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produjo en una barredura que se hizo en dos meses, 142 libras de oro, con gasto de 1,600 pesos, dejando una utilidad neta de 30,900 pesos. Bueno será apuntar aquí algunos datos sobre la riqueza de los ríos Porce y Nechí, que tomamos de un informe de Mr. White:

"En el Nechí, dice, un poco abajo de las Dos-Bocas, las gentes del país, en época ya antigua, hicieron exploraciones que produgeron excelentes resultados. En Pato se demostró que el río contiene oro en la proporción de una libra por yarda cuadrada.

"En Zaragoza, cuando está bajo el río, zabullen y lavan las arenas superiores; sacan por término medio cuarenta centavos de peso por bateada de 20 libras, que corresponden á un tenor de 40 pesos por yarda cúbica.

"Arriba de las Dos-Bocas se emplearon zabullidores hace algunos años y se extrajeron hasta dos libras de oro de una batea de arena. "En la explotación del Charcón se obtiene más de una libra de oro por yarda cuadrada.”

Mr. White cita igualmente las minas del Porce que mencionámos arriba (Guayabal, etc.) y otras, como puntos en que el lecho del río no ha dado menos de una libra de oro por yarda cuadrada.

M. Laur dice en un informe, hablando del Nare y del Nus: "Existe allí una fuente inmensa de riquezas para los que quieran establecer una explotación conveniente, principalmente en aquellos puntos donde se pueda bajar el nivel del agua, sea destruyendo los obstáculos naturales, sea abriendo un canal de derivación."

En los métodos de explotación se introducían poco á poco algunas mejoras y se establecía mayor orden en los trabajos de galerías, pozos, etc. Empezáronse á tender rieles en los establecimientos para el trasporte de los minerales á los molinos. Con el mismo fin se pusieron cables de alambre para evitar los rodeos que obligaban á dar las quiebras y precipicios.

El doctor Recaredo de Villa celebró en 1874, con el conocido ingeniero D. Francisco Javier Cisneros, el contrato para la construcción del ferrocarril de Puerto-Berrío á Barbosa. Es ésta una obra redentora, llamada más que ninguna otra á remover los obstáculos que oponen las ramificaciones de los Andes al rápido progreso de la industria minera en Antioquia. Cuando esté terminada, podrán introducirse pisones como los que se usan en California, que alcancen á pulverizar dos y media toneladas de mineral por día, (1) máquinas pesadas, pujantes trituradores; á la vez que será posible exportar algunos minerales que convenga beneficiar en el extranjero.

(1) Los que se usan en Antioquía sólo tienen unas cinco arrobas de peso, y se calcula que apenas alcanzan á moler de tres cuartos á una tonelada de mineral por día.

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En los últimos años se han empleado con buen suceso las máquinas hidráulicas de California (monitores) para el laboreo de los aluviones altos, llamados de aventadero. Las primeras fueron llevadas á Sonsón por dos franceses, los hermanos Gouzy.

Pero ninguna empresa nos parece tan simpática como la de explotar las arenas auríferas de los ríos por medio de dragas. Una Compañía francesa llevó al Nechí una draga, bombas hidráulicas, y un pequeño vapor. Gastó 765,000 francos sin obtener el éxito favorable que espe raba. Esta vendió en 1883 el material que tenía á la Compañía francesa de las minas de oro del Nechi y de sus afluentes, sociedad anó nima constituída en París con 1.000,000 de francos de capital. Desgraciadamente la draga resultó demasiado pesada y poco á propósito para resistir á la corriente del río. Sólo sirvió para extraer unas pocas toneladas de arenas y cerciorarse de que contenían oro.

En Enero de 1887 vino al Nechí Mr. Franklin White, por cuenta de la Compañía, conduciendo una draga del sistema Priestman. Pasó algunos meses en el río haciendo ensayos, sin dejarse vencer por las dificultades que le presentaba la crecida muy frecuente de las aguas. Poniendo la draga al abrigo de una fuerte estacada pudo abrir algunos hoyos en el lecho del río y extraer oro aunque en reducida cantidad. (307 castellanos). La máquina funcionó bien, rompió con facilidad capas de conglomerados en las que se hallaban piedras muy pesadas, y troncos de árboles, que extrajeron las cucharas (godets) junto con una gran cantidad de cascajo, trabajando hasta una profundidad de once metros debajo del nivel del agua. Se suspendieron los ensayos, y el señor White regresó á París á informar á la Compañía del resultado de sus trabajos, y á procurar que se hicieran á la draga algunas reformas, para volver pronto á practicar nuevos ensayos.

Si las dragas llegan á perfeccionarse de tal manera que su empleo resulte eficaz, es incalculable el oro que producirán el Nechí, el Atrato, el San-Juan, el Telembí, el Cauca, el Nare, el Saldaña y otros muchos ríos de Colombia: aquello sería como el descubrimiento de una nueva California. (1)

(1) Leemos en la obra ya citada de Mr. Lock: "Dragas construídas por el modelo de las de puertos (harbour-dredges), y movidas por una rueda impul. sada por la corriente, se han usado por mucho tiempo y con muy buen éxito, con especialidad en la Nueva-Zelandia, donde una que ha estado sirviendo en el río Clutha, dió en el espacio de cinco años cuatro libras de oro por semana por cada cuatro hombres que trabajaban. Pero están expuestas hasta cierto punto á que las inmovilicen las crecientes, no pueden trabajar en los remansos (donde se encuentra gran cantidad de oro) y su capacidad efectiva es limitada."

Según los profesores Hagen, Raimond y Skidmore, "las dragas al vacío (vacuum-dredges) darán un buen resultado en el lecho de un río que tenga de

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En 1880 y 1881 se abrieron en Medellín dos nuevos laboratorios químicos, dirigido el uno por el señor Jenaro Gutiérrez y el otro por los inteligentes jóvenes Ospinas. En estas oficinas y en la de Restrepo y Escobar se ensayan los minerales de oro y plata con mucha exactitud.

En 1885 fundó el señor Pastor Restrepo, también en Medellín, una oficina de apartado del oro y de la plata, en la cual ha puesto en práctica con buen éxito el ingenioso método de la electrólisis.

Las exploraciones hechas en los últimos años en este Departamento han conducido al descubrimiento de nuevos y numerosos filones aurí feros, ensanchando así el campo en que se ejerce la industria de sus habitantes. En Manizales se explotan actualmente algunas ricas minas que dan buena utilidad á sus dueños. La mina de San-Rafael, en el distrito del Jardín, dió recientemente cincuenta y dos y media libras de oro en diez y ocho días. Los trabajos de la cortada del río Nus han facilitado el descubrimiento de filones de cuarzo aurífero en esa región.

Acerca de los minerales de la Vetilla, al norte de Amalfi, nos escribe el inteligente ingeniero D. Francisco de P. Muñoz: "Rica región me pareció la Vetilla. Sus numerosos filones son de cuarzo aurífero, desprovisto de piritas, al menos en la superficie conocida, y de la variedad que se divide en tablas, que casi siempre es rica en oro, que no se distingue á la simple vista, pero se extrae sin gran dificultad con molinos de pisones y con arrastres. Los filones se extienden por leguas enteras, visibles y muy bien formados, en medio de la pizarra micácea-roja, morada ó negra por la fuerza del metamorfismo. Por la abundancia de las aguas y su fácil caída, juzgo que no muy tarde, con empresarios que se resuelvan á emplear allí importantes capitales, será éste uno de los distritos metalíferos más prósperos del Departamento."

Dos cosas necesita Antioquia para que el progreso lento de la industria minera se torne en desenvolvimiento rápido de su riqueza: la primera que se lleve á buen fin la grande obra del ferrocarril en vía de ejecución; la segunda que se dé á los estudios del Colegio de Minas, abierto en Medellín en Enero de 1888, el desarrollo necesario para formar en él hábiles ingenieros que sean capaces de dirigir con inteligencia y acierto las diversas explotaciones.

6 á 10 pies de arenas auríferas sobre la peña (que contengan cerca de tres pesos de oro por yarda cúbica), y con agua suficiente para que floten el barco y su maquinaria; pero en ríos llenos de capas aluviales hasta una profundidad de veinte ó más pies, el fracaso será seguro, por razones demasiado claras para enumerarlas."

III.—ESTUDIO SOBRE EL ORO DE ANTIOQUIA. (1)

I

La ramificación de la cordillera de los Andes que penetra en el territorio antioqueño, subdividiéndose luégo en numerosos ramales, hace que este suelo sea quebrado y montuoso en sumo grado. Los terrenos primitivos que rompieron estas montañas en su levantamiento, y las enormes masas eruptivas que las componen, están atravesados en todas partes por filones auríferos. En los valles más ó menos estrechos, sinuosos y profundos, cruzados en todas direcciones por ríos, riachuelos y arroyos, descansan los depósitos aluviales de oro, bajo capas de arenas, arcillas, cascajo y conglomerados, cuyo espesor y disposición es muy variable; cuando no se halla el oro en las mismas arenas superficiales.

La constitución geológica de esta región interna, su difícil y lenta comunicación con los demás departamentos de la República y con el extranjero, sus terrenos de una feracidad en general muy escasa, todo obliga al pueblo antioqueño á ser esencialmente minero. Así es que la minería ha sido siempre, es y será por mucho tiempo su principal industria. El viajero que cruza el Departamento en todas direcciones encuentra por doquiera vestigios de trabajos antiguos de minas: el hombre ha atormentado allí sin descanso las entrañas de la tierra en busca del precioso metal, y hasta en las selvas más reinotas y desiertas ha dejado señales de su laborioso afán.

Hace más de tres siglos que se están explotando las minas de oro de Antioquia, cuyo producto desde la conquista podemos estimar en 250.000,000 de pesos. Sin embargo de esto, los ricos veneros abundan en su suelo y están lejos de agotarse, y hay grandes porciones de territorio desiertas y casi desconocidas, en particular al norte del Departamento.

Se puede calcular que las dos terceras partes del oro de Antioquia provienen de los depósitos de aluvión y de las arenas de numerosísimos ríos y arroyos. La otra tercera parte es el producto de los filones y venillas que se encuentran en el granito, la sienita, la diorita ó grunstein, los pórfidos sienítico y feldespático y las pizarras micácea (en Anorí), talcosa (en Abejorral) y arcillosa.

La ganga general del oro es el cuarzo (2) ya solo, ya asociado á (1) Este trabajo fué escrito con motivo de la Exhibición nacional del 20 de Julio de 1871. Lo reproducimos con algunas variaciones.

(2) Hace excepción á esta regla la mina de Quiuná, que tiene por ganga el carbonato de cal.

uno ó á varios de los sulfuros metálicos, entre los cuales figura la pirita de hierro, que es la más abundante, la blenda, la pirita de cobre y la pirita arsenical.

La galena y el molibdato de plomo entran con frecuencia en esas asociaciones, pero en pequeñas cantidades.

Los sulfuros de cobre, de antimonio, de bismuto y de plata sólo se encuentran accidentalmente, y en rarísimas ocasiones el sulfuro de molibdeno y la plata roja.

En algunos distritos suelen acompañar al cuarzo la dolomia (en Titiribí) y el carbonato de cal.

El cuarzo de los filones es más ó menos compacto, cariado ó celular. En algunos distritos (en Remedios y San-Pedro) parece que hubiera sido sometido á la acción plutónica, pues se le encuentra profunda. mente alterado, granuloso y friable hasta el punto de desgranarse con frecuencia entre los dedos.

El cuarzo tiene en ocasiones la forma tabular, caso en que el oro nativo se encuentra en la fractura de las tablas.

Los agentes atmosféricos han facilitado en gran parte el trabajo del hombre, descomponiendo y desagregando hasta una profundidad considerable el granito y el pórfido feldespático, y oxidando el azufre de las piritas que han pasado al estado de óxido de hierro.

II

Los filones son en general de dos clases con relación á la posición que ocupan los unos forman con el horizonte un ángulo de 45°, ó son más o menos verticales, y se les llama vetas de cajón; los otros, llamados vetas de manto, forman una capa horizontal que sigue las sinuosidades del terreno en que se encuentra. A la primera clase pertenecen la mayor parte de las minas del Departamento; á la segunda las del distrito de Remedios, y la del Zancudo, en Titiribí.

La anchura de los filones es muy variable: en general está comprendida entre 20 centímetros y dos metros.

Las pocas minas que se trabajan en el pórfido feldespático (RíoDulce, Nechí y Combia) son verdaderos stockwerks, ó sean numerosas venillas, pequeñas porciones de mineral que impregnan el terreno porfídico. Tales venillas, que pasan rara vez de una pulgada de grueso, no tienen por lo común sino algunos milímetros. En ellas el oro está frecuentemente acumulado en ciertas partes de las venillas formando bolsadas.

La riqueza de los filones de Antioquia es muy variable en un mismo filón y entre unos y otros, y generalmente se empobrecen al

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