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40 varas de largo, y bajámos al plan más hondo donde vimos la veta que tiene nueve varas de largo con media vara de cuerpo, todo de metal común. Tiene de profundo esta mina doce varas y será el metal de á cinco onzas. Hoy tiene 24 indios y ha menester cuarenta.... Está poco más de media legua de este Real....

Y luego llegámos á la mina llanada de Nuestra-Señora, cerca de Ja anterior, que es dueño de ella Melchor Bernardo Castrellón y Francisco de Andrade, donde estaba un tiro en la boca de la mina, y por estar ésta llena de agua no entramos. El minero nos dijo que estaba en un desagüe para comunicar con el pozo y que va en prosecución de muy buenos metales que se descubrieron en el dicho pozo. Tiene esta mina diez indios....

En el dicho Real de las Lajas, en el sitio que llaman de San-José que es del Capitán Ambrosio de Morales y Martín de Molina, en el dicho día llegámos á la mina, donde el minero Jacinto de Torres nos dijo que de presente no se labra por ciertas diferencias que tienen los dueños. Es una mina considerable; entrámos á un plan donde iba la veta algo deshecha, del cuerpo de una tercia, con alguna pinta. Tiene este plan cuatro varas y corre al norte, y en otro pozo más profundo lleva una tercia de metales de segunda suerte con listones considerables. Y en otro socavón que lleva en la testera un palmo de metales pacos.... Tiene poca agua que sacan cuatro indios de día y de noche, y ha menester cuarenta....

El mismo día, en prosecución de la visita de las minas, llegámos á la mina de Nuestra-Señora de Chiquinquirá, que es dueño de ella el Capitán Juan Pérez de Arce, Juan López de Ávila y Francisco López, y el minero Juan Pérez de Arce. Habiendo entrado con éste por un socavón que tiene 80 varas de largo, pasámos por otros dos que se comienzan á dar para la buena labor de la dicha mina; y llegámos donde se estaba sacando metal, en un pozo de cuatro varas de`plan, con la veta en la mano de tres cuartas de cuerpo, y la cuarta y media de buen metal de la muestra que va, que es metal uno con otro de á dos marcos poco más ó menos. Y asimismo entrámos en otro socavón que será de ochenta varas y llegámos á una testera, habiendo bajado dos pozos, que cada uno será de tres estados, y en el plan del más profundo lleva una cuarta de veta con alguna punta, y que por ser de tanta ley es considerable. Tiene esta mina otras labores de seguir; es necesario limpiarlas para poderlo hacer y sacar de ella mucho provecho. Ha menester 60 indios; hoy tiene 38 con muy buena comodidad de ranchería, y cerca de este real un cuarto de legua, donde tienen sus rozas y legumbres. Tiene de herramientas 50 piquetas, diez porretas, dos cuñas, una porra, hachas, azuelas, escoplos, siguiñuelas, y ahora se comienza á sacar metal y es muy rico. Con que se acabó la visita.

En el dicho día pasámos á la mina de San-Pedro, que es dueño de ella Juan de Rojas y Francisco Durán. Estaban dando un desagüe, por cuya razón no se labraba en ella, y estaba llena de agua. Es mina considerable por ser de mucha ley. Tiene veinte indios y si tuviera harta gente estuviera comunicada; habrá menester treinta; están en buen puesto y cerca del real ocho cuadras....

En el dicho día llegámos á la mina que llaman Estacas de SanJuan, encima del ingenio del Capitán Juan Pérez de Arce, que es dueño de ella y D. Agustín de Góngora. El minero Juan López nos dijo que debe de haber ocho días que los indios de esta mina no acuden á ella, y por esta causa no se puede labrar, por estar llena de agua.... Conforme lo que se ve de la mina de San-Juan, promete riqueza. Tiene 17 indios y necesita de 40....

En el dicho día doce de Abril llegámos á la mina que llaman de San-Juan, que es dueño de ella Gabriel Matoral, Juan Martín Román y otros. Entrámos á ver la mina por un socavón que tiene 50 varas y bajámos al plan principal, que tiene de largo ocho varas. Lleva de cuerpo la veta una tercia y en partes media vara. Va blanca y lleva un listón de metal. Tiene de profundidad seis estados y en ese otro plan lleva otra cuarta veta también blanca. Es mina laborable y de mucha ley, y aun hoy va de esta manera. Se espera volverá como estos días pasados que se sacaba muy rico metal y tiene mucho que dar y otras labores altas. Necesita de sesenta piezas; hoy no tiene más de

nueve....

Luégo este dicho día visitámos otra mina de Juan Gaitán, muy cerca de la mina pasada, que llaman de San-Andrés; es mina vieja que se ha sacado de ella mucho. No tiene más de cinco indios y se saca con ellos algunos metalillos por lo alto, y así no entrámos en ella. Se puede seguir y darle 24 indios....

Además de las dichas minas están otras despobladas por falta de gente, que son la mina de San-Francisco, que es del Capitán Cristóbal López de Ávila, por bajo de su casa. Otra que llaman de la Acequia, del dicho Capitán Ávila, y por bajo de ella otra de Lucas Caballero, llamada también San-Francisco, muy buena mina, que se le puede dar desagüe. Y otras llaman de San-Felipe y Santa-Lucía, de Juan de Rojas y Capitán Ambrosio de Morales, que todas éstas si se labraran fueran muy útiles al servicio de Sa Majestad y bien común, que no se labran por falta de gente.

Gonzalo de Murillo Velarde.—Antonio González.

Visita de los ingenios del Real de las Lajas.

Los ingenios visitados fueron los siguientes:

El ingenio de Lucas Caballero, con diez indios.

El ingenio del Capitán Cristóbal López de Ávila, con quince indios.
El ingenio de Miguel Rato, con diez y siete indios.

El ingenio de Juan Pérez de Arce, con once indios.
El ingenio de Melchor Bernardo Castrellón, con diez indios.
Y el ingenio de Juan Gaitán, cerrado por falta de indios.

G.-PETICIÓN DEL CAPITÁN FRANCISCO FERNÁNDEZ DE PALENCIA AL GOBERNADOR Y CAPITÁN GENERAL DEL NUEVO REINO DE GRANADA.

El Capitán Francisco Fernández de Palencia, vecino de Santafé, digo que habiendo tenido noticia de que en los páramos de Quindío y otros sitios remotos, desiertos y despoblados había vetas y minerales de plata, oro y cobre de consideración, y yo por servir á Su Majestad y aumentar sus rentas reales y estas Repúblicas, y también por merecer las honras y mercedes que Su Majestad hace á los que descubren y pueblan tierras nuevas y ricas, y juntamente buscar mi útil y aprovechamiento, salí desta ciudad por el mes de Noviembre del año pasado de 1632, y entré en los páramos y cordillera tres veces, llevando conmigo algunos españoles y esclavos é indios. Y habiendo trabajado más de cuatro meses continuos, con mucha costa de mi hacienda, porque á todos los que entraron conmigo los sustenté y avié de cabalgaduras, y de todo lo demás que hubieron menester en el discurso del viaje; y llevé herramientas, armas y municiones y lo necesario para entrar á semejantes descubrimientos, y di muy largos premios y paga á los indios por que me guiasen y ayudasen á lo susodicho, en que gasté mucha suma de dinero, sin que otra ninguna persona gastase un real en este descubrimiento.... Y puse en manifiesto riesgo mi vida así por la aspereza y soledad de los puestos por donde anduve, como por haber sospechas de que había por aquellas tierras algunos indios pijaos rebeldes retirados. Y fué Nuestro Señor servido de que descubriese vetas de plata muy ricas, con cuyos metales salí á la ciudad de Ibagué, á donde los ensayé y hice ensayar, y se reconoció la riqueza y sustancia de las dichas minas, y luégo las registré ante el Alcalde ordinario de la dicha ciudad de Ibagué, y di estacas y pedí y se me concedió un

año de término para escoger una mina principal y otra salteada y ponerlas en labor, como consta del registro que presento ante Vueseñoría con la solemnidad necesaria. Y hecha esta diligencia vine á dar á esta ciudad como di cuenta á Vuestra Señoría deste descubrimiento, y traje algunas piedras del metal de las dichas minas, que ensayado por personas peritas aun descubrieron mayor riqueza, pues del haz de la tierra rinden á más de dos marcos de plata por quintal.... Y porque estoy resuelto de volver á las dichas minas y poblarlas, y descubrir otras más ricas que tengo por cierto que hay en aquel contorno, y de gastar en esto toda mi hacienda, que es cuantiosa, á Vuestra Señoría pido y su- plico se sirva de confirmarme el dicho registro.... y concederme por ahora las mercedes siguientes....

Otrosí. En la vía y forma que más haya lugar de derecho y me convenga registro ante Vuestra Señoría las aguas de la quebrada que llaman de Toche desde su nacimiento hasta donde entra en el río de San-Juan, con los asientos de ingenios de moler y beneficiar metales que hubiere en la dicha distancia.

A Vuestra Señoría pido y suplico etc.

Francisco Fernández de Palencia.

H.-INFORME DE D. ALONSO RUIZ DE SAAJOSA
SOBRE LAS MINAS DE IBAGUÉ.

El Capitán Alonso Ruiz de Saajosa, vecino de la ciudad de Iba gué, Regidor perpetuo de ella y Procurador general, y en virtud de la instrucción que tengo y que presento, parezco ante Vuestra Señoría y digo que como es público y notorio, en las comarcas y jurisdicción que comprende, hay muy ricos minerales de plata en distintas partes, como son en el cerro de Nataima, cordillera alta y fría que en distancia de cinco leguas que corre á la ciudad de Ibagué tiene descubiertas por su persona muchas vetas de plata abundosas de metales, y que no harán agua como las de las Lajas; y si la hicieren por ser mucha la altura que el cerro tiene, tendrán grandes desaguaderos y las labores serán muy permanentes. En el pie de este cerro y desaguaderos de é se han hallado muchos pedazos de plata, y uno que tuvo cuatro marcos que llevó á Castilla el señor Presidente doctor Antonio González, el cual en su tiempo mandó al Capitán Francisco López Malhoso que se trajo el dicho pedazo de plata, buscase las vetas del dicho cerro, por tener al pie de él una encomienda de indios, y aun cuando las buscó con mucha inteligencia no las halló, hasta que, como dicho tiene, pue

de haber un año, poco más ó menos, que él subió al dicho cerro con cantidad de indios y negros, y por la grande experiencia que tiene de los dichos minerales descubrió las dichas vetas, que hay tantas, que cuando todos los vecinos de este Reino quisieran labrar minas hay para todos ellos. En algunas de ellas tuvo á Cristóbal de Valderrama ahondando tres ó cuatro minas, y á un estado de hecha la experiencia de los metales, han tenido de ley á marco y á diez onzas, y los que menos á seis, que promete ahondadas tendrán mucha más ley que las de las Lajas, y es mucho mayor riqueza, porque esta plata de ellas tiene más de cinco quilates de oro, como se verá por la experiencia que podrá hacerse por ensaye.

Estas vetas corren de esotra banda de la ciudad de Ibagué y allí hacen oro donde hay dos ingenios hechos para moler metales, que uno hice yo y el otro hizo el Capitán Felipe López Barragán. Yo desamparé el mío por falta de gente, y estando ausente el dicho Capitán Barragán, desamparó el suyo él mismo por falta de bastimentos, y los dichos ingenios están en pie y desproveídos. (1)

En el río Coello, á una legua de la ciudad de Ibagué, se saca mucha granalla de plata, y no se ha hallado su origen y fundamento porque no se ha buscado. (2)

En la Provincia de Cacataima y cerro de Tuamo y en el de Mola

(1) José Gutiérrez Moreno, minero del Sapo, escribía al señor D'Elhúyar, en Septiembre de 1795, lo siguiente:

"Acuérdese Vuesamerced de la mina de Nataima y si gusta pudiera ir á destaparla y mandar metales á ésa, pues le tengo dicho que hay muchas minas de plata y una de oro de veta, puede ser no hubiera una cosa considerable....... De las tierras de la lumbrera dió en el ensaye cuatro y media onzas por fun. dición."

(2) D. José Galindo escribía en 1801 á D. Jorge Tadeo Lozano: "En el distrito del Chaparral, de donde soy vecino, se halla una mina de plata cuya situación no se sabe á punto fijo, pero se presume sea á las márgenes del río Blanco ó del Amichú (Anamichú), por hallarse puntas de este metal en las corrientes del río Saldaña hasta la embocadura del primero, y de ahí para arriba no se encuentran."

Justamente, en la región bañada por los ríos Blanco y Anamichú, descubrió Salvador Aguiar, al fin de la guerra de la Independencia, un filón de plata nativa. Habiendo cometido este hombre el delito de asesinato en el Chapa. rral se huyó al Cauca, mas, deseoso de regresar á su hogar, volvió de allí después de algunos años de ausencia, por la montaña de Barragán, abriendo camino por entre el monte con su machete. Antes de llegar al río Saldaña vió á orillas de una quebrada una punta de metal que salía de la tierra: cortó con su machete un pedazo como de tres libras de peso, que resultó ser de plata, Perseguido por la justicia, Aguiar murió poco tiempo después, antes de tener ocasión de volver al punto donde había hallado la plata, que muchos de los vecinos del Chaparral tuvieron en sus manos.

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