Liceo Mexicano, Volumen2J. M. Lara., 1844 |
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... llegó å tener por energú- menos ; mas hoy el ventriloquismo se considera solamente como uno de los recursos de los ju- glares . dar , que gradua la intensidad de la voz é im- pide que el aire salga por las fosas nasales : de manera que ...
... llegó å tener por energú- menos ; mas hoy el ventriloquismo se considera solamente como uno de los recursos de los ju- glares . dar , que gradua la intensidad de la voz é im- pide que el aire salga por las fosas nasales : de manera que ...
Página 10
... llegó de virey D. Francisco de Toledo , hijo segundo de la casa del conde de Oropesa , y hombre , co- mo dicen los historiadores , de piedad y reli- gion , que cada ocho dias recibia el Sacramen- to Eucarístico . Este virey fué ...
... llegó de virey D. Francisco de Toledo , hijo segundo de la casa del conde de Oropesa , y hombre , co- mo dicen los historiadores , de piedad y reli- gion , que cada ocho dias recibia el Sacramen- to Eucarístico . Este virey fué ...
Página 11
... llegó al Perú el príncipe , se le nombró un fiscal que le hiciese cargos , y se determinò juzgarle en efecto , se le instruyó sumaria y en ella se le echaba en cara su re- belion , los robos y asesinatos que se suponia haber cometido y ...
... llegó al Perú el príncipe , se le nombró un fiscal que le hiciese cargos , y se determinò juzgarle en efecto , se le instruyó sumaria y en ella se le echaba en cara su re- belion , los robos y asesinatos que se suponia haber cometido y ...
Página 13
ya + ria del despacho , como lo aguardaba . Llegó 10- en efecto á la corte , y una de sus primeras di- beligencias fué acercarse á Felipe II , gozoso de te la recompensa que se prometia ; pero le suce- dió muy al contrario , porque el ...
ya + ria del despacho , como lo aguardaba . Llegó 10- en efecto á la corte , y una de sus primeras di- beligencias fué acercarse á Felipe II , gozoso de te la recompensa que se prometia ; pero le suce- dió muy al contrario , porque el ...
Página 17
... llegó á Roma un ingles opulento , Tomas Hope , el cual fué conducido por su Ciceroni al obrador de Thorwaldsen para ver la estatua de que tanto se hablaba . Hope la encontró ad- mirable , y preguntó cuánto importaria hacerla de mármol ...
... llegó á Roma un ingles opulento , Tomas Hope , el cual fué conducido por su Ciceroni al obrador de Thorwaldsen para ver la estatua de que tanto se hablaba . Hope la encontró ad- mirable , y preguntó cuánto importaria hacerla de mármol ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 290 - sido vuestra física, poeta celebérrimo, entre las Musas de este mar Atlántico tan alta, que la tísica del amador misérrimo ha vuelto su lamento en dulce cántico; y de aquel Nigromántico, de tantos necios ídolo, que con un yelo cálido el rostro vuelve pálido, ya condena su efecto por tan frivolo,
Página 50 - haciendo grandes, gestos y contorsiones, y marcando el compás sobre los pedales con los tacones de las botas. Acabaron con el duo y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó
Página 340 - grandes y vivaces ojos, faz entre blanca y morena. Sobre su desnuda espalda y su seno de doncella vagaba suelta y sin orden la su negra cabellera. Graciosos eran sus labios, su frente elevada y tersa; y en su mirar
Página 340 - plumas y conchas y azules piedras:— De piedras los brazaletes, y de piedras las pulseras; y con el viento ondeaban, dos plumas en su cabeza. —Esta beldad merecía vivir en rica opulencia, que verla tan infelice daba compasión y pena. Mas la fortuna traidora prodiga al necio riquezas, y al mérito lo sepulta en abandono y miseria. Atónitos los sayones la ven
Página 50 - no reparé en un conocido que se me puso delante, hasta que enlazándome el brazo con aire satisfecho. „Ven, estudiante, me dijo, ven á mi casa y verás qué ganga he logrado anoche: ya sabes que soy aficionado
Página 50 - menoscabarle un olvido tan natural como lo fue el del arquitecto que dejó sin escalera la casa de correos. Dióle consuelo la comparación, y luego siguió enseñándome una mesa de caoba á la cual había puesto un
Página 50 - me dejé arrastrar por el nuevo tonti-loco.— Ochocientos reales en una prendería del Rastro! esclamaba quitando el polvo á un lienzo todo roído de ratones; mira, mira qué alhaja! un retrato de Carlos IV, original de
Página 50 - y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó aquí, sino que todavía me espetaron un cuarteto con obligado de flauta, que puso en vergonzosa fuga
Página 50 - de nogal pintado; un comedero de palomas en que había transformado la caja de un estuche inglés, y otras preciosidades por el mismo estilo. Ya cansado de examinar tan estraño conservatorio,
Página 50 - y sin mirar siquiera la hora que apuntaba, dije que era tardísimo para mis quehaceres. Despedime; de un salto me puse en la calle, y de otros dos en casa