Liceo Mexicano, Volumen2J. M. Lara., 1844 |
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... jamas he amado , y mi alma el sufri- miento Jamas ha destrozado de malogrado amor . No ceses en tu llanto , tú sabes lo que sientes , En quejas desahoga tu negro padecer , Sobre esa losa caigan tus lágrimas ardientes , Cual el rocío cae ...
... jamas he amado , y mi alma el sufri- miento Jamas ha destrozado de malogrado amor . No ceses en tu llanto , tú sabes lo que sientes , En quejas desahoga tu negro padecer , Sobre esa losa caigan tus lágrimas ardientes , Cual el rocío cae ...
Página 23
... Jamas volverá á ser tuyo el corazon de - Julia . ” Una sensacion semejante à la que esperimen- ta el desventurado que al pasar por debajo de un balcon recibe de manos de una recamarera la preciosa dádiva de una artesa de agua fria , se ...
... Jamas volverá á ser tuyo el corazon de - Julia . ” Una sensacion semejante à la que esperimen- ta el desventurado que al pasar por debajo de un balcon recibe de manos de una recamarera la preciosa dádiva de una artesa de agua fria , se ...
Página 24
... jamas se descorre- rá . Tal vez el mundo no es tan viejo , acaso no ha pasado aun de su juventud ; y su vida no es mas que en un débil principio si la consi- deramos con respecto á la duracion que debe tener ; pero remontándose todo lo ...
... jamas se descorre- rá . Tal vez el mundo no es tan viejo , acaso no ha pasado aun de su juventud ; y su vida no es mas que en un débil principio si la consi- deramos con respecto á la duracion que debe tener ; pero remontándose todo lo ...
Página 26
... jamas un pintor filósofo como Poussin . Si se examina la cuestion solo por lo relativo á las letras , no carece de dificultades , pues que para resolverla es preciso tenerla balanza igual entre las superioridades que exijen la mas seria ...
... jamas un pintor filósofo como Poussin . Si se examina la cuestion solo por lo relativo á las letras , no carece de dificultades , pues que para resolverla es preciso tenerla balanza igual entre las superioridades que exijen la mas seria ...
Página 37
... jamas lejitimar el resultado . esposo , ya en el hombro de sus hijos ; gozando En cambio parad las mientes en el porve- de aquella felicidad que es asequible en la nir de una jóven juiciosa y modesta , que ten- tierra ; y vedla en fin ...
... jamas lejitimar el resultado . esposo , ya en el hombro de sus hijos ; gozando En cambio parad las mientes en el porve- de aquella felicidad que es asequible en la nir de una jóven juiciosa y modesta , que ten- tierra ; y vedla en fin ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 290 - sido vuestra física, poeta celebérrimo, entre las Musas de este mar Atlántico tan alta, que la tísica del amador misérrimo ha vuelto su lamento en dulce cántico; y de aquel Nigromántico, de tantos necios ídolo, que con un yelo cálido el rostro vuelve pálido, ya condena su efecto por tan frivolo,
Página 50 - haciendo grandes, gestos y contorsiones, y marcando el compás sobre los pedales con los tacones de las botas. Acabaron con el duo y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó
Página 340 - grandes y vivaces ojos, faz entre blanca y morena. Sobre su desnuda espalda y su seno de doncella vagaba suelta y sin orden la su negra cabellera. Graciosos eran sus labios, su frente elevada y tersa; y en su mirar
Página 340 - plumas y conchas y azules piedras:— De piedras los brazaletes, y de piedras las pulseras; y con el viento ondeaban, dos plumas en su cabeza. —Esta beldad merecía vivir en rica opulencia, que verla tan infelice daba compasión y pena. Mas la fortuna traidora prodiga al necio riquezas, y al mérito lo sepulta en abandono y miseria. Atónitos los sayones la ven
Página 50 - no reparé en un conocido que se me puso delante, hasta que enlazándome el brazo con aire satisfecho. „Ven, estudiante, me dijo, ven á mi casa y verás qué ganga he logrado anoche: ya sabes que soy aficionado
Página 50 - menoscabarle un olvido tan natural como lo fue el del arquitecto que dejó sin escalera la casa de correos. Dióle consuelo la comparación, y luego siguió enseñándome una mesa de caoba á la cual había puesto un
Página 50 - me dejé arrastrar por el nuevo tonti-loco.— Ochocientos reales en una prendería del Rastro! esclamaba quitando el polvo á un lienzo todo roído de ratones; mira, mira qué alhaja! un retrato de Carlos IV, original de
Página 50 - y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó aquí, sino que todavía me espetaron un cuarteto con obligado de flauta, que puso en vergonzosa fuga
Página 50 - de nogal pintado; un comedero de palomas en que había transformado la caja de un estuche inglés, y otras preciosidades por el mismo estilo. Ya cansado de examinar tan estraño conservatorio,
Página 50 - y sin mirar siquiera la hora que apuntaba, dije que era tardísimo para mis quehaceres. Despedime; de un salto me puse en la calle, y de otros dos en casa