Liceo Mexicano, Volumen2J. M. Lara., 1844 |
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... tambien fueron reducidos á prision todos los que fuesen mayo- res de veinte años , y encausados y puestos á tormento . Cuéntase que una india despues de haber exhortado á su hijo á resistir al tormento y de prohibirle que de ningun modo ...
... tambien fueron reducidos á prision todos los que fuesen mayo- res de veinte años , y encausados y puestos á tormento . Cuéntase que una india despues de haber exhortado á su hijo á resistir al tormento y de prohibirle que de ningun modo ...
Página 12
... tambien una suerte semejante . Toledo , concluido el periodo de su adminis- tracion , marchó á España con esperanza de obtener un ministerio en recompensa de sus distinguidos servicios , y aun habia prometido á algunos atenderlos ...
... tambien una suerte semejante . Toledo , concluido el periodo de su adminis- tracion , marchó á España con esperanza de obtener un ministerio en recompensa de sus distinguidos servicios , y aun habia prometido á algunos atenderlos ...
Página 19
... tambien doblé mi frente Sobre el polvo funeral ; Y tambien mis oraciones Subieron al cielo inmenso , Como sube el blanco incienso Que se ofrece en el altar .... III . Mas otro objeto miro que mi atencion reclama Contemplo ya de su alma ...
... tambien doblé mi frente Sobre el polvo funeral ; Y tambien mis oraciones Subieron al cielo inmenso , Como sube el blanco incienso Que se ofrece en el altar .... III . Mas otro objeto miro que mi atencion reclama Contemplo ya de su alma ...
Página 21
... tambien dentro del pecho Palpita ya tranquilo y sosegado , Como el de un niño , cuando duerme al lado Del maternal amor ; Y alzo mis ojos y á la luna veo Que por oriente su semblante asoma , Entre el incienso que le da el aroma De la ...
... tambien dentro del pecho Palpita ya tranquilo y sosegado , Como el de un niño , cuando duerme al lado Del maternal amor ; Y alzo mis ojos y á la luna veo Que por oriente su semblante asoma , Entre el incienso que le da el aroma De la ...
Página 28
... tambien por sus valientes rasgos , por su pre- cision , por su elegancia y por su estilo : traba- ja con calor y con cierto entusiasmo que pro- cede de la pasion de adquirir celebridad ; pe- ro se conoce que se fatiga , y uno quisiera ...
... tambien por sus valientes rasgos , por su pre- cision , por su elegancia y por su estilo : traba- ja con calor y con cierto entusiasmo que pro- cede de la pasion de adquirir celebridad ; pe- ro se conoce que se fatiga , y uno quisiera ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 290 - sido vuestra física, poeta celebérrimo, entre las Musas de este mar Atlántico tan alta, que la tísica del amador misérrimo ha vuelto su lamento en dulce cántico; y de aquel Nigromántico, de tantos necios ídolo, que con un yelo cálido el rostro vuelve pálido, ya condena su efecto por tan frivolo,
Página 50 - haciendo grandes, gestos y contorsiones, y marcando el compás sobre los pedales con los tacones de las botas. Acabaron con el duo y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó
Página 340 - grandes y vivaces ojos, faz entre blanca y morena. Sobre su desnuda espalda y su seno de doncella vagaba suelta y sin orden la su negra cabellera. Graciosos eran sus labios, su frente elevada y tersa; y en su mirar
Página 340 - plumas y conchas y azules piedras:— De piedras los brazaletes, y de piedras las pulseras; y con el viento ondeaban, dos plumas en su cabeza. —Esta beldad merecía vivir en rica opulencia, que verla tan infelice daba compasión y pena. Mas la fortuna traidora prodiga al necio riquezas, y al mérito lo sepulta en abandono y miseria. Atónitos los sayones la ven
Página 50 - no reparé en un conocido que se me puso delante, hasta que enlazándome el brazo con aire satisfecho. „Ven, estudiante, me dijo, ven á mi casa y verás qué ganga he logrado anoche: ya sabes que soy aficionado
Página 50 - menoscabarle un olvido tan natural como lo fue el del arquitecto que dejó sin escalera la casa de correos. Dióle consuelo la comparación, y luego siguió enseñándome una mesa de caoba á la cual había puesto un
Página 50 - me dejé arrastrar por el nuevo tonti-loco.— Ochocientos reales en una prendería del Rastro! esclamaba quitando el polvo á un lienzo todo roído de ratones; mira, mira qué alhaja! un retrato de Carlos IV, original de
Página 50 - y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó aquí, sino que todavía me espetaron un cuarteto con obligado de flauta, que puso en vergonzosa fuga
Página 50 - de nogal pintado; un comedero de palomas en que había transformado la caja de un estuche inglés, y otras preciosidades por el mismo estilo. Ya cansado de examinar tan estraño conservatorio,
Página 50 - y sin mirar siquiera la hora que apuntaba, dije que era tardísimo para mis quehaceres. Despedime; de un salto me puse en la calle, y de otros dos en casa