Elementos de retórica y poética: arreglados al programa del Instituto de La Habana

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Impr. La Antilla, de Cacho-Negrete, 1868 - 228 páginas
 

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Página 205 - Al golpe violentísimo en las peñas Rómpese el agua, y salta, y una nube De revueltos vapores Cubre el abismo en remolinos, sube, Gira en torno, y al cielo . Cual pirámide inmensa se levanta, Y por sobre los bosques que le cercan Al solitario cazador espanta.
Página 204 - Sereno corres, majestuoso; y luego en ásperos peñascos quebrantado, te abalanzas violento, arrebatado, como el destino irresistible y ciego ¿qué voz humana describir podría de la sirte rugiente la aterradora faz?
Página 221 - Dios que imite estos varones que moran nuestras plazas macilentos, de la virtud infames histriones; esos inmundos trágicos, atentos al aplauso común, cuyas entrañas son infaustos y oscuros monumentos. ¡ Cuan callada que pasa las montañas el aura, respirando mansamente! ¡ Qué gárrula y sonante por las cañas!; ¡ qué muda la virtud por el prudente! ¡qué redundante y llena de ruido por el vano, ambicioso y aparente!
Página 188 - Este despedazado anfiteatro, impío honor de los dioses, cuya afrenta publica el amarillo jaramago, ya reducido a trágico teatro, ¡oh fábula del tiempo!, representa cuánta fue su grandeza y es su estrago, ¿Cómo en el cerco vago de su desierta arena el gran pueblo no suena?
Página 219 - ¿Será que pueda ver que me desvío de la vida viviendo, y que está unida la cauta muerte al simple vivir mío?
Página 185 - ¿Quién contra la espantosa tanto pudo? El Señor, que mostró su fuerte mano por la fe de su príncipe cristiano y por el nombre santo de su gloria, a su España concede esta victoria.
Página 217 - Fabio, las esperanzas cortesanas prisiones son do el ambicioso muere y donde al más astuto nacen canas. El que no las limare o las rompiere, ni el nombre de varón ha merecido, ni subir al honor que pretendiere.
Página 186 - Ya dende Cádiz llama El injuriado conde, a la venganza Atento, y no a la fama, La bárbara pujanza, En quien para tu daño no hay tardanza. »Oye que al cielo toca Con...
Página 179 - Cantemos al Señor, que en la llanura Venció del ancho mar al Trace fiero. Tú, Dios de las batallas, tú eres diestra, Salud y gloria nuestra: Tú rompiste las fuerzas y la dura Frente de Faraón, feroz guerrero: Sus escogidos príncipes cubrieron Los abismos del mar, y descendieron Cual piedra en el profundo, y tu ira luego Los tragó como arista seca el fuego.
Página 54 - ... desmaya al peso de su dulce carga: el banano, primero de cuantos concedió bellos presentes providencia a las gentes del ecuador feliz con mano larga. No ya de humanas artes obligado el premio rinde opimo: no es a la podadera, no al arado deudor de su racimo: escasa industria bástale, cual puede hurtar a sus fatigas mano esclava: crece veloz, y cuando exhausto acaba adulta prole en torno le sucede.

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