Liceo Mexicano, Volumen2J. M. Lara., 1844 |
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... tenia el princi- pal culto . Pasados pocos dias , en un sacrificio se dejó oir de en medio de las llamas , una voz que comunicaba el fin pronto y prematuro que los restos de la dinastía real habian de tener . En seguida el historiador ...
... tenia el princi- pal culto . Pasados pocos dias , en un sacrificio se dejó oir de en medio de las llamas , una voz que comunicaba el fin pronto y prematuro que los restos de la dinastía real habian de tener . En seguida el historiador ...
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... tenia por centro á la tierra.- Para esplicar la inclinacion de las órbitas de los planetas , supuso que los epíciclos y círcu- los deferentes , estaban en planos diversos del de la ecliptica , y cada nueva dificultad la resol- via ...
... tenia por centro á la tierra.- Para esplicar la inclinacion de las órbitas de los planetas , supuso que los epíciclos y círcu- los deferentes , estaban en planos diversos del de la ecliptica , y cada nueva dificultad la resol- via ...
Página 23
... tenia razon , y que es- to de las ilusiones del amor es cosa muy bonita . ¡ Pluguiera al cielo que hubiese una tienda en que las pusiesen de venta ! ¡ Qué buen parro- quiano habia yo de ser ! Las siete . Se acerca el momento de dicha ...
... tenia razon , y que es- to de las ilusiones del amor es cosa muy bonita . ¡ Pluguiera al cielo que hubiese una tienda en que las pusiesen de venta ! ¡ Qué buen parro- quiano habia yo de ser ! Las siete . Se acerca el momento de dicha ...
Página 26
... tenia sus eclipses , y su de- licado gusto algunos momentos de rusticidad , amigos de las fábulas , las admitieron sin nin- gun discernimiento , las declamaciones no son raras entre ellos , y no hay ninguna escusa pa- ra ciertas ...
... tenia sus eclipses , y su de- licado gusto algunos momentos de rusticidad , amigos de las fábulas , las admitieron sin nin- gun discernimiento , las declamaciones no son raras entre ellos , y no hay ninguna escusa pa- ra ciertas ...
Página 27
... tenia un bello ingenio , que Platon no dejó de conocer : frecuentemente elevó el tono y el fin de la comedia , y no carecia de buenas intenciones politicas ; encuéntran- se en sus obras coros admirablemente poéticos , pinturas ...
... tenia un bello ingenio , que Platon no dejó de conocer : frecuentemente elevó el tono y el fin de la comedia , y no carecia de buenas intenciones politicas ; encuéntran- se en sus obras coros admirablemente poéticos , pinturas ...
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 290 - sido vuestra física, poeta celebérrimo, entre las Musas de este mar Atlántico tan alta, que la tísica del amador misérrimo ha vuelto su lamento en dulce cántico; y de aquel Nigromántico, de tantos necios ídolo, que con un yelo cálido el rostro vuelve pálido, ya condena su efecto por tan frivolo,
Página 50 - haciendo grandes, gestos y contorsiones, y marcando el compás sobre los pedales con los tacones de las botas. Acabaron con el duo y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó
Página 340 - grandes y vivaces ojos, faz entre blanca y morena. Sobre su desnuda espalda y su seno de doncella vagaba suelta y sin orden la su negra cabellera. Graciosos eran sus labios, su frente elevada y tersa; y en su mirar
Página 340 - plumas y conchas y azules piedras:— De piedras los brazaletes, y de piedras las pulseras; y con el viento ondeaban, dos plumas en su cabeza. —Esta beldad merecía vivir en rica opulencia, que verla tan infelice daba compasión y pena. Mas la fortuna traidora prodiga al necio riquezas, y al mérito lo sepulta en abandono y miseria. Atónitos los sayones la ven
Página 50 - no reparé en un conocido que se me puso delante, hasta que enlazándome el brazo con aire satisfecho. „Ven, estudiante, me dijo, ven á mi casa y verás qué ganga he logrado anoche: ya sabes que soy aficionado
Página 50 - menoscabarle un olvido tan natural como lo fue el del arquitecto que dejó sin escalera la casa de correos. Dióle consuelo la comparación, y luego siguió enseñándome una mesa de caoba á la cual había puesto un
Página 50 - me dejé arrastrar por el nuevo tonti-loco.— Ochocientos reales en una prendería del Rastro! esclamaba quitando el polvo á un lienzo todo roído de ratones; mira, mira qué alhaja! un retrato de Carlos IV, original de
Página 50 - y con nuestra paciencia, y yo me di á desearles el trágico fin del veneciano Fallero. Pues no quedó aquí, sino que todavía me espetaron un cuarteto con obligado de flauta, que puso en vergonzosa fuga
Página 50 - de nogal pintado; un comedero de palomas en que había transformado la caja de un estuche inglés, y otras preciosidades por el mismo estilo. Ya cansado de examinar tan estraño conservatorio,
Página 50 - y sin mirar siquiera la hora que apuntaba, dije que era tardísimo para mis quehaceres. Despedime; de un salto me puse en la calle, y de otros dos en casa