con este Gobierno, para que se negocie mientras tanto con España. Canterac ha respondido que él no tiene facultad para tratar, y se ha dirigido todo á La Serna. Veremos su respuesta.

Los godos no quieren creer la ocupacion de España por los franceses. Muestran mucho odio á los colombianos y particularmente á mí. Se han mostrado con mucha candidez en esta parte, con ideas y noticias que manifiestan el respeto que nos tienen. Dicen que no nos buscan porque no los hemos de esperar; y por eso nos dejan tranquilos, dándonos tiempo á reforzarnos: que iban á auxiliar á Riva-Agüero, sólo para destruirnos; Canterac continúa con su tono arrogante y necio. No vió á Berindoaga y le contestó muy secamente por escrito.

Lariga dijo que deseaba un armisticio por el cual se negociase la paz y saliesen ellos con honor; y Berindoaga me afirma que él cree que harán éste armisticio.

Va el Coronel Placencia con 200 hombres de caballería, con el fin de que forme un exceleute regimiento con todos los cuerpos de caballería, que están en el Norte, inclusive los lanceros de la Victoria. Placencia,

como más antiguo, que tome el mando, que el segundo Jefe sea Barriga, y el tercero, el mejor oficial que se encuentre para que ejerza las funciones de Mayor. Yo creo que se deben formar cuatro hermosos escuadrones con un Comandante y un Capitan mayor cada uno de ellos, para emplear una parte de los Jefes que nos sobran.

La eleccion debe hacerse sobre los mejores, entre Jefes y Oficiales; y agregar los demás que no sean perjudiciales ó incapaces. Tambien creo que Ud. debe emplear mucho tino para emplear á los mejores sin disgustar á los otros, para lo cual sería lo más conveniente que Ud. tuviese la bondad de tomarse la pena de ir en persona á ver con sus ojos la organizacion y distribucion de este regimiento. Yo preveo que será un mal rato para Ud., por las muchas quejas de los que quedan sin colocacion, pero ? qué hemos de hacer? la Patria es preferible á todo.

Le mando á Ud. una órden autorizándole para que tome cuantas medidas sean convenientes y conducentes al aumento, mejora, equipo, vestuario, armamento, montura y subsistencia, así de la caballería como de la infantería del Perú. En una palabra, le he autorizado para todo lo conveniente á este efecto, poniéndose ántes de acuerdo con el Prefecto; y sin este acuerdo en caso de necesidad y urgencia.

Mi querido General, no soy más largo porque el Coronel Placencia se va.

Soy de Ud. de corazon,

BOLIVAR.

Al General A. J. de Sucre.

Pativilca, 8 de Febrero de 1824.

Mi querido General.

La insurreccion del Callao es ciertamente una combinacion con los godos, los que dentro de cuatro ó seis dias estarán en Lima y en el Callao mismo. Pocas esperanzas tengo de que se salve. La que si tengo, es la de derrotar á los godos, que vendrán á buscarnos probablemente antes de dos meses: ellos no tienen más que diez mil hombres disponibles: dejarán dos mil guarneciendo á Lima, al Callao, y el resto en desertores, hospitales y cansados. Vendrán, pues, ocho mil solamente, al norte, en nuestra busca. Nosotros tenemos siete mil soldados, y esperamos tres mil más en todo febrero y marzo; además, aumentaremos el Ejército con reclutas montoneros y patriotas voluntarios y emigrados. No bajaremos, desde luego, de 12.000 hombres. Replegando nosotros al norte, aumentaremos nuestras fuerzas y nuestros recursos; en tanto que ellos disminuyen sus tropas y sus medios; pero necesitamos, querido General, hacernos sordos al clamor de todo el mundo, porque la guerra se alimenta del despotismo, y no se hace por el amor de Dios. No ahorre Ud. nada por hacer; muestre Ud. un carácter terrible, inexorable.

Despliegue la fuerza en su mando, así en caballería como en infantería. Si no hay fusiles, hay lanzas. Ademas, yo espero tres mil fusiles de Colombia por momentos: una tercera y cuarta fila de lanceros no son inútiles en un combate, y sirven tambien para llenar las bajas, que son horrorosas en los cuerpos nuevos. Tome Ud. cinco mil reclutas para que le queden mil ó dos mil haga Ud. construir mucho equipo, muchas

fornituras en toda la extension del departamento. Cada pueblo, cada hombre sirve para una cosa: pongamos todo en accion para defender todo este Perú hasta con los dientes. En fin que una paja no quede inútil en toda la extension del territorio libre.

Tenga Ud. la bondad de enseñar esta carta al General La Fuente, á quien no le escribo por separado, porque no haria mas que repetirle estas ideas. Que le suplico se las apropie como suyas, y las adopte como hijas queridas. Dígale Ud. de mi parte que el tiempo de hacer milagros ha llegado, y que yo espero que su actividad y su celo no dejarán de hacerlos.

Soy de Ud., mi querido General, todo de corazon,

BOLIVAR.

Adicion.

Tenga Ud. la bondad de dirigir el adjunto oficio al General Lara con toda seguridad, para que no se pierda.

BOLIVAR.

« AnteriorContinuar »