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método empleado fué el de las esclusas (écluses de chasse). Este descubrimiento se debió á una feliz casualidad, y no se ensayó en otras minas. Los dichosos propietarios riñeron y las minas del Chocó perdieron una ocasión oportuna de entrar en la nueva éra en que entrarán ciertamente tarde ó temprano."

En el Informe sobre los ríos San-Juan, Sipi y Tamaná, publicado en inglés con fecha 25 de Julio de 1883, Mr. White describe así la formación geológica de los aluviones del Chocó:

"La cadena occidental de los Andes, en donde tienen su origen el río San-Juan y sus afluentes, es grandemente aurífera. Filones de cuarzo con oro de todas las épocas atraviesan las montañas y sus ramales con una profusión quizá sin igual en ninguna otra parte del mundo. Al fin del período cretáceo tuvo lugar un gran levantamiento del terreno, producido por las fuerzas volcánicas, cuya erupción está marcada por la gran cadena central de los Andes. No hay duda de que hubo depósitos submarinos que se levantaron á una altura de ocho y diez mil pies sobre el nivel del mar. Tan enormes perturbaciones tuvieron que ser acompañadas por la acción del agua en grande escala. Las aguas, retirándose de la región solevantada y los océanos contrapuestos chocando contra el creciente continente, asolaron las fracturadas rocas, y arrastraron sus detritus á la margen de la tierra y á las aguas tranquilas.

"Así se formaron los aluviones terciarios de la costa del Pacífico, y cuando consideramos que cubren una área de muchos miles de millas cuadradas, y que tienen un espesor de 300 á 700 pies, podemos formarnos alguna idea de la magnitud de las operaciones arriba bosquejadas.

"La formación de los valles del Atrato, del San-Juan y otros ríos de la Costa del Pacífico, tuvo lugar en un período posterior, cuando otros y más graduales levantamientos dieron á la tierra ciertos contornos y determinaron el curso de las aguas como se halla hoy. Cuando esto se verificaba, los arroyos y los ríos abrieron su cauce por entre las capas de arcillas, arenas, cascajo y conglomerados que cubrían sin interrupción toda la superficie, y arrastraron al mar los menudos detritus, en tanto que el oro contenido en las arenas se quedaba naturalmente atrás.

"Así, podemos concluír a priori que ríos tales como el Atrato, el San-Juan y sus afluentes tienen que ser singularmente ricos en oro.

"Pero es preciso también tener presente que á lo menos 600 millas cuadradas del área desecada por el río San-Juan, abajo de su punto de unión con el Sipí, están cubiertas de aluviones. Todos los riachuelos y arroyos que corren actualmente al través de esta área llevan día por día nueva provisión de oro al canal principal. Durante las pesadas lluvias

tropicales y las tormentas, los árboles son arrancados, se forman derrumbamientos, los arroyos son desviados de sus canales, y así se lavan diariamente millones de toneladas de arena, por medio del trabajo hidráulico de la naturaleza, y sus sedimentos son llevados por las aguas turbias á los cauces de los ríos San-Juan y Sipí, donde el oro se deposita.

"Es casi superfluo que hable de la riqueza de estos aluviones. MiIlones de libras esterlinas de oro se han sacado de ellos desde el tiempo de la conquista. Me he persuadido, no obstante, de que las arenas contienen de una á dos onzas de oro por yarda cúbica. Los grandes conglomerados ó capas que sirven de cimiento, y que los españoles dejaron por parecerles demasiado fuertes ó demasiado pobres para trabajar, contienen una onza de oro por tonelada de material.

"Examiné las arenas de los ríos San-Juan y Tamaná en muchos puntos, y en todos los casos las hallé suficientemente ricas para pagar el lavado á mano (por medio de la batea). En las partes superiores de estos dos ríos hallé que la arena gruesa contenía cerca de una onza de oro por tonelada. Pero en esta arena es natural que el oro no permanezca largo tiempo en la superficie; encuentra su camino por entre la arena y las piedras al fondo del río. Puedo decir, por lo que he observado y lo que sé de los resultados de los trabajos de los naturales, que la cinta ó capa que descansa sobre la peña, produce, por término medio, diez onzas de oro por yarda cuadrada. No hay duda de que en algunos puntos pueda alcanzar el producto á cincuenta onzas. Tengo conoci miento de un caso, sucedido en el canal de un río en un distrito semejante, (1) situado en la misma costa, en el cual se extrajeron 10,300 onzas de oro, de cerca de 200 yardas cuadradas de cinta....

"Las explicaciones arriba dadas sobre la formación de los aluviones en el Chocó eran necesarias para llegar á ciertas conclusiones. No conozco en ningún país del mundo, fuera de Colombia, ríos en que exis tan tan notables condiciones para hacerlos ricos en oro. Los grandes depósitos aluviales de Australia, por ejemplo, que pueden ser en parte tan ricos como los del Chocó, no están por lo general expuestos á la acción de los ríos actuales. Ellos se hallan casi siempre protegidos por basaltos y otros estratos. Por otra parte, los antiguos y profundos cauces de los ríos de Australia, pueden compararse hasta cierto punto con los de los ríos del Chocó, aunque estos últimos sean en más pequeña escala....

"En el vecino Estado de Antioquia, donde es muy general la explotación del lecho de los ríos, observamos que, aunque las condiciones en que se deposita el oro son menos favorables que en el Chocó, un (1) En la mina de Cargazón, en Barbacoas.

producto medio de ocho onzas de oro por yarda cuadrada de canal no es un resultado extraordinario. . . .”

Finalmente, el señor Hermann Karsten se expresa así en su Geología de la antigua Colombia bolivarense, escrita en francés (1886): "Una pizarra arcillosa amarilla, cuarzosa, que se segrega en fragmentos en forma de paralelipípedos, se presenta entre Mulaló y Vijes: venas de cuarzo aurífero la atraviesan. Filones de cuarzo de la misma naturaleza, con escamas de oro y de platino se muestran á la vista en el Valle del Salado (Campo-alegre) entre Cali y Juntas. Los detritus. de esas capas son probablemente la causa principal de la riqueza en oro y platino de los depósitos de cascajo de la costa occidental y de los de las partes media y superior del valle del Cauca. Sobre la costa occidental esos yacimientos de metales nobles se encuentran del primero al cuarto grado de latitud norte, es decir, desde las Esmeraldas, al sur, hasta San-Juan, al norte; aquí deja la costa este terreno aurífero y sigue la cordillera occidental subiendo la ribera izquierda del San-Juan, luégo baja sobre la ribera derecha del Atrato. Las montañas de Baudó y las playas inmediatas del Atrato y del San-Juan no contienen oro. Es sobre todo en la capa más inferior de un poderoso diluvión de seis á siete metros, capa que sólo tiene algunas pulgadas de espesor, donde los metales se encuentran en más abundancia. Este diluvión cubre el pie y el descenso de las cordilleras debajo del terreno de aluvión, que tiene en esta región de 40 á 900 metros de altura. El diluvión aurífero está formado de detritus de rocas plutónicas y cretáceas; se halla cubierto de aluvión que, en el sur, donde se muestran las traquitas, se compone en gran parte de restos de esta última roca."

Terminaremos este capítulo, compuesto con datos suministrados todos por extranjeros, invitando á éstos á que vengan á explotar las riquezas que encierra nuestro suelo. Y aun para esta excitación nos serviremos de las finas y benévolas palabras de Mr. White:

"El Gobierno de Colombia es muy favorable á toda legítima empresa que tenga por objeto el engrandecimiento del Estado. Conocedor de su vasta riqueza, él comprende la importancia de ofrecer estímulos á todos los que vengan á su territorio á desarrollar sus maravillosos recursos mineros y á buscar sus conveniencias comerciales; y está, por lo tanto, dispuesto á dar liberalmente concesiones y privilegios."

VI.-EL PLATINO.

El platino y los metales que lo acompañan en los aluviones auríferos de donde se extrae, que son el iridio, el osmio, el paladio, el rodio

y el rutenio, forman un grupo natural; sólo trataremos del primero y más importante de éstos.

A este metal se le empezó á prestar alguna atención en Europa desde 1748. Antes de esa época lo habían observado los mineros en el Chocó y Barbacoas, pero lo botaban como inútil. En Popayán era conocido el empleo del azogue para separarlo del oro desde 1720.

En un diario francés, Journal de Physique et d'Histoire naturelle (Noviembre de 1785) se lee lo siguiente: "El platino separado del oro se arrojaba en presencia de testigos por los Oficiales reales en el río Bogotá, que pasa á dos leguas de Santafé, y en el Cauca, que pasa á una legua de Popayán." Sabedor de esa tradición el doctor Nepomuceno Duque, hizo practicar algunos trabajos hacia 1851 en el río Bogotá, debajo y á proximidad del Puente-grande, pero sólo logró hacer sacar unas pocas libras de platino.

En 1778 se mandó consignar en las cajas reales todo el platino que se sacase, pero sin retribución alguna. Diez años después se ofreció pagarlo á dos pesos libra por cuenta de Su Majestad, y á fines de 1788 se habían recogido en el Chocó 152 arrobas y 20 libras de este metal.

Las minas que producían más platino entonces eran las del río Opogadó, afluente del Atrato. El bajo precio á que el Gobierno lo pagaba fué causa de que se vendieran grandes cantidades en la costa á los extranjeros, que lo compraban hasta á doce pesos, y realizaron fortunas llevándolo á vender á Europa.

El Barón de Humboldt escribió á principios del siglo: "El platino en grano sólo se halla en dos parajes del mundo conocido, es á saber, en el Chocó y en Barbacoas. Es peculiar de ciertos terrenos de trasporte que ocupan una superficie de 600 leguas cuadradas. Los lavaderos que en el día dan más platino son los de Condoto, Santa-Rita y Santa-Lucía, así como el río de Iró. En el Chocó hay varios lavaderos de oro, por ejemplo, en los distritos de San-Agustín y de Guaicama, en donde los mazamorreros no hallan el menor rastro de platino. El precio de este metal en grano, en el paraje donde se recoge, es de 8 pesos, ó 40 francos la libra, cuando en París cuesta por lo común de 130 á 150 francos."

Según el viajero Mr. Cochrane, en 1824 se extraían anualmente del Chocó cerca de diez quintales de platino.

El doctor José Manuel Restrepo dice en sus Noticias sobre las minas de Colombia: "Es pequeña la cantidad de platino que se exporta, y según datos fundados no puede pasar de 1,500 libras anuales. La libra de platino vale de 16 á 20 pesos.”

Un italiano que hizo su fortuna en Cartagena, el señor Bonolii,

envió una remesa tan considerable de este metal á Europa, antes de 1850, que hizo bajar su precio.

"Hoy puede estimarse la producción del platino en el Chocó en 50,000 pesos anuales, asignando más de las dos terceras partes al Municipio de San-Juan, porque el del Atrato tiene muy pocas minas de este metal y es de calidad inferior al de San-Juan. Los más abundantes criaderos se hallan en los ríos Condoto y Opogadó." (Doctor Octavio Hurtado).

El platino del Chocó es el más puro y el que mejor se vende en los mercados extranjeros, pucs contiene por lo general de 80 á 85 por ciento de metal. Su precio, que hace algún tiempo era de 650 francos el kilogramo, es hoy de 900 francos. El grande empleo que tiene en la fabricación de aparatos y de instrumeutos para la industria y de objetos de arte, ha motivado esta alza.

Completaremos este capítulo insertando parte de un informe escrito en tiempo de la Colonia (1804), que contiene datos interesantes. Todavía se creía entonces en la trasmutación de los metales, y D. Ventura Salzas Malibrán sostiene que el platino es un oro blanco. No hemos querido suprimir la parte del informe en que asegura esto con ingeniosos razonamientos.

NOTICIAS SOBRE LA PLATINA.

Para el Excelentísimo Señor D. Antonio Amar, Virrey, Gobernador y Capitán general del Nuevo Reino de Granada.-Por D. Ventura Salzas Malibrán, Teniente-Gobernador y Oficial real de la Provincia del Citará.

Es de creerse prudentemente que la matriz del oro es la misma de Ja platina; ya sea porque se encuentren juntos, ó bien porque el paraje que abunda más de platina que de oro (que no es común) tiene una perfecta semejanza al en que sólo se halla este último metal, aunque con poca platina, y en otros sin ninguna; es decir, cuatro ó cinco capas de tierra y cascajo horizontalmente puestas, y por lo regular en el orden siguiente:

1a Arena gruesa y quebradiza con poca consistencia.

2 Tierra arcillosa blanca y pegajosa.

3 Cascajo grueso de la clase de los guijarros.

4a Greda amarilla.

5a Mezcla de arena gruesa con greda, ya amarilla, ya blanca. Dije regularmente puestas las capas en el orden que acabo de describir, por ser éste el más común, sin que se entienda por regla general,

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