Liceo Mexicano, Volumen2J. M. Lara., 1844 |
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... URRACA , [ su querida . ] UN CABALLERO . UNA DAMA DE HONOR . " 1 . Ah ! cuanto he padecido , cuantas lágrimas ... Doña Urraca . H destino fatal ! destino horrible El que en la vida á la muger arrastra , El que hoy eleva su ambicion á un ...
... URRACA , [ su querida . ] UN CABALLERO . UNA DAMA DE HONOR . " 1 . Ah ! cuanto he padecido , cuantas lágrimas ... Doña Urraca . H destino fatal ! destino horrible El que en la vida á la muger arrastra , El que hoy eleva su ambicion á un ...
Página 73
... ( Doña Urraca continúa . ) Esa triste cancion en que se nombra A Doña Elvira , que las penas causa De un amante ... qué idea , ah ! tiembla , tiembla Rival , que el gozo del amor embriaga . Tu víctima serás , la mano misma TOM . II . Del ...
... ( Doña Urraca continúa . ) Esa triste cancion en que se nombra A Doña Elvira , que las penas causa De un amante ... qué idea , ah ! tiembla , tiembla Rival , que el gozo del amor embriaga . Tu víctima serás , la mano misma TOM . II . Del ...
Página 74
... Doña Urraca . Os engañais , Señor , Elvira os ama No lo dudeis , ella os adora tanto Como vos .... El Caballero . Que habeis dicho ? ¿ que me adora ? Repetidlo por Dios , no me ha olvidado ? Es fiel á su promesa , y condenaba , Injusto ...
... Doña Urraca . Os engañais , Señor , Elvira os ama No lo dudeis , ella os adora tanto Como vos .... El Caballero . Que habeis dicho ? ¿ que me adora ? Repetidlo por Dios , no me ha olvidado ? Es fiel á su promesa , y condenaba , Injusto ...
Página 75
... Doña Urraca . En esta noche misma habeis pensado .... Imposible sera . El Caballero . No hay imposibles Al que ama , como yo . Doña Urraca . Mas meditadlo , ... Quizá ella no podrá .... El Caballero . ¿ Que la detiene ? ¿ A ese conde ...
... Doña Urraca . En esta noche misma habeis pensado .... Imposible sera . El Caballero . No hay imposibles Al que ama , como yo . Doña Urraca . Mas meditadlo , ... Quizá ella no podrá .... El Caballero . ¿ Que la detiene ? ¿ A ese conde ...
Página 76
... Doña Urraca . ( Acercándose y tomandole del brazo ) Enrique , espera . El Conde . ( Sobresaltado y sacando la espada . ) Ah ! ¿ quién se atreve á detener mis pasos En mi castillo mismo ? su cabeza Pagará su osadia . Doña Urraca . Soy ...
... Doña Urraca . ( Acercándose y tomandole del brazo ) Enrique , espera . El Conde . ( Sobresaltado y sacando la espada . ) Ah ! ¿ quién se atreve á detener mis pasos En mi castillo mismo ? su cabeza Pagará su osadia . Doña Urraca . Soy ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 290 - sido vuestra física, poeta celebérrimo, entre las Musas de este mar Atlántico tan alta, que la tísica del amador misérrimo ha vuelto su lamento en dulce cántico; y de aquel Nigromántico, de tantos necios ídolo, que con un yelo cálido el rostro vuelve pálido, ya condena su efecto por tan frivolo,
Página 50 - haciendo grandes, gestos y contorsiones, y marcando el compás sobre los pedales con los tacones de las botas. Acabaron con el duo y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó
Página 340 - grandes y vivaces ojos, faz entre blanca y morena. Sobre su desnuda espalda y su seno de doncella vagaba suelta y sin orden la su negra cabellera. Graciosos eran sus labios, su frente elevada y tersa; y en su mirar
Página 340 - plumas y conchas y azules piedras:— De piedras los brazaletes, y de piedras las pulseras; y con el viento ondeaban, dos plumas en su cabeza. —Esta beldad merecía vivir en rica opulencia, que verla tan infelice daba compasión y pena. Mas la fortuna traidora prodiga al necio riquezas, y al mérito lo sepulta en abandono y miseria. Atónitos los sayones la ven
Página 50 - no reparé en un conocido que se me puso delante, hasta que enlazándome el brazo con aire satisfecho. „Ven, estudiante, me dijo, ven á mi casa y verás qué ganga he logrado anoche: ya sabes que soy aficionado
Página 50 - menoscabarle un olvido tan natural como lo fue el del arquitecto que dejó sin escalera la casa de correos. Dióle consuelo la comparación, y luego siguió enseñándome una mesa de caoba á la cual había puesto un
Página 50 - me dejé arrastrar por el nuevo tonti-loco.— Ochocientos reales en una prendería del Rastro! esclamaba quitando el polvo á un lienzo todo roído de ratones; mira, mira qué alhaja! un retrato de Carlos IV, original de
Página 50 - y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó aquí, sino que todavía me espetaron un cuarteto con obligado de flauta, que puso en vergonzosa fuga
Página 50 - de nogal pintado; un comedero de palomas en que había transformado la caja de un estuche inglés, y otras preciosidades por el mismo estilo. Ya cansado de examinar tan estraño conservatorio,
Página 50 - y sin mirar siquiera la hora que apuntaba, dije que era tardísimo para mis quehaceres. Despedime; de un salto me puse en la calle, y de otros dos en casa