Liceo Mexicano, Volumen2J. M. Lara., 1844 |
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... poco de ejercicio imitar bastante bien todos los sonidos de los ventri- locuos : para producir perfectamente todas las ilusiones que constituyen el arte del ventrilo- quismo , solo me ha faltado un poco mas de ejercicio , y sobre todo ...
... poco de ejercicio imitar bastante bien todos los sonidos de los ventri- locuos : para producir perfectamente todas las ilusiones que constituyen el arte del ventrilo- quismo , solo me ha faltado un poco mas de ejercicio , y sobre todo ...
Página 12
... poco à su desgracia , sin que quedase de ellos un solo resto . Sus ver- dugos corrieron tambien una suerte semejante . Toledo , concluido el periodo de su adminis- tracion , marchó á España con esperanza de obtener un ministerio en ...
... poco à su desgracia , sin que quedase de ellos un solo resto . Sus ver- dugos corrieron tambien una suerte semejante . Toledo , concluido el periodo de su adminis- tracion , marchó á España con esperanza de obtener un ministerio en ...
Página 13
... poco á acercarse y hallándolos dormidos , ahullando y ladrando á manera de perros , imi- tando el graznido y el silvido de las aves y con otras señales semejantes que no los descubrie- sen , llamaron á sus compañeros , que reuniên- dose ...
... poco á acercarse y hallándolos dormidos , ahullando y ladrando á manera de perros , imi- tando el graznido y el silvido de las aves y con otras señales semejantes que no los descubrie- sen , llamaron á sus compañeros , que reuniên- dose ...
Página 17
... poco tiempo su padre que no deseaba mas que sus auxilios , pensó en hacerle dejar los estudios ; mas Thorwaldsen supo corres- ponder à las esperanzas del autor de sus dias sin abandonar su arte . A los veinte años de su edad no se ...
... poco tiempo su padre que no deseaba mas que sus auxilios , pensó en hacerle dejar los estudios ; mas Thorwaldsen supo corres- ponder à las esperanzas del autor de sus dias sin abandonar su arte . A los veinte años de su edad no se ...
Página 27
... poco juiciosa , pero otras la corrije con mucha felicidad . Homero conservará siempre el primer lugar , pero Virgilio sin elevarse á la misma altura , tendrá la gloria de haber dado mas de una vez buen juicio à su maestro , y la Eneida ...
... poco juiciosa , pero otras la corrije con mucha felicidad . Homero conservará siempre el primer lugar , pero Virgilio sin elevarse á la misma altura , tendrá la gloria de haber dado mas de una vez buen juicio à su maestro , y la Eneida ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 290 - sido vuestra física, poeta celebérrimo, entre las Musas de este mar Atlántico tan alta, que la tísica del amador misérrimo ha vuelto su lamento en dulce cántico; y de aquel Nigromántico, de tantos necios ídolo, que con un yelo cálido el rostro vuelve pálido, ya condena su efecto por tan frivolo,
Página 50 - haciendo grandes, gestos y contorsiones, y marcando el compás sobre los pedales con los tacones de las botas. Acabaron con el duo y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó
Página 340 - grandes y vivaces ojos, faz entre blanca y morena. Sobre su desnuda espalda y su seno de doncella vagaba suelta y sin orden la su negra cabellera. Graciosos eran sus labios, su frente elevada y tersa; y en su mirar
Página 340 - plumas y conchas y azules piedras:— De piedras los brazaletes, y de piedras las pulseras; y con el viento ondeaban, dos plumas en su cabeza. —Esta beldad merecía vivir en rica opulencia, que verla tan infelice daba compasión y pena. Mas la fortuna traidora prodiga al necio riquezas, y al mérito lo sepulta en abandono y miseria. Atónitos los sayones la ven
Página 50 - no reparé en un conocido que se me puso delante, hasta que enlazándome el brazo con aire satisfecho. „Ven, estudiante, me dijo, ven á mi casa y verás qué ganga he logrado anoche: ya sabes que soy aficionado
Página 50 - menoscabarle un olvido tan natural como lo fue el del arquitecto que dejó sin escalera la casa de correos. Dióle consuelo la comparación, y luego siguió enseñándome una mesa de caoba á la cual había puesto un
Página 50 - me dejé arrastrar por el nuevo tonti-loco.— Ochocientos reales en una prendería del Rastro! esclamaba quitando el polvo á un lienzo todo roído de ratones; mira, mira qué alhaja! un retrato de Carlos IV, original de
Página 50 - y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó aquí, sino que todavía me espetaron un cuarteto con obligado de flauta, que puso en vergonzosa fuga
Página 50 - de nogal pintado; un comedero de palomas en que había transformado la caja de un estuche inglés, y otras preciosidades por el mismo estilo. Ya cansado de examinar tan estraño conservatorio,
Página 50 - y sin mirar siquiera la hora que apuntaba, dije que era tardísimo para mis quehaceres. Despedime; de un salto me puse en la calle, y de otros dos en casa