Liceo Mexicano, Volumen2J. M. Lara., 1844 |
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... arzobispo vieron con placer correr las aguas por el canal sub- terráneo , hasta las faldas del Nachistongo . En la obra se consumieron setenta y tres mil seis- cientos once pesos , empleándose cuatrocien- tos setenta y un mil , ciento ...
... arzobispo vieron con placer correr las aguas por el canal sub- terráneo , hasta las faldas del Nachistongo . En la obra se consumieron setenta y tres mil seis- cientos once pesos , empleándose cuatrocien- tos setenta y un mil , ciento ...
Página 51
... Arzobispo de México . Doudécimo virey de la Nueva - España . De 1611 á 1612 . Pik # faceo Theaicano . ¿ THE NEW YORK FULINC. 1611 AN luego como Velasco se em- barcó y tomó testimonio Alonso Pardo teniente de gobernador de la Veracruz ...
... Arzobispo de México . Doudécimo virey de la Nueva - España . De 1611 á 1612 . Pik # faceo Theaicano . ¿ THE NEW YORK FULINC. 1611 AN luego como Velasco se em- barcó y tomó testimonio Alonso Pardo teniente de gobernador de la Veracruz ...
Página 68
... arzobispo de Lima . Tuvieron éste y aquel algunas conferencias pri- vadas , pasaron entre ellos muy fuertes y acres contestaciones , hasta que el de la Palata resol- vió consultar al Acuerdo si habia obrado en el círculo de sus ...
... arzobispo de Lima . Tuvieron éste y aquel algunas conferencias pri- vadas , pasaron entre ellos muy fuertes y acres contestaciones , hasta que el de la Palata resol- vió consultar al Acuerdo si habia obrado en el círculo de sus ...
Página 69
... arzobispo que iba en toda forma con cruzero delante , y al verle el Duque , aunque iba acompañado de su muger , dejándola sola en el coche bajó de él para entrar en el del arzobispo . Juntos llegaron á la ciudad y hasta el palacio ...
... arzobispo que iba en toda forma con cruzero delante , y al verle el Duque , aunque iba acompañado de su muger , dejándola sola en el coche bajó de él para entrar en el del arzobispo . Juntos llegaron á la ciudad y hasta el palacio ...
Página 71
... arzobispo , de no volver á hablar en aquella cuestion . El virey se propuso to- lerar , y así consiguió que el prelado cesara en sus contiendas . ,, Acabó este punto , dice la relacion de la Palata al de la Monclova , de controversias ...
... arzobispo , de no volver á hablar en aquella cuestion . El virey se propuso to- lerar , y así consiguió que el prelado cesara en sus contiendas . ,, Acabó este punto , dice la relacion de la Palata al de la Monclova , de controversias ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 290 - sido vuestra física, poeta celebérrimo, entre las Musas de este mar Atlántico tan alta, que la tísica del amador misérrimo ha vuelto su lamento en dulce cántico; y de aquel Nigromántico, de tantos necios ídolo, que con un yelo cálido el rostro vuelve pálido, ya condena su efecto por tan frivolo,
Página 50 - haciendo grandes, gestos y contorsiones, y marcando el compás sobre los pedales con los tacones de las botas. Acabaron con el duo y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó
Página 340 - grandes y vivaces ojos, faz entre blanca y morena. Sobre su desnuda espalda y su seno de doncella vagaba suelta y sin orden la su negra cabellera. Graciosos eran sus labios, su frente elevada y tersa; y en su mirar
Página 340 - plumas y conchas y azules piedras:— De piedras los brazaletes, y de piedras las pulseras; y con el viento ondeaban, dos plumas en su cabeza. —Esta beldad merecía vivir en rica opulencia, que verla tan infelice daba compasión y pena. Mas la fortuna traidora prodiga al necio riquezas, y al mérito lo sepulta en abandono y miseria. Atónitos los sayones la ven
Página 50 - no reparé en un conocido que se me puso delante, hasta que enlazándome el brazo con aire satisfecho. „Ven, estudiante, me dijo, ven á mi casa y verás qué ganga he logrado anoche: ya sabes que soy aficionado
Página 50 - menoscabarle un olvido tan natural como lo fue el del arquitecto que dejó sin escalera la casa de correos. Dióle consuelo la comparación, y luego siguió enseñándome una mesa de caoba á la cual había puesto un
Página 50 - me dejé arrastrar por el nuevo tonti-loco.— Ochocientos reales en una prendería del Rastro! esclamaba quitando el polvo á un lienzo todo roído de ratones; mira, mira qué alhaja! un retrato de Carlos IV, original de
Página 50 - y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó aquí, sino que todavía me espetaron un cuarteto con obligado de flauta, que puso en vergonzosa fuga
Página 50 - de nogal pintado; un comedero de palomas en que había transformado la caja de un estuche inglés, y otras preciosidades por el mismo estilo. Ya cansado de examinar tan estraño conservatorio,
Página 50 - y sin mirar siquiera la hora que apuntaba, dije que era tardísimo para mis quehaceres. Despedime; de un salto me puse en la calle, y de otros dos en casa