Liceo Mexicano, Volumen2J. M. Lara., 1844 |
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... ademas la hon- ra de ver su nombre inscrito en los papeles públicos entre los de los discípulos que mas se habian distinguido , y pocos años despues obtuvo la gran medalla de honor . Desde entón ces uno de los profesores de la academia ...
... ademas la hon- ra de ver su nombre inscrito en los papeles públicos entre los de los discípulos que mas se habian distinguido , y pocos años despues obtuvo la gran medalla de honor . Desde entón ces uno de los profesores de la academia ...
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... además que la densidad de la tierra central comienza á una profundidad menor.- aumenta tambien con la profundidad , de suer- te que su interior no puede estar compues- to de sustancias minerales , cuya densidad es mucho mayor que la de ...
... además que la densidad de la tierra central comienza á una profundidad menor.- aumenta tambien con la profundidad , de suer- te que su interior no puede estar compues- to de sustancias minerales , cuya densidad es mucho mayor que la de ...
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... ademas , por dar á estos un aviso , razon por la que es venerada desde entonces bajo la advocacion de la Virgen del Aviso . La noche pues del veinte de octubre se sacudió con tanta fuerza la tierra , que solo el movi- miento despidió de ...
... ademas , por dar á estos un aviso , razon por la que es venerada desde entonces bajo la advocacion de la Virgen del Aviso . La noche pues del veinte de octubre se sacudió con tanta fuerza la tierra , que solo el movi- miento despidió de ...
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... ademas señaló comisarios que cuidasen en cada manzana y en cada calle . Comenzaron en aquel mismo dia á formar ca- sas de carrizales en todas las calles y plazas para servir de morada á los habitantes , y la del virey se puso en el ...
... ademas señaló comisarios que cuidasen en cada manzana y en cada calle . Comenzaron en aquel mismo dia á formar ca- sas de carrizales en todas las calles y plazas para servir de morada á los habitantes , y la del virey se puso en el ...
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... ademas centinelas en las esquinas de la cárcel . Hecho esto , mandó á unos que se aproximasen por el Callao , y volvieran á darle cuenta de lo que hubiesen visto , y á fé que no seria con resignacion de permanecer en Lima , si se ...
... ademas centinelas en las esquinas de la cárcel . Hecho esto , mandó á unos que se aproximasen por el Callao , y volvieran á darle cuenta de lo que hubiesen visto , y á fé que no seria con resignacion de permanecer en Lima , si se ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 290 - sido vuestra física, poeta celebérrimo, entre las Musas de este mar Atlántico tan alta, que la tísica del amador misérrimo ha vuelto su lamento en dulce cántico; y de aquel Nigromántico, de tantos necios ídolo, que con un yelo cálido el rostro vuelve pálido, ya condena su efecto por tan frivolo,
Página 50 - haciendo grandes, gestos y contorsiones, y marcando el compás sobre los pedales con los tacones de las botas. Acabaron con el duo y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó
Página 340 - grandes y vivaces ojos, faz entre blanca y morena. Sobre su desnuda espalda y su seno de doncella vagaba suelta y sin orden la su negra cabellera. Graciosos eran sus labios, su frente elevada y tersa; y en su mirar
Página 340 - plumas y conchas y azules piedras:— De piedras los brazaletes, y de piedras las pulseras; y con el viento ondeaban, dos plumas en su cabeza. —Esta beldad merecía vivir en rica opulencia, que verla tan infelice daba compasión y pena. Mas la fortuna traidora prodiga al necio riquezas, y al mérito lo sepulta en abandono y miseria. Atónitos los sayones la ven
Página 50 - no reparé en un conocido que se me puso delante, hasta que enlazándome el brazo con aire satisfecho. „Ven, estudiante, me dijo, ven á mi casa y verás qué ganga he logrado anoche: ya sabes que soy aficionado
Página 50 - menoscabarle un olvido tan natural como lo fue el del arquitecto que dejó sin escalera la casa de correos. Dióle consuelo la comparación, y luego siguió enseñándome una mesa de caoba á la cual había puesto un
Página 50 - me dejé arrastrar por el nuevo tonti-loco.— Ochocientos reales en una prendería del Rastro! esclamaba quitando el polvo á un lienzo todo roído de ratones; mira, mira qué alhaja! un retrato de Carlos IV, original de
Página 50 - y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó aquí, sino que todavía me espetaron un cuarteto con obligado de flauta, que puso en vergonzosa fuga
Página 50 - de nogal pintado; un comedero de palomas en que había transformado la caja de un estuche inglés, y otras preciosidades por el mismo estilo. Ya cansado de examinar tan estraño conservatorio,
Página 50 - y sin mirar siquiera la hora que apuntaba, dije que era tardísimo para mis quehaceres. Despedime; de un salto me puse en la calle, y de otros dos en casa